miércoles, 7 de diciembre de 2016

EL SUPER CANGREJO


El cangrejo gigante que trepa a los árboles y podría luchar con un caimán

Un estudio ha averiguado que puede ejercer una fuerza de 300 kilos con sus pinzas, superior a la de cualquier mordedura de un animal terrestre.

(de abc)

Su cuerpo mide unos 40 centímetros, la envergadura de sus patas es de aproximadamente un metro y puede pesar hasta 40 kilos.

 Se trata del cangrejo de los cocoteros, el crustáceo más pesado de todos los que viven en la actualidad. Su nombre científico es Birgus latro, aunque también se le conoce como el cangrejo ladrón (de ahí lo de latro). Un apelativo que se ha ganado por su afición a hacerse con objetos brillantes de todo tipo, desde piezas de cubertería a envases metálicos, que sustrae de las casas.

Estos crustáceos pueden levantar hasta 29 kilos de peso. Pero lo realmente sorprendente es la fuerza que puede llegar a ejercer con sus pinzas, como acaba de descubrir un estudio publicado en PLOS. Al parecer, este cangrejo puede pinzar con una fuerza equivalente a más de trescientos kilos. Lo que supera la presión ejercida por la mordedura de cualquier animal terrestre, excepto las temibles mandíbulas de un caimán. Afortunadamente en la mayoría de los casos solo utiliza sus pinzas para romper los cocos de los que se alimenta. Pero no hay que confiarse, porque ocasionalmente puede hacer frente a algún humano si se siente hostigado.

Con esa fuerza no es de extrañar que pueda vivir entre 30 y 60 años, porque puede hacer frente a sus predadores. Sin embargo, su carne, muy parecida a la de las langostas, es muy apreciada en la zona donde habita, a lo largo del océano Índico y el Pacífico occidental. En algunos lugares se considera que posee propiedades afrodisiacas. La mayor población y mejor conservada de este peculiar cangrejo se encuentra en la isla de Navidad en el océano Índico, y existen colonias importantes en las islas Cook del océano Pacífico.

Se alimenta fundamentalmente de frutos, y entre estos prefiere los cocos, a los que accede trepando por las palmeras. Puede hacerlo gracias a su segundo par de patas, que le permiten subir a más de seis metros. Pero a la hora de comer, no hace remilgos a nada y es todo un oportunista. Le van bien los cadáveres de otros animales o incluso puede cazar algún animal lento que se despiste. Además, tiene una excelente «nariz», que le permite detectar olores a grandes distancias. Le atrae especialmente el olor a carne asada, bananas y cocos.

 Y es que este cangrejo en su vida adulta es terrestre y ha perdido su capacidad de vivir en el agua. Aquí lo vemos en plena acción:




Si, como se dice, tiene una carne parecida a la langosta, sería interesante pegarle un bocado a este pedazo de cangrejo. Lo malo es que habría que cazarlo con un rifle, a prudente distancia y luego descuartizarlo para poder meterlo en la olla. 

4 comentarios:

  1. Al bicharraco ese sólo le falta aficionarse a copitas de Gin o de Whisky, de lo sibarita que es el muy cabezón forzudo.

    Un bonito castigo para los violadores de niñas sería meterlos en una jaula con media docena de BIRGUS LATRO.

    Cuando cace un prototipo de éstos me apunto a ir con vuestra merced a comérnoslo en un restaurante que tenga grandes ollas de cocer.

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    1. Nada sería más placentero que compartir mesa y mantel con Vuestra Merced. Me han recomendado cazar a la bestia con un lanzallamas, lo que lo deja perfectamente cocinado para su ingestión.

      En cuanto me haga con el arma, me trasladaré a las islas Cook, a ver si hay suerte.

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  2. Se me ocurre que se lo va a comer rita la cantaora, el bicho es feo hasta decir basta, yo ya si eso me hago un bocata nocilla

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    1. No se fije Vd. en el aspecto externo del animal; tampoco son muy guapos la langosta, el percebe o el centollo y son un deleite para el paladar.

      Me sorprende que, una persona de buen gusto como vuestra merced, proponga un bocata de ese unto tan pegajoso. Espero sea broma.

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