Olfateando

Los humanos pueden percibir el miedo a través de la nariz. El fenómeno se conocía hasta ahora en animales. Un estudio realizado en Alemania prueba que también los humanos transmiten los sentimientos químicamente.

(de LaVoz.com)

Los seres humanos pueden percibir el miedo de otras personas a través de la nariz, según un estudio realizado por psicólogos alemanes de la Universidad de Düsseldorf. La psicóloga Bettina Pause, de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, destacó que el estudio prueba por primera vez que también los humanos transmiten los sentimientos y sensaciones químicamente. Este fenómeno sólo se conocía hasta ahora en los animales. "Las moscas, los peces o los roedores, todos comunican el estrés químicamente", señaló Pause, según la agencia de noticias DPA. Cuando una persona siente miedo, desarrolla determinadas moléculas en su sudor. Cuando otra las huele, se activan en su cerebro las regiones que reconocen el estado de angustia y de miedo y que desarrollan el sentimiento de compasión, explicó Pause. Para realizar esta investigación, los psicólogos analizaron durante 10 años las muestras de sudor de 50 donantes. Así, estudiaron el sudor de estudiantes antes de un examen, y días después sus muestras de sudor cuando hacían deporte. Después, 28 personas olieron esas muestras recogidas en un olfatómetro mientras se analizaban paralelamente las reacciones en su cerebro. La mitad de ellos supo identificar cuál era el sudor del miedo, aseguró la científica, que publicó hoy el estudio en la revista especializada One. Lo que se pudo demostrar con la investigación fue sólo que las pruebas del sudor del miedo activaban las zonas del cerebro especializadas en "el reflejo emocional" de los sentimientos de otros y en el reconocimiento del miedo. Con las muestras del sudor obtenido durante el esfuerzo físico no se obtuvo ninguna reacción cerebral. El estudio no pudo demostrar la composición molecular de los distintos tipos de sudor, ni el alcance exacto que puede tener el olor del miedo. "Creemos que son moléculas que pueden superar una cierta distancia", señaló Pause. Por ello, quienes quieran disimular el olor del miedo con una intensa higiene no tienen apenas oportunidades de lograrlo. "Los desodorantes sólo pueden ocultar las señales por un tiempo determinado", subrayó la investigadora.

Cuando una rotweiller me pegó un mordisco en la pantorrilla, a los 10 años, me dijeron que había olido mi miedo, por lo que creía que era una facultad que tenían los perros. Según el artículo, también los humanos tienen esa capacidad, aunque supongo que yo pertenezco a ese 50% que no la "disfruta". De lo que no me escapo es de la peste a sobaquina que despiden algunos sujetos en verano y que, en otras estaciones, se concentra en la ropa contaminada . En estos casos, más que a miedo me huele a una falta de higiene imperdonable.

No sé la clase de "sentimientos" que emiten algunas personas a través de sitios tan protegidos como los pies; un argentino diría que son "sentimientos gauchos" pero yo creo que son gente que abusa del Brie o del Camembert.

Por cierto, la Pause y los científicos que hicieron el estudio debían tener un estómago a prueba de bombas, ¡diez años analizando muestras de sudores!. ¡Hay que tener aguante y fe en la ciencia!

Podrían haber esperado un poco y utilizar la fabulosa naríz electrónica que acaba de inventar un científico español; se habrían evitado más de un disgusto.