EN LAS PROFUNDIDADES DE LA LITOSFERA

Yo me he asomado a las profundas simas de la tierra y del cielo, y les he visto el fin o con los ojos o con el pensamiento.
Mas, ¡ay!, de un corazón llegué al abismo y me incliné un momento, y mi alma y mis ojos se turbaron. ¡Tan hondo era y tan negro!
(Rimas de Bécquer)

Los japoneses, que son muy listos, ya llevan unos cuantos años haciendo agujeros en la corteza terrestre y según las últimas noticias que tengo, han horadado hasta los siete kilómetros. Para disimular dicen que "se investiga la posibilidad de que haya vida en las profundidades de la tierra", pero sospecho que están buscando el final de la recesión para establecerse allí, colocar su bandera y cobrar un peaje a los próximos que lleguen. (Véase a Yoshuro Kiminague, supervisor de la base nipona, inspeccionando la instalación eléctrica):

Les auguro un buen negocio, pues mucha gente irá desapareciendo por los hondos y negros abismos de la crisis, buscando refugio o, sencillamente, en caída libre.

Seguramente los primeros que lleguen tendrán que seguir horadando para acomodar a los españoles, que se dirigen mucho más abajo, probablemente hasta la astenosfera.

Como soy previsor, me acabo de comprar un paracaídas de nylon que encontré de oferta en un chino.