Los españoles comen tiburón sin saberlo
(de ABC)
La Shark Alliance ha hecho público un estudio en el que demuestra que "la inmensa mayoría de los españoles" consume carne de tiburón sin saberlo.
Según un sondeo de TNS Demoscopia encargado por esta organización, el 96% de los españoles niega comer tiburón, pero un 33% consume cazón y marrajo sin saber que pertenecen a la familia de los escuálidos.
Por otra parte, la encuesta pone de manifiesto que el 95% de los ciudadanos está a favor de que se tomen medidas para proteger a las especies de tiburón en peligro y de fijar límites para su captura.
Ecologistas en Acción, que forma parte de la Shark Alliance, ha insistido en que los tiburones son animales vulnerables en situación de "grave peligro", y ha alertado de que los pescadores españoles "capturan más tiburones que los de cualquier otro país europeo".Otro estudio de la organización Submon (que también forma parte de la Shark Alliance) culpa a un etiquetado erróneo y a un cambio en la denominación de los productos derivados del tiburón de que en España "no se quiera comer carne de tiburón" y se consuma sin ser consciente de éllo.
Nada menos que 60.000 toneladas de tiburones capturó nuestro país en 2007. Si el peso medio de los escualos capturados fuera de 30 kilos, significaría la considerable cifra de dos millones de ejemplares. Los datos provienen del propio Gobierno y forman parte del informe que hoy hace público Shark Alliance, una organización internacional en la que participan 70 ONG, cinco de ellas españolas.
Para llevar a cabo tan gigantesca carnicería marina, cientos de barcos españoles se desplazan a todos los mares del planeta. Arrastreros, palangreros y cerqueros persiguen todo el año y sin limitaciones a cualquier especie de tiburón o raya que se les ponga a tiro.
¿Para qué? Para participar en el lucrativo negocio de la venta de aletas de tiburón destinadas a la cocina oriental, donde son muy apreciadas y alcanzan un elevado precio. También extraen del tiburón el aceite del hígado y otras vísceras para la industria de la cosmética y la farmacéutica.
Los eslamobranquios (tiburones y rayas) se han convertido en pocos años en el grupo de especies más amenazados del océano debido a su persecución.
Su baja tasa de reproducción, unido a que su madurez sexual es tardía, están dejando los mares sin depredadores. Con ello, el equilibrio ecológico se está desmoronando, aseguran en Shark Alliance.
Los españoles conocen esta situación, pero ignoran que ellos mismos tienen en su dieta de pescado dos especies de tiburones: el marrajo y el cazón, que figuran como vulnerables en la lista de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
En Málaga se ha comido tiburón (o cazón) toda la vida. Estuve hace tres meses en Torre del Mar donde lo preparan maravillosamente. Antes lo llamaban "pescaíto adobado", pero ya se han dejado de zarandajas y lo sirven sin apodos.
Lo siento mucho, pero no tengo ninguna lástima por estos depredadores y creo que su desaparición evitaría muchos peligros a pacíficos bañistas y surferos.
Nada, ¡a comer tiburón todo el mundo!
(de ABC)
La Shark Alliance ha hecho público un estudio en el que demuestra que "la inmensa mayoría de los españoles" consume carne de tiburón sin saberlo.
Según un sondeo de TNS Demoscopia encargado por esta organización, el 96% de los españoles niega comer tiburón, pero un 33% consume cazón y marrajo sin saber que pertenecen a la familia de los escuálidos.
Por otra parte, la encuesta pone de manifiesto que el 95% de los ciudadanos está a favor de que se tomen medidas para proteger a las especies de tiburón en peligro y de fijar límites para su captura.
Ecologistas en Acción, que forma parte de la Shark Alliance, ha insistido en que los tiburones son animales vulnerables en situación de "grave peligro", y ha alertado de que los pescadores españoles "capturan más tiburones que los de cualquier otro país europeo".Otro estudio de la organización Submon (que también forma parte de la Shark Alliance) culpa a un etiquetado erróneo y a un cambio en la denominación de los productos derivados del tiburón de que en España "no se quiera comer carne de tiburón" y se consuma sin ser consciente de éllo.
Nada menos que 60.000 toneladas de tiburones capturó nuestro país en 2007. Si el peso medio de los escualos capturados fuera de 30 kilos, significaría la considerable cifra de dos millones de ejemplares. Los datos provienen del propio Gobierno y forman parte del informe que hoy hace público Shark Alliance, una organización internacional en la que participan 70 ONG, cinco de ellas españolas.
Para llevar a cabo tan gigantesca carnicería marina, cientos de barcos españoles se desplazan a todos los mares del planeta. Arrastreros, palangreros y cerqueros persiguen todo el año y sin limitaciones a cualquier especie de tiburón o raya que se les ponga a tiro.
¿Para qué? Para participar en el lucrativo negocio de la venta de aletas de tiburón destinadas a la cocina oriental, donde son muy apreciadas y alcanzan un elevado precio. También extraen del tiburón el aceite del hígado y otras vísceras para la industria de la cosmética y la farmacéutica.
Los eslamobranquios (tiburones y rayas) se han convertido en pocos años en el grupo de especies más amenazados del océano debido a su persecución.
Su baja tasa de reproducción, unido a que su madurez sexual es tardía, están dejando los mares sin depredadores. Con ello, el equilibrio ecológico se está desmoronando, aseguran en Shark Alliance.
Los españoles conocen esta situación, pero ignoran que ellos mismos tienen en su dieta de pescado dos especies de tiburones: el marrajo y el cazón, que figuran como vulnerables en la lista de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza.
En Málaga se ha comido tiburón (o cazón) toda la vida. Estuve hace tres meses en Torre del Mar donde lo preparan maravillosamente. Antes lo llamaban "pescaíto adobado", pero ya se han dejado de zarandajas y lo sirven sin apodos.
Ya sabía yo que iban a salir los ecologistas a fastidiarla; se nota que jamás se han enfrentado a un bicho de ésos en el agua. Puedo garantizar, por experiencia propia, que es la cosa más espantosa que existe. Hace mil años, cuando andaba pescando el carite rey en las costas de Paraguaná, en Venezuela, acompañado del capitán Román, avistamos un tiburón martillo que andaba tras un cardumen de carites. Nos dispusimos a pescarlo con nuestras cañas, cuando la lancha empezó a echar humo y no pudimos controlar el incendio. Nos tuvimos que lanzar al agua con una simple rueda salvavidas, pendientes de nuestra supuesta víctima, el tiburón martillo. Resumiré la aventura diciendo que estuvimos 3 horas con el alma en vilo, esperando ser tragados por el tiburón, que andaba rondando por los alrededores (o eso creíamos), hasta que un avión captó el incendio y avisó al puerto, desde donde enviaron una lancha salvadora.
Lo siento mucho, pero no tengo ninguna lástima por estos depredadores y creo que su desaparición evitaría muchos peligros a pacíficos bañistas y surferos.
Nada, ¡a comer tiburón todo el mundo!
Ya le digo que está rico el cazón adobado. Y las tiras de marrajo curadas al aire me encantan. Los calditos de pintarroja no pero porque me dan asco los calditos y sopas en general.
ResponderEliminarVaya, vaya, pero seguro que no han probado la sopita de tiburón de mi madre, aunque tiene una elaboración un tanto peculiar... el tiburón, tras darle caza en una montería debe ser oreado durante 48 horas en la torre más alta del pueblo, posteriormente debemos danzar alrededor de la hoguera durante cuatro lunas llenas consecutivas y comerlo justo con la primera marea de otoño (los cánticos en esta etapa de la elaboración son opcionales, ya que no influyen para nada en el resultado final... pero hacen el proceso más entretenido).
ResponderEliminarExquisito.
Dª Ginebra:
ResponderEliminarTampoco me gustan las sopas de pescado; la pintarroja no la conozco, pero tiene mala pinta.
D. isra:
ResponderEliminarNo dudo que la sopa que prepara su señora madre será exquisita, pero me parece complicadísima su elaboración. Pase lo de encontrar un tiburón en el monte, pero tener que esperar cuatro lunas llenas para comerlo precisa de una paciencia infinita.
De todas formas, gracias por revelar la receta.
Será para que dé menos repelús comérselos, como el eufemismo de llamar criadillas a los cataplines, pero cualquiera que vea un cazón en una pescadería se percata de lo que es. Yo no soy muy partidaria de la comida rebozada o disfrazada; prefiero pedir un chuletón, que es algo inconfundible.
ResponderEliminarMe he quedado alucinada con su experiencia con esos bichos de mil dientes.
Yo propongo que se les adiestre para que se vuelvan vegetarianos y solo coman algas, condicionándoles para que los muslos de un bañista les provoque nauseas.
ResponderEliminarEstoy seguro que a algún defensor de la naturaleza le encantará esta solución tan civilizada y tan de hoy en día.
Propongo además ir un poco más allá, creando la Alianza de las Especies.
Dicen los ecologetas "y ha alertado de que los pescadores españoles "capturan más tiburones que los de cualquier otro país europeo"
ResponderEliminarAcabáramos! Como que somos el país que más pescado pesca (válgame) de toda Europa y parte del extranjero.
En todo caso estoy de acuerdo en que pescarlos, cortarles la aleta y echarlos moribundos al agua es una salvajada tremenda. Otra cosa es pescarlo y matarlo para jamarselo entero.
Oiga lo de los surferos es buena cosa, yo que practico (cuando estoy por el norte...jodío mediterráneo) lo tengo en cuenta. En realidad no pero si algún día voy a Australia o vaya usted a saber ahí si que está la cosa chunga.
Dª Maharaní:
ResponderEliminarTenga cuidado con los chuletones, me informan que en el mercado hay de canguro y de camello. Mucho ojo.
D. Laslo:
ResponderEliminarSí, parece buena idea, pero a ver quién es el valiente que los adiestra.
D. Pon!:
ResponderEliminarEn el Mierditerráneo hay que andar al loro con las medusas. Yo prefiero el surf de piscina.
En descargo de los tiburones, diré que sentiría mucho su extinción. Me encanta su carne en adobo. No importa la variedad.
ResponderEliminarSi es que como de todo. (Excepto acelgas y coliflor. No puedo con ellas)
D. Mike:
ResponderEliminarCoincido Vd. en el desprecio a las acelgas, pero la coliflor, ¿la ha probado con alubias blancas? ¿y con bechamel?
La probé con todo, hijo. No hay manera.
ResponderEliminarY observe que digo que no me gusta; no que esté mala.
Reconozco que mucha gente la adora, pero es que no puedo con su sabor...
D. Mike:
ResponderEliminarVeo que puede prescindir tranquilamente de esas bonitas flores. ¡Qué le vamos a hacer!