martes, 18 de junio de 2013

CAZANDO LA MOSCA NEGRA

Los pueblos que vencen a la ceguera de los ríos cazando moscas
 (de BBC Mundo)

 África está empezando a ganar su batalla contra la infección parasitaria conocida como "ceguera de los ríos", en buena parte gracias a la ardua labor de los aldeanos que atrapan las moscas responsables de la enfermedad.
El Valle Kou, en Burkina Faso, es una de las zonas más fértiles del país. Es tierra de exuberantes campos de arroz, ondulantes colinas y un río serpenteante.
Pero por décadas permaneció vacío. Sus habitantes tenían demasiado miedo para cultivar allí..
Lo que los mantenía alejados  y a muchos más de las cuencas de ríos en toda África, es la ceguera de los ríos (oncocercosis), una enfermedad transmitida por la mosca negra, un pequeño insecto que se cría en las aguas de corrientes rápidas.
Una leyenda de Burkina Faso sostiene que si vives muy cerca del río Kou, éste te comerá los ojos.
Tras grandes esfuerzos de prevención desde 1970, la enfermedad es casi una cuestión del pasado en este país africano.
Sus residentes han recuperado la tierra y ya son pocos quienes recuerdan cuando la gente quedaba ciega por la enfermedad.
Se estima que para 2025 la oncocercosis quedará erradicada del planeta.
Los esfuerzos se están desplazando de la prevención a la vigilancia debido a que, a pesar de que la enfermedad ha desaparecido en algunos países, las moscas no y el temor de un recrudecimiento permanece.
En Bodadougou, un pintoresco pueblo al borde del río Comoue, viven Yacouba y Harouna,  así como  Koala Lassane, un entomólogo de la Universidad de Ouagadougou, la capital de Burkina Faso.

Hay que atrapar las moscas vivas y enteras. Para ello se necesita a humanos como carnada.
 Koala explica que la razón por la que la vigilancia se centra en las moscas se debe a que es muy difícil detectar la enfermedad en humanos cuando está en una etapa temprana. En las moscas negras aparece sistemáticamente.
En pueblos como Bodadougou se recogen los insectos y se envían para examinar. El método de captura es inusual: estos insectos deben estar vivos y completos, por lo que se debe hacer a mano y usando a humanos como carnada.

Koala es responsable del entrenamiento, supervisando y pagando a los atrapamoscas locales.
En la orilla de Comoue, un lugar idílico; verde, soleado, con un suave sonido del agua corriente, básicamente es el lugar perfecto para la reproducción de moscas negras.
.Yacouba y Harouna empiezan a pasear en busca del lugar perfecto para cazar.
Traen unas sillas de madera y en seguida se sientan.
Yacouba  se enrolla las mangas del pantalón y desempaca una carga de tubos de plástico en frente de él.
Toma uno, lo abre y espera mientras se mira las piernas.
En la medida que las moscas se posan en sus piernas, Yacouba las mete en el tubo.
Tiene que ser rápido, pues estos insectos pican en cuestión de 10 segundos de hacer contacto con la piel, y a pesar de su pequeño tamaño -menos de un milímetro- son feroces.
"En el momento álgido de la temporada de mosquitos, sólo puedes usar una pierna, a veces sólo un pie", explica Koala.
Los atrapamoscas tienen jornadas de trabajo de 12 horas, alternando la caza con la preparación de muestras.
MDSC, el laboratorio de pruebas en Ouagadougou, es uno de los tres laboratorios en el mundo capaces de hacer este trabajo. Se requieren 9.000 moscas por lugar, preparadas en muestras de 300.
Una vez en el laboratorio, se secan, congelan y decapitan  las moscas. También se cuentan a mano, se muelen y se mezclan para los exámenes.
Es un trabajo meticuloso y concienzudo, pero los resultados son cruciales para establecer si la oncocercosis sigue a raya.
El doctor Laurent Toe, director del laboratorio, parece no inmutarse por la tarea mientras hace cuentas. "9.000 moscas por lugar, diez sitios por país, siete países hasta ahora, eso son... 630.000 moscas al año. Algunas veces sube al millón".
A pesar de que más países africanos avanzan hacia la eliminación de la enfermedad, en el MDSC saben que hay cientos de miles más de moscas esperando a ser examinadas.
Toe explica que están viendo formas de mecanizar el proceso de conteo. También están intentando desarrollar trampas debido a la preocupación ética de usar atrapamoscas como Yacouba y Harouna.
"Somos pueblerinos, así que el dinero nos ayuda en la temporada de vacas flacas. Pero lo que realmente queremos es deshacernos de la oncocercosis, para siempre", señala Yacouba.

Ahora comprendo la suerte que tuve al no internarme por el valle de Kou en mis visitas a Burkina Faso. Los nativos me decían que "en el valle mucho yuyu, Bwana". Menos mal que atendí a sus advertencias. 
Respecto al procedimiento para cazar moscas, supongo que no está del todo mal para luchar contra el paro, proporcionando de paso un entretenimiento para el personal. 

8 comentarios:

  1. Probes negros. Les caen todas juntas las enfermedades.
    En la postguerra española estaba de moda colgar del techo, en tiendas y casas, unas tiras amarillas con enorme cantidad de pegamento y a las que las moscas quedaban pegadas. Un guarrada.

    Pero en la selva y junto al río ese de Valle Kou les resultaría práctico colgar de los árboles millares de telas engomadas de aquellas. Incluso se podrían poner unos trocitos de croissant pegados a las tiras para atraer a las NEGRAS MOSCAS.
    Por cierto, es el bicho al que odio más visceralmente.

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    1. Tengo la impresión de que esas tiras que dice llevaban miel o algo parecido para que acudieran las moscas. Si, además, le añaden trocitos de croisant como dice, me temo que no solo atraerán NEGRAS MOSCAS sino NEGRAS Y NEGROS de dos patas, por lo que será mejor que sigan con el procedimiento actual de la pantorrilla.

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  2. Jodo Bwana, consigo escaparme unos segundo de mis quehaceres... (todo el año tocándome los güebos y siempre por estas fechas me los tocan a mí) y me encuentro con las PUTAS MOSCAS, asociadas ad eternum con el puto caló y el putísimo verano.

    En fin, a pesar de todo no mesepasa el apetito y ahora mismo voy a homenajearme con un cafelito calentito* y un par de croisantitos.

    *no es que ayude la climatología especialmente pero es que con el aire acondicionado de la oficina se me ha olvidado traerme la bufanda y tengo algo así como fresquito

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    1. Tenga cuidado con el aire acondicionado y con el traicionero clima que estamos padeciendo. La bufanda es indispensable para estos días, así como evitar el transporte público donde se refugian todos los apestados que creían había llegado el verano.

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  3. Pues yo tengo claro, yo no pienso ir a cazar moscas negras.

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    1. Una decisión inteligente; tampoco yo voy a entretenerme con esa cacería (muy mal pagada, por cierto).

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  4. Que necesidad hay de cazar moscas con las manos, habiendo tantos aparatos antimosquitos por ultrasonido, en cualquier sucursal del Corte Inglés en Burkina Faso...

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    1. Pues deben de haberlas inaugurado en los últimos dos años, pues no vi ningún Corte Inglés durante mis visitas a ese país en 2009 y 2010, ni siquiera en la capital, Ouagadougou.

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