lunes, 24 de noviembre de 2014

PINCHOS LONDINENSES


Pinchos anti-indigentes en Londres
(de elpais)

Si Londres viene compitiendo en los últimos años con Nueva York por el centro de gran urbe del mundo capitalista occidental, los pinchos de mental colocados frente a opulentas viviendas para evitar que allí se instalen los vagabundos confirman una vocación que ni siquiera comparten las autoridades locales. El alcalde de la capital británica, Boris Johnson, ha sido una de las primeras voces en criticar el despliegue de esas púas metálicas en el rellano de algunos portales de los bloques de pisos del emergente barrio del Southwark con el objetivo de disuadir que acampen los sin techo.




“Una idea fea, contraproducente y estúpida”, han sido los calificativos vertidos por el conservador Johnson ante la exposición por la prensa de esos pinchos “antivagabundos” que el vecindario de esta próspera zona del sur del río Támesis considera una medida de prevención y de seguridad. “Tengo amigas en el edificio que temen volver a casa por la noche o que ya se han visto intimidadas, incluso amenazadas, en el portal”, es el comprensivo argumento esgrimido por más de una residente, frente a la idea comúnmente aceptada entre la ciudadanía de que la legión de vagabundos que pueblan las noches de Londres es en realidad inofensiva.

El asunto ha enconado el debate sobre el grado de peligrosidad o de vergüenza, según los baremos, que entraña la realidad de más de seis millares de personas sin techo ni recursos pululando por las calles de una capital cuya City mueve muchos miles de millones cada día. Los habitantes de Londres no se sienten, en general, amenazados por la presencia en las calles, en las bocas de metro y en contadas ocasiones en los portales de algún edificio de esas personas desvalidas y, en muchos de los casos, aquejadas de algún problema mental que dificulta su reinserción. En el último año, su número se ha visto incrementado en el 13%, según estimaciones de la BBC que no ha querido avalar ni desmentir el ayuntamiento de la ciudad.



Estoy seguro de que el Boris Johnson vive en una casa alejada de la zona donde se aposentan los sin techo, protegida por un segurata y su rotweiller, lo que le permite hacerse el defensor de los desvalidos. 

11 comentarios:

  1. Eso es, el Boris dirá misa de pontifical pero nadie nos gusta la idea de que al ir a entrar en casa te encuentres en el portal con gente, sean vagabundos o jóvenes curdas tumbados allí. Aplaudo la idea.
    Esos pernoctadores de portales ajenos dejan además los restos de sus excrecencias o aguas mayores y menores por los puntos próximos a los portales, lo que aún es peor.

    Tengo la experiencia de mi casa, que tiene jardines y porches y que está junto a donde aparcan las caravanas de surfistas de fin de semana, y está claro que salen a mear y a otras cosas a a zona de nuestros porches y portal por la noche.

    Estoy pensando que también se podrían instalar en el techo del portal unos irrigadores o como se llamen, que se activen por la noche con el simple movimiento de personas y expulsen chorros de gas mostaza.

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    1. Lo del gas mostaza pudiera ser eficiente en esa zona donde vuestra merced tiene su residencia, aunque le recomendaría cerrar bien las ventanas para evitar que entren esos gases en vuestras propiedades. Quizás fuera menos peligroso adquirir un par de pitbulls y dejarlos sueltos por los jardines.

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  2. Es como el sociata que defiende la multiculturalidad que se instala en barrios obreros mientras ellos viven en las urbanizaciones más elitistas de Madrid.

    No sé si es correcto o no, pero que es muy desagradable no lo discute nadie.

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    1. El ejemplo que Vd. señala es típico del discurso de gente de izquierdas. Mucha defensa del desvalido, pero ellos bien acomodados en la Moraleja o Puerta de Hierro.

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  3. La expresión políticamente correcto ha hecho mucho daño. Ellos se apoyan en eso y efectivamente no lo viven ni lo padecen, solo condenan a los vecinos a los que han llevado a tan fea solución.
    Otra solución es mantener economías menos agresivas que no amplien el margen de pobreza mientras se aumenta la riqueza entre cuatro gatos que no tienen ni estómago para tanta carne. Siempre habrá vagabundos pero en los últimos años se ha multiplicado la exclusión social incluso entre gente que quería y debía estar trabajando.
    Resumiendo, entiendo la decisión de los vecinos porque si tienen que darles una solución desde arriba lo tienen claro. Peliagudo asunto.

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    1. Que cada vez se ven más desvalidos y gente pidiendo limosna por las calles de Madrí es evidente y un espectáculo que, además de poco agradable, hace dudar de la eficacia de las instituciones que, supuestamente, debían procurar que tal situación no existiera.
      No solo se trata de un fallo de la asistencia social sino de un problema de órden público, pues muchos de esos mendigos proceden de otros países de donde han sido expulsados por la policía.
      Que se trata de un asunto peliagudo, no me cabe duda.

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  4. ¿Y no se les ha ocurrido a esos hijos de la Gran Bretaña construir albergues para toda esa gente tan desfavorecida?
    Ojalá cuando vayan a salir del portal se les claven los zapatos en los pinchos... o se tropiecen y se desmorren bien desmorrados.
    Saludos.

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    1. Temo que lo de los albergues resulta demasiado atractivo para gentes de otros países y se convierte en un "efecto llamada" que resulta en el incremento inmediato de ese tipo de población. Es lo que parece suceder en Madrí.
      Saludos

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    2. Cierto. Pero ese "efecto llamada" se anularía si la misma operación se realizara en todos los países. Quizás sea un tema más de la ONU que de cada gobierno...

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