lunes, 7 de septiembre de 2009

Vacaciones en Buenos Aires




Mi sobrino Carlos II me envía una relación de restaurantes de Buenos Aires que se distinguen por su originalidad:


1. Comes sushi sobre el cuerpo de una mujer desnuda: L’Averno. La milenaria modalidad japonesa llamada nyotaimori, hace furor en ciudades como Los Angeles, Londres y Nueva York, y consiste en servir piezas de sushi sobre el cuerpo de una mujer desnuda. L’Averno (un clásico para despedidas de solteros) es el primer lugar de Buenos Aires en tener su propio Body Club: cenas para seis que salen a $100 por persona. Para que las chicas no se sientan excluidas, también hay bandejas masculinas. Av. Corrientes 1632, Centro / T. 4371-1278

2. Un restaurante que no tiene cocinero: Mido. En este restaurante coreano ubicado en el Bajo Flores, no tienen cocinero. Sobre cada mesa hay una parrilla con brasas y un extractor de humo con tuberías de aluminio que suben hasta el techo. Junto con diferentes platillos (desde ostras frescas, hasta el típico Kimshi, un repollo fermentado y picantón) el mozo trae un plato con langostinos, panceta y carne cruda y una tijera de metal para que cada uno los corte en trozos y los haga vuelta y vuelta en la parrilla. Atención amable. Precio fijo de 50 pesos por persona, sin bebidas. No esperes un ambiente fashion tipo Las Cañitas. Esto se parece más bien a una estación de autobuses pero es lo que menos importa. Avenida Carabobo 1575, Bajo Flores / T. 4632-7111

3. Comes y te dan masajes: TukTuk. Este restaurante de Belgrano tiene dos salones. Uno con mesas y sillas,y otro con camillas. Cuando llegas te ofrecen dos cartas: una de platos thai y otra de masajes también tailandeses. Lo ideal es comenzar con un masaje y luego seguir las recomendaciones de maridaje del terapeuta para que “el efecto del masaje dure más”. Por ejemplo, tomar un masaje herbal de plantas medicinales y complementarlo una hora después –en la mesa- con una Tom Ka Kai (sopa de leche de coco, pollo y champiñones).Tuk Tuk es el otro extremo del fast food. Mendoza 1970, Belgrano / T. 4783-0887.

4. No hay menú y el dueño te cobra lo que quiere: Guido’s Bar . Un clásico de la mejor comida casera italiana que apareció en las noticias hace un par de meses cuando se supo que era el lugar de encuentro del infiel gobernador de Carolina del Sur y su amante argentina. Funciona así: te sientas y empiezan a traerte lo que sale de la cocina. Si te gusta, bien. Si no, espera al próximo plato. Al final te cobran usando un criterio que nunca queda totalmente claro y que, dicen, muchas veces depende de la cara de cliente. Si vas en traje, lleva dos de cien, por las dudas. República de la India 2843, Palermo Botánico / T. 4802-2391.

5. Un restaurante sin platos. De Olivas i Lustres. Sebastián Taricca, dueño de Olivas i Lustres, restaurante pionero del tapeo en Buenos Aires, un buen día se peleó con su proveedor de vajilla y no le quedó otra que improvisar: recurrió a su tío, vendedor de azulejos y baldosas, para que le proveyera algunos productos y así zafar la noche. La ocurrencia resultó tan exitosa que continúa hasta el día de hoy: sirve todos los platos sobre baldosines, azulejos, mayólicas, adoquines y hasta en tubos de ensayo. Gorriti 3972 / T. 4867-3388.

6. No tiene salón, se come en la cocina: Sifones & Dragones. Una cocina con mesas. Así se define este pequeño restaurante en el que Mariana de Rosa (cocinera y dueña del lugar) cocina literalmente al lado tuyo y saca la comida que va directo a tu plato. Casi como comer en tu comedor diario, pero difícilmente en tu cocina prepares cosas tan ricas como las de acá: empandas thai de pollo y camarón, salmón marinado en menta, cilantro y jengibre, y risotto de trigo burgol son algunos de los platos que hay actualmente en la breve carta que varía cada 15 o 20 días. Ciudad de la Paz 174 / T. 15 4413 9871.

7. El precio lo pone el cliente: Pampa Picante. Es el más original de todos y el que debería haber encabezado el listado, pero lamentablemente la semana pasada cambió de modalidad. La picardía criolla pudo más. En el menú de este restaurante no había precios, sólo la descripción de los platos, pues a la hora de pagar la cuenta cada comensal decidía cuanto abonar por la comida consumida. Al principio los clientes eran razonables y pagaban lo justo. Pero luego la cosa se desmadró. Y ahora todos los platos tienen precio. “La nuestra es una apuesta por la confianza”, decían sus dueños. Apostaron mal.Nicaragua 4610 / T. 4833 7251.


Espero que esta relación sea de alguna utilidad al lector que tenga previsto un viaje a la ciudad del Plata. Si escoge L´Averno, puede pasarse por Corrientes 348, 2º piso, ascensor, donde no hay portero ni vecinos.
Asimismo le recomiendo que vaya a ver bailar el auténtico tango en los numerosos locales que abundan en la ciudad. No perderse este ejemplo.

8 comentarios:

  1. Coño Bwana, pues es un resumen de uno que hay por mi pueblo, pides lo que quieres , te traen lo que les da la gana cuando les apetece y te cobran lo que les sale de los cojones.

    Y evidentemente te vas masajeado, después de tocarte los güebos los camareros, cuya habilidad más desarrollada es la de volverse ciegos cuando los miras y sordos cuando los hablas.

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  2. D. isra:
    ¡Si es que no sabe uno las cosas que hay en su país! Yo había pensado hasta ern darme una vuelta por la Argentina; ya me dirá Vd. dónde está su pueblo, pues me puedo ahorrar un pastón.

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  3. Lo del nyotaimori siempre me ha parecido estéticamente precioso pero luego sólo de pensar que me huela el cuerpo a pescado me entra un aaaaaaasco...

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  4. Dª Ginebra:
    Debe ser, como Vd. dice, bastante desagradable el olor que queda después de servir como plato de sushi.Confieso que yo desconocía la práctica del nyotaimori; voy a tener que viajar por lugares más avanzados que el África.

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  5. Hay que tener arte argentino, y cara, para poner un restaurante sin cocinero.
    Lo del nyotaimori me parece una guarrería enorme.

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  6. Dª Maharaní:
    Muchos tienen cara de sobra y, el arte, les rebosa por las orejas.

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  7. Bwana, en Madrid también puede encontrar restaurantes raritos. Por ejemplo, en el Diablo Mundo se cena a oscuras y en el Mezklum o en el LayDown en vez de sillas tienen camas.

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  8. Dª Ostra:
    En el de comer a oscuras no me pillan a mi. Yo soy de "luz y tenedores". ¡A ver qué guarrada te cuelan bien empanada!
    Lo de comer acostado me parece muy incómodo; hasta preferiría hacerlo de pie.

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