La ciencia estudia crear leyes para los robots autónomos
• Los expertos prevén para el 2030 la coexistencia con máquinas independientes
• Abogan por criterios que delimiten su responsabilidad y que permitan castigarlas
(de El Periodico)
Hace algo menos de una década, el investigador Hans Moravec predijo que la inteligencia de los robots sería análoga a la de los lagartos en el 2010, a la de los ratones en el 2020, a la de los monos en el 2030 y, finalmente, a la de los humanos en el 2040. El vaticinio de Moravec, que trabaja en el Instituto de Robótica de la universidad norteamericana de Carnegie Mellon, vendría después refrendado por los tecnócratas de los dos países que más recursos destinan a la vida artificial, Japón y Corea del Sur —el Gobierno surcoreano ya ha dicho que pretende que cada hogar tenga su propio robot dentro de unos 10 años—, quienes creen que la sociedad en la que los robots coexistan con los humanos codo con codo emergerá alrededor del 2030, dentro de 20 años.Entonces comenzarán a verse sofisticados robots de nueva generación capaces de tomar sus propias decisiones, que formarán parte del día a día de las personas fuera de los ámbitos industriales, prestando servicios de enfermería, seguridad, domésticos o educativos. El problema es que, a diferencia de lo que ocurre en la física nuclear o la ingeniería genética, se ha reflexionado poco sobre los límites a la investigación con robots y cómo deben ser legisladas estas nuevas criaturas. Hasta ahora. Una nueva corriente entre los expertos quiere desarrollar criterios sobre quién regula a las máquinas, cómo se las castiga cuando infringen daños —una posibilidad que se multiplicará en el nuevo mundo robótico— y qué estatus jurídico darles.
NO MÁS PSICÓPATAS / Lo importante, sostiene Josh Hall, científico y autor del libro Beyond AI: creating the conscience of a machine (Más allá de la inteligencia artificial: Creando la conciencia de una máquina; inédito en España), es dejar de fabricar de una vez «robots psicópatas». ¿Robots psicópatas? De acuerdo con Hall, «si construyes inteligencia artificial sin pensar sobre su sentido moral o sin crear la capacidad de arrepentirse cuando esa máquina hace algo mal, entonces, técnicamente, esa máquina es una psicópata. Ya tenemos robots que toman decisiones de acuerdo con una serie de criterios preseleccionados, y en las áreas donde son expertos, toman buenas decisiones. Para que tomen decisiones de acuerdo a una serie ilimitada de criterios, faltan entre 10 y 20 años».«Es posible construir una máquina que actúe de forma absolutamente fiable, como si tuviese conciencia moral, y eso es todo lo que se necesita para hacer que esas máquinas sean útiles y seguras —continúa el científico por correo electrónico—. El resto se lo dejo a los filósofos». ¿Cómo? «La máquina ha de estar construida —contesta— para que aprenda ética igual que lo hace una persona: llevará inserto un sistema moral que será su punto de partida, pero después aprenderá en base a su experiencia y a lo que observa en otras personas y máquinas».
Me parece muy bien la opinión del amigo Hall sobre la necesidad de que los robots tengan conciencia moral. A ver si forman un partido político y empiezan a aparecer Robohitlers por todas partes y acaban con la humanidad. Alguien ya predijo que el hombre había sido situado sobre la tierra para desarrollar un sistema de extinción de su propia especie.
Mientras se logra controlar la ética de esos aparatos, preparémonos para disfrutar de tan sensacional invento en nuestras casas. ¿Imagináis la cantidad de cosas que podría hacer uno de ésos? Ir a la compra, sacar al perrito a pasear, limpiar la casa, cortarnos las uñas, el pelo, rascarnos la espalda, sacar la basura a su correspondiente contenedor, servirnos de chofer, etc.etc.
No quiero ni pensar en las infinitas actividades para las que estarán preparados cuando, perfeccionados, tengan un aspecto exterior similar a un humano, con su piel, uñas y pelos iguales que los nuestros. Supongo que existirán diferentes modelos, según exija el consumidor, probablemente de distintos colores, tamaños y variedad de sexos.
El futuro promete.
Quite, quite, a ver si las van a perfeccionar tanto que más de uno perecerá por electrocutación... y no me haga ser más explícito, que todos sabemos que hay gente que le gusta meter cosas en sitios raros, y si no ya me dirá Vd. que lleva a una persona sana(?) a meter una papeletea del psoe en la urna.
ResponderEliminarYo espero que hagan pronto un robot baratito que planche. Me da igual que se le vean las tuercas, con que cumpla las leyes de la robótica (es que de pequeña era muy fan de Asimov) y no se cargue la plancha me conformo.
ResponderEliminarD. isra:
ResponderEliminarEfectivamente, yo tampoco entiendo cómo puede haber personas normales que voten al psoe. Debe ser que se creen lo de la economía sostenible, aunque no sepan lo que es (ni yo).
Dª Maharaní:
ResponderEliminarSegún parece, los nuevos robots, planchan que es una maravilla, además recogen el planchado. No necesita Vd. su plancha, porque la llevan incorporada.
Lo de baratito ya me parece algo más difícil.
A nustros politicos les meteria (por cualquier orificio) un microprocesador a ver si se dejan de corruptelas. E incluso cedo el robot planchador que me toque, para sustituirlos. La ventaja de usar licra me impulsa a este altruista comentario. Saludo D. Bwana.
ResponderEliminarDª Calambrito:
ResponderEliminarNo creo que se haya inventado el microprocesador que evite las corruptelas. Tampoco creo que se lo dejaran meter.