Cómo el tacto afecta nuestras decisiones
(de BBC Ciencia )
Si tiene que tomar una decisión difícil o realizar una dura negociación, asegúrese de estar sentado en una silla firme y dura porque el ambiente que lo rodea tiene un impacto directo en la forma como ve al mundo y a los demás.
Ésta es la conclusión de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos que reveló que, cuanto más suave el ambiente que rodea a un individuo, más feliz y más generoso será.
De la misma forma, cuanto más duras las cosas que lo envuelven, más egoísta y más agresivo, afirma el estudio publicado en la revista Science.
Los científicos de las universidades de Yale y Harvard, quienes llevaron a cabo el estudio, creen que las interacciones personales entre individuos pueden ser modificadas, de forma profunda pero inconsciente, por los atributos físicos de los objetos que nos rodean.
Los investigadores creen que esto se debe a que el ambiente táctil que nos rodea es un reflejo de lo que vivimos cuando éramos bebés y el confort físico era la único que importaba.
Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos para probar cómo el peso, textura y dureza de los objetos que nos rodean, influyen en nuestros juicios sobre eventos o situaciones no relacionadas.
Por ejemplo, en una serie escenarios ficticios, los voluntarios tenían que llevar a cabo una negociación difícil para comprar un auto y para ello se les pidió a unos que se sentaran en sillas suaves y a otros en sillas duras.
Los que estaban sentados en sillas suaves se mostraron más flexibles -y más débiles- en el momento de acordar un precio en la negociación que quienes se sentaron en sillas duras.
En general, el estudio mostró que el peso, la textura y la dureza de los objetos inanimados influyen de forma inconsciente en nuestros juicios y decisiones.
Esto sugiere, dicen los científicos, que el tacto, que es el primer sentido que desarrollamos, podría ser un "andamio" sobre el cual la gente construye sus juicios y decisiones sociales.
"Nuestras mentes están profunda y orgánicamente vinculadas a nuestros cuerpos" afirma el profesor John Bargh, psicólogo social de la Universidad de Yale, uno de los autores del estudio.
"Las experiencias físicas no sólo forman la base de nuestros pensamientos y percepciones, sino influyen también en nuestra conducta hacia los demás. Y algunas veces esto ocurre simplemente porque estamos sentados en una silla dura y no en un sillón suave", agrega.
Según el investigador, poder controlar este ambiente de primeras impresiones influídas por el ambiente táctil podría ser particularmente importante para llevar a cabo una negociación o buscar un empleo.
"El uso de 'tácticas táctiles' podría representar ahora una nueva frontera en la influencia social y en la comunicación".
Si tiene que tomar una decisión difícil o realizar una dura negociación, asegúrese de estar sentado en una silla firme y dura porque el ambiente que lo rodea tiene un impacto directo en la forma como ve al mundo y a los demás.
Ésta es la conclusión de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos que reveló que, cuanto más suave el ambiente que rodea a un individuo, más feliz y más generoso será.
De la misma forma, cuanto más duras las cosas que lo envuelven, más egoísta y más agresivo, afirma el estudio publicado en la revista Science.
Los científicos de las universidades de Yale y Harvard, quienes llevaron a cabo el estudio, creen que las interacciones personales entre individuos pueden ser modificadas, de forma profunda pero inconsciente, por los atributos físicos de los objetos que nos rodean.
Los investigadores creen que esto se debe a que el ambiente táctil que nos rodea es un reflejo de lo que vivimos cuando éramos bebés y el confort físico era la único que importaba.
Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos para probar cómo el peso, textura y dureza de los objetos que nos rodean, influyen en nuestros juicios sobre eventos o situaciones no relacionadas.
Por ejemplo, en una serie escenarios ficticios, los voluntarios tenían que llevar a cabo una negociación difícil para comprar un auto y para ello se les pidió a unos que se sentaran en sillas suaves y a otros en sillas duras.
Los que estaban sentados en sillas suaves se mostraron más flexibles -y más débiles- en el momento de acordar un precio en la negociación que quienes se sentaron en sillas duras.
En general, el estudio mostró que el peso, la textura y la dureza de los objetos inanimados influyen de forma inconsciente en nuestros juicios y decisiones.
Esto sugiere, dicen los científicos, que el tacto, que es el primer sentido que desarrollamos, podría ser un "andamio" sobre el cual la gente construye sus juicios y decisiones sociales.
"Nuestras mentes están profunda y orgánicamente vinculadas a nuestros cuerpos" afirma el profesor John Bargh, psicólogo social de la Universidad de Yale, uno de los autores del estudio.
"Las experiencias físicas no sólo forman la base de nuestros pensamientos y percepciones, sino influyen también en nuestra conducta hacia los demás. Y algunas veces esto ocurre simplemente porque estamos sentados en una silla dura y no en un sillón suave", agrega.
Según el investigador, poder controlar este ambiente de primeras impresiones influídas por el ambiente táctil podría ser particularmente importante para llevar a cabo una negociación o buscar un empleo.
"El uso de 'tácticas táctiles' podría representar ahora una nueva frontera en la influencia social y en la comunicación".
Interesante estudio que explica la realidad de muchas cosas que atribuimos a diferentes motivos. Hay que sospechar, según han descubierto, del interlocutor que nos ofrece un cómodo sillón mientras él se sienta en una silla de madera. No se trata de cortesía, sino que debe pretender que seamos más flexibles y cedamos a sus pretensiones sin problema.
Es asombroso lo que saben estos científicos de Yale y Harvard.
El entorno y la montura influyen en la personalidad, sí señor. Yo por eso que en mi curro tengo silla de escritorio no muy cómoda y colegas hijos de la gran puta estoy en plan agresivo...ya sabes usted, empresa pública devenida privada con los años, pero con ex-funcionarios vagos y maleantes que siguen en sus puestos...el sino de Estepaís.
ResponderEliminarVoy a intentar controlar yo el entorno de mi despachillo,y hacer algunos cambios, a ver si le cojo cariño a Pepiño.
ResponderEliminarUd. sabe, don Bwana, que tan es así el asunto que a un chorizo en cuanto le sientan en una silla dura y le dan dos tortazos con la mano abierta, canta la Traviata, y si es etarra se hace tenor de por vida.
ResponderEliminarLo cual contraviene a lo anterior pero no del todo. A los encausados judicialmente se les hace ponerse de pié para dictarles sentencia, incómoda postura para recibir castigo.
Y ya en un plano más doméstico, las parientas plantean sus deseos de adquisición de bienes particulares especialmente caros cuando el marido se halla adormecido comodamente o con un par de copas de anís encima tras la cena.
Pero eso lo sabíamos todos, o si no a ver por qué elegimos con tanto cuidado los sofalitos para la casa.
ResponderEliminar¿Podría ser, y sólo podría ser, que entre esas tácticas táctiles estuviese el masaje de zona genital para inclinar del otro lado la negociación?
ResponderEliminarYo no he reparado en la comodidad de los sillones donde me apoltrono porque en todos me quedo dormido y no puedo hacer esa comparativa... incluso en el trabajo a pesar de que mis compis estén dale que te pego a la tecla del ordenata todo el día, DESALMADOS
Pues no me extraña ni un pelo, es que es cierto, no hace falta hacer un estudio para saber que el ambiente que nos rodea influye directamente en nuestro estado de ánimo.
ResponderEliminarNo es lo mismo estar en una oficina gris, cutre, con sillas incómodas y compañeros gilipollas, que estar en una con vistas, sol a raudales, y compañeros agradables.. amosssssssssss
Acabo de darme cuennn de una cosa. Nuestros mayores, hace muuuucho tiempo tenían sillones mucho más austeros que los nuestros. Jamás se permitían despatarrarse, pues desde sus cuadrados y formativos asientos les era imposible. En cambio nosotros, con estos sofases blandos, grandes y super acomodaticios perdemos la compostura y la dignidad cada velada. ¡Ay, va a ser por eso todo, Virgen Santa!
ResponderEliminarD. CAROLVS II:
ResponderEliminarNo me extraña que esté Vd. cabreado. Conozco bien el percal después de cinco años trabajando en una empresa de esas características.(A lo mejor estamos hablando de la misma. ¿Es de telefonía?)
D. MAMUMA:
ResponderEliminarPues me parece que ya están haciendo efecto los cambios, por las últimas entradas en su Blog.
D. Javier:
ResponderEliminarLa estrategia de las parientas demuestra su gran capacidad para obtener resultados. De allí su enorme éxito en la dirección de empresas privadas, aunque la mayoría fracase cuando actúa en el gobierno y, además, es del pso.
Dª Ginebra:
ResponderEliminarEfectivamente, cuanta más comodidad en casa, mayor facilidad para solucionar inconvenientes. Y si encima, tenemos aire acondicionado, ni le cuento.
D. isra:
ResponderEliminarCreo que su pregunta sobre tácticas táctiles la contestaría mejor el amigo Dominique. En mi humilde opinión todo dependerá de un acuerdo entre las partes.
Y siga Vd. disfrutando tan sabiamente de su tiempo.
Dª Sandra:
ResponderEliminarTiene más razón que un santo. Y si, además, hay aire acondicionado, la perfección absoluta.
Dª Pussy Cat:
ResponderEliminarEfectivamente, aquellos ambientes tan austeros obligaban a mantener la compostura y evitaban el relajo. Todo tiene su explicación.
Osease que tenemos que comprar los coches de pie, ¿no?, bien tomo nota.
ResponderEliminarSaluditos.
D. Zorrete:
ResponderEliminarUn taburete también vale, por lo que parece.
Saludos