miércoles, 3 de octubre de 2012

INTELIGENCIA ESTOMACAL

El estómago tiene su propio cerebro

(de BBC mundo)

Para muchos de nosotros el estómago es un  misterio, pero un nuevo estudio revela las sorprendentes maneras en que el sistema digestivo ejerce control sobre nuestro apetito y humor.

El  complejo trabajo del estómago está bajo el control de lo que a veces es llamado el pequeño cerebro: un conjunto de redes neuronales que recubren el estómago y el sistema digestivo.

Sorprendentemente, existen alrededor de 100 millones de estas células en el estómago, tantas como en la cabeza de un gato. (Y mira que los gatos son listos....)

Este pequeño cerebro no piensa en una forma tan compleja, pero es fundamental para el proceso diario de trituración de alimentos durante la digestión, y en la mezcla y absorción que ayudan a la correcta extracción de los nutrientes y vitaminas que necesitamos.

Todas estas neuronas que recubren nuestro sistema digestivo permiten establecer un contacto más cercano y directo con nuestro cerebro, a través del nervio vago, que a menudo regula nuestro estado emocional.


Por ejemplo, cuando sentimos "mariposas" en el estómago, sucede que el "cerebro" de ese órgano se está comunicando con nuestro cerebro en la cabeza. Cuando nos sentimos nerviosos o con miedo, la sangre es desviada de nuestro estómago hacia los músculos. Ésta es la forma de protesta del sistema digestivo.

Para alojar una gran cantidad de comida el estómago tiene que dilatarse, partiendo del tamaño de un puño hasta convertirse en un recipiente con una capacidad de cerca de dos litros.

Solíamos pensar que los músculos receptores en el estómago le decían al cerebro cuándo estaba lleno para que dejáramos de comer. Pero parece ser que las señales de hambre producidas por el estómago son más sofisticadas que eso.


El entender este mecanismo le ha permitido a los médicos tratar a Bob Lakhanpal, padre de cuatro niños, quien muy difícilmente se siente lleno, sin importar lo mucho que coma.
Hace seis años sufrió un paro cardíaco a la edad de 28 años. Para ayudarlo a perder peso le hicieron un bypass gástrico.

Podríamos pensar que reduciendo el tamaño del estómago de Lakhanpal sería suficiente para resolver este problema, ya que cuanto más pequeño es el estómago, menos se come.
Pero de acuerdo al cirujano Ahmed Ahmed del Charing Cross Hospital de Londres, parece ser que esa idea no es cierta.

"La cirugía gástrica de Lakhanpal sirvió para separar y aislar una parte de su estómago que produce la grelina, una hormona que parece jugar un rol crucial en provocarnos la sensación de hambre", explica Ahmed. Los médicos esperan que, tras la operación, se detenga la producción de la grelina.

Su nuevo estómago reducido fue adherido al intestino delgado, a una sección conocida como el íleon, que segrega un tipo diferente de hormona digestiva responsable de nuestra sensación de estar llenos.

Cuando comemos, la comida tarda 20 minutos para ir del estómago al íleon, causando la liberación de esta hormona que le dice al cerebro:"estoy lleno".

Por ese motivo es mejor comer despacio, así le damos la oportunidad al estómago de avisarle al cerebro que ya está satisfecho y evitar sentirnos  tan ligeros.

Ahora Lakhanpal tiene el íleon más cerca al estómago y su cerebro recibe la información más rápido.

Seis semanas después de la operación bajó 19 kilos.

En muchas personas parece que el pequeño cerebro manda sobre el cerebro fetén. No lo digo únicamente por las dimensiones exageradas que lucen sus cinturas, si no por las tonterías que dicen a menudo. Da la impresión de que se las dicta la grelina en vez de provenir de la masa encefálica. 

De todas maneras reconozco que el Sr. Lakhanpal ha demostrado un gran valor, poniéndose en manos de un cirujano con nombre tan sospechoso. 



14 comentarios:

  1. Gran post, Don Bwana. No sabía eso del "pequeño cerebro" del aparato digestivo pero ayer sufrí los efectos de una de sus "chaladuras" porque me tuvo todo el día fuera de combate. Anulado. Y no por exceso de comida ingerida.

    Ciertamente resulta un poco arriesgado ponerse en manos de un médicos que se llame Ahmed Ahmed, más que nada si se es judio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me satisface que le haya agradado el post, Don Javier y celebro verle de nuevo en plenas facultades tras esa indisposición.
      En el Centro de Salud que me corresponde me encontré hace unos días con un paisano del Dr. Ahmed, que sustituía a la doctora habitual. Menos mal que no soy judío ni tengo señales externas que pudieran confundir al doctor. Tampoco requería sus servicios más que para que me facilitara unas recetas, por lo que no puedo dar fe de su capacidad como galeno.

      Eliminar
  2. Me ha sorprendido Sr.Bwana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos los días, por mucho que llueva o esté escampando, se lleva uno alguna sorpresa.

      Eliminar
    2. Tiene usted toda la razón, Bwana.

      Eliminar
  3. Yo pensaba que el pequeño cerebro estaba en otra zona... a lo mejor es que el de los tios está tan deteriorado que a través del flujo sanguíneo se va depositando en las zonas más inverosímiles del cuerpo (algunos demasiado cerca del culo por lo que lo expulsaron hace tiempo, y no pienso en nadie).

    Me alegra verme de nuevo por aquí después de 4 días de gripe, vómitos, esputos, fiebres, comida desalojada abruptamente por la boca, 19 no pero al menos 4 kg si que he desalojado de las maneras más variadas posibles (por aquello de no caer en la monotonía).

    Ah , la culpa es suya, no se pueden poner a esas muchachas con tan poca ropa en la nieve, que luego uno se pone malito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa desviación del cerebro a que se refiere pudiera ser debida a la costumbre de hacer el pino que practicaron algunos durante su juventud. Al recuperar la posición normal, toda esa sangre que entro en la cabeza, se desplaza, por la fuerza de la gravedad, a partes inferiores de la anatomía. Espero haber aclarado sus dudas al respecto.

      Esa indisposición suya, de la que espero esté recuperado, coincide con la que relata Don Javier en tiempo y forma. ¿Estuvieron comiendo Vds. en algún restaurant típico?

      Eliminar
  4. Al comer excesivamente, la digestion necesita mas flujo sanguineo y va masivamente al estomago, disminuyendo la circulación en los vasos coronarios, pudiendo provocar un infarto, como el de Bob. Tan cierto es el refran "de grandes cenas, estan las sepulturas llenas".
    Desconocia que el estomago tenia mas cerebro que el corazon, con mas de 40 mil neuronas y su propio almacen de recuerdos. ¿Sera que no pueden pensar a la vez estomago y corazon, y el enamoramiento quita el hambre y el desamor provoca bulimias?. A mi de pequeña me llamaban "piolin" y "calambrito", asi que las comilonas nunca me tentaron. Prefiero mi mote actual ; ))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La noto muy puesta en asuntos anatómicos. ¿Es Vd. doctora, por un casual?
      En asuntos de amor las cosas son demasiado complicadas para el común de los mortales, com un servidor, por lo que me abstengo de opinar al respecto.

      Eliminar
    2. Curandera en praticas, bruja en cantidad y creyente del chamanismo. Saluditos D. Bwana, que a estas madrugadoras horas salgo de choferisa a la T1 de Barajas, me encomiendo a Gizzida y a San Cristobal ya mismo ; ))

      Eliminar
  5. Mi abuelo paterno vivió sin estómago la tira de años, comía como una lima y estaba como un palillo, el materno que lo tenía a prueba de bombas, también le daba lo suyo y era una circunferencia perfecta, ergoo...

    A servidora después de comer le entra mucho sueñito.

    (Pobre isra, también le ha pillao el virus jeje, por suerte lo mío ha sido mucho más light, cuidadito que igual va para allá)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de sus abuelos demuestra que no puede uno fiarse de las conclusiones que sacan ciertos científicos. Sin embargo he comprobado que mi "pequeño cerebro" suele imponerse al otro; cuando pide chocolate, no hay manera de escaparse de su consumo, a pesar de los esfuerzos por evitarlo.
      Espero que ese maligno virus no circule por la red; ayer, por cierto, me vacuné oportunamente.

      Eliminar
  6. Que interesante, yo tampoco tenía ni idea de la existencia de ese mini computador estomacal. Con estos ajetreos que tuve en verano me quede 6 kilos por debajo de mi peso ideal¿? y eso que ahora como como tigre escapado después de un safari.
    Saluditos.
    Ps: Don Tella, Don Isra, Dña. Maribeluca, espero que ese virus no se pegue por el 2.0 este, jajaja.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Vaya suerte! En cambio, servidor ha sumado 3 kilos a pesar de los ejercicios veraniegos.
      Por si acaso vacunese Vd.
      Saludos

      Eliminar