LOS TRUCOS DEL CEREBRO
¿Está seguro de sus recuerdos?
¿Está seguro de sus recuerdos?
(de El Mundo)
Tras estas vacaciones le vendrán recuerdos de la época estival. ¿Serán ciertas esas evocaciones? La respuesta está en la materia blanca de su cerebro, en las propiedades de su microestructura, íntimamente relacionadas con la formación de falsos recuerdos, tal y como han demostrado autores españoles en una investigación publicada en 'The Journal of Neuroscience'.
"Cada vez que evocas un recuerdo lo estás volviendo a almacenar, la memoria es muy reconstructiva y no es un proceso perfecto", explica Antoni Rodriguez-Fornells, miembro de la Institució Catalana de Recerxa i Estudis Avançat (ICREA), y uno de los investigadores del estudio. De manera que nuestros recuerdos pueden ser verdaderos, pero también falsos.
Para comprobar si la tendencia a tener falsos recuerdos se debe a la estructura del cerebro, el equipo de Lluis Fuentemilla, principal autor del estudio, probó a inducir esas evocaciones incorrectas en 48 estudiantes de la Universidad de Barcelona, con una edad media de 22 años.
Primero les leyeron varias listas de palabras relacionadas semánticamente (mesa, sentarse, patas, asiento, sofá, escritorio, taburete....y así hasta 14 voces similares). Después, les preguntaron qué palabras recordaban y si entre ellas estaba una palabra 'señuelo', que no había sido mencionada previamente en esa lista (silla, en este caso).
Rodríguez-Fornells, doctor en Psicología, comenta que posteriormente les realizaron una resonancia magnética "donde se mira la difusión de las moléculas de agua en el cerebro y se correlacionaban unos resultados con otros". Los que recordaron más palabras señuelo tenían mayor propensión a los recuerdos falsos (curiosamente, el 75% de los participantes decía haber escuchado la palabra fantasma).
La materia blanca cerebral está compuesta por fibras nerviosas (axones) cubiertas de mielina, un tipo de grasa que le da su aspecto blanco y que incrementa la velocidad de transmisión de las señales nerviosas. Según el estudio, la tendencia a generar recuerdos verdaderos y falsos está relacionada con las diferencias individuales en esta sustancia blanca cerebral. Es decir, los recuerdos auténticos se asocian con un haz de sustancia blanca que conecta las zonas del hipocampo y el parahipocampo, dos estructuras vinculadas al recuerdo y el almacenamiento de memorias. En cambio, la tendencia a generar falsos recuerdos se vinculó con otro haz de sustancia blanca (el fascículo longitudinal superior) que conecta estructuras fronto-parietales que han sido relacionadas en otros trabajos de resonancia magnética funcional con las falsas memorias.
¡A ver si resulta que mis aventuras con Carmencita en Madagascar no son más que un recuerdo falso! Estos científicos no paran de darle a uno disgustos. Pues será que tengo un problema en el "fascículo longitudinal superior", pero recuerdo perfectamente las espectaculares experiencias que tuvimos juntos mientras clasificábamos lémures.
Tras estas vacaciones le vendrán recuerdos de la época estival. ¿Serán ciertas esas evocaciones? La respuesta está en la materia blanca de su cerebro, en las propiedades de su microestructura, íntimamente relacionadas con la formación de falsos recuerdos, tal y como han demostrado autores españoles en una investigación publicada en 'The Journal of Neuroscience'.
"Cada vez que evocas un recuerdo lo estás volviendo a almacenar, la memoria es muy reconstructiva y no es un proceso perfecto", explica Antoni Rodriguez-Fornells, miembro de la Institució Catalana de Recerxa i Estudis Avançat (ICREA), y uno de los investigadores del estudio. De manera que nuestros recuerdos pueden ser verdaderos, pero también falsos.
Para comprobar si la tendencia a tener falsos recuerdos se debe a la estructura del cerebro, el equipo de Lluis Fuentemilla, principal autor del estudio, probó a inducir esas evocaciones incorrectas en 48 estudiantes de la Universidad de Barcelona, con una edad media de 22 años.
Primero les leyeron varias listas de palabras relacionadas semánticamente (mesa, sentarse, patas, asiento, sofá, escritorio, taburete....y así hasta 14 voces similares). Después, les preguntaron qué palabras recordaban y si entre ellas estaba una palabra 'señuelo', que no había sido mencionada previamente en esa lista (silla, en este caso).
Rodríguez-Fornells, doctor en Psicología, comenta que posteriormente les realizaron una resonancia magnética "donde se mira la difusión de las moléculas de agua en el cerebro y se correlacionaban unos resultados con otros". Los que recordaron más palabras señuelo tenían mayor propensión a los recuerdos falsos (curiosamente, el 75% de los participantes decía haber escuchado la palabra fantasma).
La materia blanca cerebral está compuesta por fibras nerviosas (axones) cubiertas de mielina, un tipo de grasa que le da su aspecto blanco y que incrementa la velocidad de transmisión de las señales nerviosas. Según el estudio, la tendencia a generar recuerdos verdaderos y falsos está relacionada con las diferencias individuales en esta sustancia blanca cerebral. Es decir, los recuerdos auténticos se asocian con un haz de sustancia blanca que conecta las zonas del hipocampo y el parahipocampo, dos estructuras vinculadas al recuerdo y el almacenamiento de memorias. En cambio, la tendencia a generar falsos recuerdos se vinculó con otro haz de sustancia blanca (el fascículo longitudinal superior) que conecta estructuras fronto-parietales que han sido relacionadas en otros trabajos de resonancia magnética funcional con las falsas memorias.
¡A ver si resulta que mis aventuras con Carmencita en Madagascar no son más que un recuerdo falso! Estos científicos no paran de darle a uno disgustos. Pues será que tengo un problema en el "fascículo longitudinal superior", pero recuerdo perfectamente las espectaculares experiencias que tuvimos juntos mientras clasificábamos lémures.
Ahora mismo estoy hundido en un mar de dudas, después de haber leído ese artículo. ¿Visité Colombia el mes pasado o es una distorsión de la memoria? ¿Estuve charlando con Helen sobre las migraciones del cernícalo americano macho o todo ha sido fruto de mi imaginación?
Me temo que el asunto derive en una depresión como la que sufrí en 1999 con el cambio de siglo, ¿o fue otra distorsión? Vaya problemilla que nos ha regalado don Lluis, ¡ya está bien!.
Lo que no aclaran es si ese problema se combina con las regresiones fantasmagóricas, solo así se explicaría el tener un presidente que luchó en el bando frente populista en la guerra civil, que charla con el abuelo de Heidi (o era el suyo) y participó en la revolución de octubre del 17.
ResponderEliminaradenda-ahora me quedo con la duda de si las fotos de los sábados me las dieron las protagonistas de las mismas
D. isra:
ResponderEliminarEs posible que el sujeto quedara afectado por aspirar gas mostaza durante el sitio de Fort Souville en 1916, lo cual explicaría sus delirios fantasmagóricos en la actualidad.
Le envidio si las fotos las recibió personalmente de las interfectas.
Digan los que digan esos señores, mi rollo de verano con Brad Pitt fue cierto. Y sí, le dejé yo.
ResponderEliminarDª Ginebra:
ResponderEliminarHace muy bien en creer en sus recuerdos, ¡vaya suerte!
Yo, por el contrario, no estoy nada seguro de mis aventuras con Jessica Biel en Baden Baden durante la pasada Semana Santa.
Lo de la clasificación de lemures debe ser un recuerdo real, Bwana. Me lo comentó David Attenborough cuando me invitó a nadar con delfines en Polinesia.
ResponderEliminarDª Maharaní:
ResponderEliminarSi vuelve a ver a David, dele un saludo de mi parte. Espero que no le molestaran los tiburones blancos en la Polinesia.
Curiosa asociación D. Bwana.
ResponderEliminarComo Vd bien sabe lemur significa fantasma.
Un saludo.
D. Laslo:
ResponderEliminarHa acertado Vd., como siempre. Deben ser los duendes que me rondan por la cabeza.