Teniendo en cuenta las difíciles y pesadas tareas a las que tengo que someterme a diario, he considerado que ha llegado el momento de apartarme unos días de esta rutina. A tal efecto, voy a pasarme unos días en Santander, para disfruta de las brisas del Cantábrico y de sus estupendos productos.
Espero regresar a Madrid para la segunda semana de julio.
¡Hasta la vuelta!
Es duro ser tantas cosas a la vez : jubilado, abuelo, esteta de yogurinas paseantes, localizador de buenos croissants, soporte de una biografía extraordinaria, etc. etc., y por tanto hace vuestra merced muy bien en descansar.
ResponderEliminarY el lugar elegido es perfecto : ese Santander que el viejo Botin (el abuelo de la actual Botín) jamás supo pronunciarlo y al que llamaba SANDANTER.
Felices días. Y un caluroso saludo al matasanos y a la Matahari.
Don Javier: tiene razón en cuanto a la cantidad de actividades que pesan sobre nuestros hombros. Algunas, por cierto, se van abandonando por falta de tiempo o entusiasmo.
EliminarLamento comunicarle que el doctor nos dejó el pasado mes de abril. Doña Maharani me acompaña a Santander; le traslado sus saludos.
Muchas gracias por sus deseos.
Ya siento lo de Alberto, pues lo apreciaba por su simpatía y su esforzado camino en obtener una carrera como Medicina siendo disglósico. Mis más sinceros pésames a Elvira y a sus hijos, de los cuales conocí a uno que era un chicarrón enorme con sus 15 ó 16 años.
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