jueves, 17 de septiembre de 2015

VIVIR EN EL TREN


Una joven se va a vivir a un tren para no pagar los abusivos alquileres de Stuttgart

(de Yahoo)

¿Cansado de pagar un alquilar absurdamente caro? Esta estudiante alemana lo estaba y tomó una decisión: vivir en un tren. Ahí estudia, viaja, duerme, conoce gente, se asea y ahorra dinero. 

Leonie Muller tuvo una nueva pelea con su casero de Stuttgart sobre el precio del alquiler y decidió que era la última. Dejaba la casa para siempre y empezaba una nueva vida, literalmente. Asqueada de los precios abusivos de la ciudad alemana, Leonie empezó a echar cálculos y se dio cuenta de que vivir en un tren le salía mucho más a cuenta. Se sacó un abono mensual que le costó unos cuatrocientos euros y probó a vivir un mes sobre ruedas. El resultado: la experiencia resultó altamente satisfactoria y, además, ahorraba dinero.

¿Y cómo vive esta estudiante alemana de 23 años? Para empezar, todo lo que necesita cabe en una mochila: algo de ropa, su neceser, su ordenador portátil y las cosas que necesita para estudiar. El abono mensual le permite coger cualquier tren que viaje a través de Alemania, así que puede ir a cualquier parte. Se lava el pelo y se ducha en el los baños que algunos trenes grandes tienen acondicionados y hace los deberes mientras viaja. Y, por supuesto, duerme. Algunas veces también se queda en casas de amigos, de su abuela o de su novio. Pero su vida actual es sobre ruedas y no piensa interrumpirla a corto plazo.

Leonie define esta experiencia como "estar de vacaciones todo el rato. Pero realmente me siento como en casa cuando estoy en los trenes y, además, puede visitar a muchos amigos y ciudades que hasta ahora no conocía. Y siempre hay algo que hacer en un tren: leer, escribir, mirar por la ventana y conocer gente agradable todo el tiempo". 

Ojo, esto que puede parecer una boutade o una aventura superficial, no lo es. Leonie ha desarrollado una filosofía en esta nueva forma de vida: "Quiero inspirar a las personas a cuestionar sus hábitos y las cosas que consideran normales. Siempre hay más posibilidades y más cosas por hacer de las que uno cree. La próxima aventura está esperando a la vuelta de la esquina; solo tienes que querer vivirla", según declara a Spiegel Online. 

La Muller no debe ser muy exigente en cuanto a limpieza personal y alimentación  Asearse en el tren es bastante complicado y la comida que sirven hace muchos años que es una basura. A menos que los alemanios tengan un servicio de 5 estrellas en los ferrocarriles, que no me consta, por lo que me limito a mi experiencia con la Renfe.

6 comentarios:

  1. Es cuestión de tener 23 años, Don Bwana.
    A esa edad se puede vivir en la torre-campanario de una iglesia, sin ascensor por supuesto, y rodeado de grandes campanas y muchas palomas.

    Yo tengo el recuerdo de cuando iba a Valladolid a examinarme (sólo en el distrito universitario de Valladolid nos permitían obtener certificaciones oficiales de notas a los vascos) en trenes chocolatera de carbón que tardaban unas doce horas para cubrir 300 kms. y desde entonces hago fu a las vías férreas.

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    1. Creo que lleva Vd. razón, Don Javier: a esas edades no se fija uno en detallitos; en los años 60 yo viajaba a menudo en coche-cama y dormía como los angelitos. También me gustaba la cena que daban en el comedor.

      Hoy día me debo limitar al AVE donde también me molestan los que no paran de hablar por el móvil.

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  2. Pues no, nada aseada. Yo viajo en tren a veces desde Barcelona a Murcia o a Madrid y me siento al llegar sucio, cansado incluso habiendo estado sentado todo el tiempo, un poco vagabundo. Solo por unas horas. Pasar así la vida...

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    1. Tal vez la joven encuentre otro aliciente, no mencionado en el artículo, como encontrar alguna relación interesante en el trayecto. Una aventura amorosa en el tren puede ser un incentivo no confesado.

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  3. No sé, blanquita y teutona aguanta el chumi un par de días supongo, más no, que ya son 48 horas más que los negros que suben a los cercanías de Madrid.

    Me alegra comprobar que sigue en buena forma amigo Bwana, se ve que su amiga Carmena le anima (me han dicho que va a rondarle a la casa de Vd. todas las noches acompañada de la tuna... ¿es cierto?)

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  4. Yo también me alegro de que siga Vd. en perfectas condiciones, aunque no sé de dónde ha sacado que tengo amistad con la señora Carmena. Para su conocimiento la heclasificada en la misma categoría que a vuestra apreciada vicegallina, por lo que me resulta imposible aguantar su presencia más tiempo que el segundo que tardo en cambiar de canal cuando aparece en TV.

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