jueves, 20 de junio de 2013

DONDE VAN NUESTROS IMPUESTOS


El tranvía más largo del mundo

El Ayuntamiento de Vélez-Málaga alquila a Sidney los vagones de la línea que cerró hace un año
El tren deficitario supuso una inversión pública de 32 millones

(de El País)

La cochera es una nave industrial cualquiera frente a un centro comercial a las afueras de Vélez-Málaga, en la Costa del Sol. Dentro, siete operarios dan el último repaso a los próximos tranvías de Sidney. La mayor ciudad de Australia se los ha alquilado a este municipio de 77.000 habitantes, que ya no puede pagar su funcionamiento, según su Ayuntamiento. “Los australianos vinieron y fueron muy exigentes con los cambios que pedían. Los asientos, que eran verdes, ahora son de los colores de su bandera: rojo y azul. Los botones de emergencia tienen que estar más bajos para que alcancen los niños, y las barras las pidieron amarillas”, cuenta Óscar Peña, responsable de mantenimiento de estos equipos en una filial de CAF, la empresa fabricante. A mano aplican el disolvente que deja lustrosos los motores de los tranvías. En la cabina, unas pegatinas negras con los rótulos en inglés tapan el original en castellano. En julio, las dos primera máquinas embarcarán hacia Australia.

Revisando los tranvías de Sidney
Con la travesía en barco culminará la rocambolesca historia del primer tranvía moderno de Andalucía. Todo comenzó hace más de una década, cuando el entonces alcalde, Antonio Souviron (PSOE), propuso construir un tranvía que cubriera los 4,8 kilómetros que van del municipio a la pedanía costera de Torre del Mar, un rincón como tantos de la zona, con buen clima, chiringuitos y una amplia selección de prensa británica.

El proyecto lo tiene todo: es ecológico y moderno. La Junta de Andalucía, también del PSOE, está ya embarcada en planes de tranvía y metro en Sevilla, Málaga, Granada, Jaén y la bahía de Cádiz. En 2002, la Junta acuerda pagar los 32 millones de la obra y el Ayuntamiento se compromete a comprar los tranvías y encargarse de la explotación, que supone aportar 50 céntimos de euros de subvención por viajero. La primera fase se inaugura en octubre de 2006. El primer año no fue mal. El tranvía transportó 922.135 viajeros, y lo prevista eran 1,12 millones.
Hasta que comenzó a caer la afluencia. El actual alcalde, Francisco Delgado Bonilla, del PP, considera que el tranvía era una ruina. “Tenía un déficit de 1,1 millones al año, nos llevaba al caos económico”. El Ayuntamiento pidió a la Junta que abonara la mitad del coste, y esta replicó que eso no era lo pactado. Se ofreció a ayudar a reordenar el transporte público para que ganara viajeros. Hace un año, el Ayuntamiento se desentendió del travía y mandó pararlo. A cambio, la concesionaria amplió las rutas de buses.

El resultado es una ciudad recorrida por las vías de un tranvía que va a ninguna parte. La catenaria sigue intacta, pero entre las vías crece la hierba, y alguna de las nueve paradas está dañada. Un anciano que usa una como banco para descansar explica que los chavales tiran a los cristales con la escopeta de perdigones. Los todoterreno que pueden superar el bordillo aparcan en medio de la vía.



Con el tranvía parado, el fabricante de las máquinas, la empresa CAF, con sede en Beasáin (Guipúzcoa), preguntó al alcalde si podía mandar las máquinas a Sidney. En agosto de 2012 ganó un concurso allí para suministrar 18 tranvías por 20 millones, y las tres máquinas de Vélez más un prototipo de Linares servirían de adelanto. El Ayuntamiento recibirá 200.000 euros al año y se ahorrará los 80.000 euros de mantenimiento.

En Andalucía, los tranvías son un problema político de primer orden. El de Jaén está sin inaugurar por una divergencia similar tras invertir 120 millones, y en Málaga es cuestión de Estado si la segunda fase del metro será soterrada o en superficie (más barata).

Aunque las comunicaciones oficiales dan por hecho que el tranvía de Vélez se construyó con fondos europeos, no fue así. A pesar de que al proyecto le habían sido adjudicados 20 millones de la UE, la Junta no llegó a presentar la certificación de la obra después de que el servicio se detuviera, según una portavoz de Bruselas.

Un ejemplo más, junto a los aeropuertos sin aviones de Ciudad Real, Albacete, Lérida, Huesca y Castellón de la Plana, de cómo despilfarran nuestro dinero los políticos cuando están al mando. Si nos comparamos con Alemania, un país con 82 millones de habitantes y un PIB que triplica el de España, resulta que tienen un total de 38 aeropuertos, mientras que nosotros tenemos 50; algunos vacíos, como se puede comprobar a continuación:


Aeropuerto de Castellón
Aeropuerto de Lérida
Ganas me dan de no ir a la cita que tengo esta tarde con los Montoro´s boys y mandarlos a todos a hacer pugnetas.  

6 comentarios:

  1. Esto es un cachondeo total. Y porque no le ha dado por mirar las tropecientas carreteras que van al mismo sitio.
    Tenga cuidado esta tarde, no se vaya a equivocar en el DNI, que a los curritos no nos perdonan ni un fallo.

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    1. Me pregunto qué influencia tendrán los sobres pasados por debajo de la mesa con ese afán constructivo.
      He tenido la suerte de topar con un funcionario que ha tenido la amabilidad suprema de decirme que Hacienda debe devolverme dinero. Estoy saltando de alegría.

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  2. Estos lagarteranos de políticos han derrochado nuestro dinero en inutilidades como no se había hecho desde que montaron las Segunda Cruzada y se fue a Estambul en vez de a Jerusalen.

    Lástima de Código Penal inaplicado en cuanto a paisnos con cargo público.

    Esa cita con Montoro le podría servir para desinformarle a tope y convencerle de que sobra dinero en las Arcas del Estado.

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    1. En tiempos de las Cruzadas al menos tenían la excusa de perderse por falta de GPS y teléfonos móviles. Hoy día el que se pierde es porque quiere.

      Mi cita con los Montoro´s boys ha resultado de lo más grata, como le cuento a Dª maharani. Ahora solo me falta que me toque mañana la Primitiva y poder colaborar con Vd. en el abono de la cuenta del sábado.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Los impuestos que paga el pueblo, vuelven al pueblo en obras.
    No sé si este es el caso, pero es una frase que ha gustado mucho y es muy convincente...

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