Un juez da la razón a una empleada obligada a llevar sólo ropa interior debajo de la bata
(de 20Minutos)
La mujer pidió que se modificara una norma interna de la empresa sobre la vestimenta en el trabajo.
Tras pedirlo le impusieron un cambio de horario y de centro de trabajo.
El Juzgado de lo Social número 26 de Madrid ha dado la razón a la empleada de una óptica que interpuso una demanda por discriminación después de que su jefe le impusiera una nueva jornada laboral, con cambio de horarios y ubicación, tras solicitar que se modificara la obligación de que las mujeres llevaran sólo ropa interior bajo la bata. La mujer pidió que pudiesen llevar ropa de calle debajo, como hacen los trabajadores varones de la empresa. Los hombres podían mantener su ropa de calle debajo de la bata de trabajo
La empleada, miembro del Comité de Empresa, reclamó en octubre de 2008 un cambio en la normativa interna de la compañía relativa a la diferencia de la vestimenta obligada de las trabajadoras frente a los trabajadores.
Los hombres podían mantener su ropa de calle debajo de la bata de trabajo, siempre que los pantalones y zapatos no fueran deportivos. Sin embargo, las mujeres no podían permanecer con la ropa de calle y menos aún si consistía en pantalón.
De la sentencia se desprende que la dirección desoyó la petición, que volvió a ser solicitada en noviembre de ese año. La demandante denunció que dicho uniforme era incómodo, puesto que "cuando se sientan, agachan o hacen algún movimiento la bata se abre y se les ve parte del cuerpo que no deberían enseñar". La empresa no siguió "el procedimiento adecuado para modificar las condiciones de jornada"
El 14 de enero de 2009 la empresa le comunicó que debería prestar servicios en otro centro, especificándole las variaciones en su horario. Un mes después rectificó y le envió una nueva documentación, al aceptar que la orden no era ajustada a derecho. Sin embargo, en mayo la empleada recibió una comunicación en la que se le informó de que ese mes debía incorporarse a un nuevo centro de trabajo.
La sentencia detalla que la empresa no siguió "el procedimiento adecuado para modificar las condiciones de jornada y horario de la actora", derivándose de ello la nulidad de la medida.
Tras pedirlo le impusieron un cambio de horario y de centro de trabajo.
El Juzgado de lo Social número 26 de Madrid ha dado la razón a la empleada de una óptica que interpuso una demanda por discriminación después de que su jefe le impusiera una nueva jornada laboral, con cambio de horarios y ubicación, tras solicitar que se modificara la obligación de que las mujeres llevaran sólo ropa interior bajo la bata. La mujer pidió que pudiesen llevar ropa de calle debajo, como hacen los trabajadores varones de la empresa. Los hombres podían mantener su ropa de calle debajo de la bata de trabajo
La empleada, miembro del Comité de Empresa, reclamó en octubre de 2008 un cambio en la normativa interna de la compañía relativa a la diferencia de la vestimenta obligada de las trabajadoras frente a los trabajadores.
Los hombres podían mantener su ropa de calle debajo de la bata de trabajo, siempre que los pantalones y zapatos no fueran deportivos. Sin embargo, las mujeres no podían permanecer con la ropa de calle y menos aún si consistía en pantalón.
De la sentencia se desprende que la dirección desoyó la petición, que volvió a ser solicitada en noviembre de ese año. La demandante denunció que dicho uniforme era incómodo, puesto que "cuando se sientan, agachan o hacen algún movimiento la bata se abre y se les ve parte del cuerpo que no deberían enseñar". La empresa no siguió "el procedimiento adecuado para modificar las condiciones de jornada"
El 14 de enero de 2009 la empresa le comunicó que debería prestar servicios en otro centro, especificándole las variaciones en su horario. Un mes después rectificó y le envió una nueva documentación, al aceptar que la orden no era ajustada a derecho. Sin embargo, en mayo la empleada recibió una comunicación en la que se le informó de que ese mes debía incorporarse a un nuevo centro de trabajo.
La sentencia detalla que la empresa no siguió "el procedimiento adecuado para modificar las condiciones de jornada y horario de la actora", derivándose de ello la nulidad de la medida.
Me han comentado que la empresa imponía esa práctica en beneficio de los clientes, ya que permitía comprobar, fehacientemente, cómo estaban de la visual y facilitaba la graduación de las gafas. Según parece, las ventas habían aumentado un 40% desde que se puso en marcha esa norma.
A mi me escama que a los hombres se les permitiera llevar los pantalones debajo de la bata y a las mujeres les exigieran ir en ropa interior; ¿es que no querían que los varones enseñaran la pantorrilla? ¿o es que había algún mirón furtivo en la dirección? ¿o tal vez pretendieran atraer a ciertos clientes? Este asunto de la recesión económica agudiza las ideas de muchos empresarios; no sé a dónde vamos a llegar.
Me imagino a todo el barrio (al sector masculino, preferentemente) formando largas colas en la puerta de la óptica con los ojos muy guiñados, como hacemos los miopes para enfocar cuando nos quitamos las gafas, y diciendo "¡no veo, no veo!". Y, al ser atendidos por la señorita en cuestión, rectificando: ¡milagro, milagro! Listos...
ResponderEliminarBueno, la verdad es que me he imaginado a mi compañero de trabajo vestido con una bata que se abre subrepticiamente y permite verle en tanga y por casi gomito.
ResponderEliminarDª Reinadelmango:
ResponderEliminarLa ventaja que tenemos los miopes es que vemos muy bien a corta distancia, lo que justifica el acercamiento si el asunto lo merece.
Aquí otra miope. En mi óptica sólo hay hombres y no creo que se depilen las pantorrillas, así que me pasa como a Ginebra.
ResponderEliminarDª Ginebra:
ResponderEliminarDesde luego, debe de ser espantoso ver la pantorrilla del compañero de trabajo, aunque sea en la imaginación.
Dª Maharani:
ResponderEliminar¿Solo hombres? ¡A ver si se entera la bibi!.....
Impresionante!
ResponderEliminarEn estos tiempos que corren que realmente haya una norma para la vestimenta y encima de ese tipo...
Me he quedado muerta...
Saludines,
YoMisma
Bwana, estoy sin palabras y ahora que van a hacer los viejecitos que echaban la mañana tocándose mientras miraban por el escaparate.
ResponderEliminarDª YoMisma:
ResponderEliminarAsí son las cosas. Yo trabajé en una oficina donde eran reglamentarias la camisa blanca y la corbata. Eso sí, se podían variar las corbatas de color.
Un saludo
D. isra:
ResponderEliminarSeguramente irán a los escaparates de "Woman Secret".