miércoles, 18 de febrero de 2009

Contaminación

Representación de los campos magnéticos que nos rodean. (Es una suerte que sean invisibles)

Para escapar de las influencias malignas de la crisis, me he buscado una preocupación más sutil: ¿hasta qué grado de deterioro cerebral nos están llevando las ondas electromagnéticas y demás efectos invisibles que circulan por nuestro entorno?

Estoy pensando, por ejemplo, en los hornos microondas, en los teléfonos móviles e inalámbricos, la radio, en las pantallas de televisión y del ordenador, los sistemas de alarma y, sobre todo, en el moderno WiFi que nos espía.

Cuando salimos a la calle, para escapar a la contaminación hogareña o laboral, nos reciben las transmisiones a radio taxis, ambulancias, móviles, policía, antenas de telefonía móvil. Los satélites bombardean con sus mensajes desde el espacio, sumados a los rayos cósmicos de toda la vida. También hay pulseras de control de malhechores, buscas, etc.

Entramos en un lugar público y tenemos que pasar por portales de control y otros elementos de vigilancia y espionaje.

En la carretera recibimos la influencia de las torres de alta tensión, los radares y antiradares, la propia radio de nuestro automóvil. etc.etc.

Nos largamos a la sierra para respirar un poco de aire puro, pero aquéllo está plagado de gente con sus móviles a pleno rendimiento.

Toda esa polución ¿no será la causa del actual estado de cosas en el mundo entero? ¿Se habrán alterado nuestras neuronas hasta el punto de que no nos percatemos de a quién votamos para que nos gobierne?

Por si acaso, me he comprado cuatro aerosoles de distintos sabores para descontaminar bien la casa. Con éso y el humo de la pipa espero encontrar un poco de paz espiritual. De lo contrario me daré una vuelta por el Tibet a ver cómo marcha la atmósfera por allí. Descarto la emigración a otro planeta por los momentos.

5 comentarios:

  1. Pues va a tener razón, Bwana. Yo vivo al lado del Pirulí*, rodeada de antenas, y en las municipales voté a Gallardoming.

    *(cerca de la calle 30)

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  2. ¡Hummmm! Cada vez que veo este video cambio de opinión.
    Primero me pareció que el personaje se había pasado de copas.
    La segunda vez pensé que se acababa de fumar un petardo.
    Esta vez se me ha desmadrado el "patómetro." Algo amanerado sí lo noto, ¡hummmm!

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  3. Buena idea, pero me temo que deben costar un pastón. Voy a preguntar en el chino.

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  4. Hola Bwana, acabo de volver de la Feria de Corseteria Parisina con los animos muy recuperados.
    Le recomiendo una vuelta por alli, a usted que es amante del dulce. Que pasteles los de Fauchon, mas que pasteles son pequeñas obras de arte con un sabor excelso.
    La dieta como tenia prometido, despues del Short Cake de mañana

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