jueves, 28 de junio de 2012

EN LA GUARDERÍA

Después de pasar unos días en el estupendo servicio de urgencias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, retomo la dirección del Blog para jolgorio de mis amables lectores.

He sufrido una afección renal,  uno de los pocos órganos que había conservado en condiciones de uso hasta los momentos y que, gracias a los cuidados del eficiente personal  de ese servicio, ha sido corregida. Las instalaciones modernas, amplias, con aire acondicionado (indispensable estos días en Madriz) y muy limpias contribuyeron a que la estancia fuera menos pesarosa. Me dió la impresión de estar en uno de esos bonitos hospitales privados que salen en las películas de Hollywood y, encima, gratis total.  Las torturas recibidas a base de pinchazos diversos en las manos, golpes en abdomen y aledaños, etc.  fueron soportables porque las propinaban enfermeras muy simpáticas y bastante guapas.

La parte más desagradable ha sido la convivencia con otros 5 pacientes en el módulo de UCE (corta estancia). Se ha logrado modernizar y hacer habitable uno de los lugares que antaño eran más desoladores, pero lo que no han podido mejorar es la educación de los clientes.

 He tenido la suerte de que me asignaran un bonito pijama de color azul, similar a éste:


A mis vecinos, según he podido apreciar cuando se levantan de la cama, les han correspondido unos batines bastante indecorosos, supongo que por razón de la edad (la mayoría eran más jóvenes que un servidor):


Imagino que debido al verano, llevaban un modelo similar pero estilo "mini falda".
El dibujo que sigue se aproxima más a la realidad, aunque las posaderas estaban púdicamente cubiertas por lo que, sospecho, eran unos pañales.

Como comentaba al principio, la noche pone al descubierto la escasa educación de mis vecinos: llaman persistentemente a las enfermeras para que les cambien el dodotis y uno de ellos o varios (no consigo definirlo) se dedica a la expulsión de gases por diversos puntos de salida. El caso más desagradable lo presenta un señor  que van a operar de  pólipos y al que están  poniéndole enemas diversos y continuados. Por lo que deduzco, el hombre es incapaz de retener el líquido inyectado y tienen que venir a cambiarle la cama, ocultando el panorama con unos bonitos biombos. A pesar del aire acondicionado y de subirme la sábana hasta las narices, percibo una peste a guardería bastante desagradable
Afortunadamente hoy por la mañana  el médico me ha dado el alta y mis hijas han venido a recogerme. No ha podido ser más oportuna la marcha del lugar pues, finalmente, el señor de los enemas ha logrado su objetivo y se ha producido una invasión de gases asfixiantes que hacían imposible permanecer en la zona..

Ha sido tan rápida la evacuación (la mía) que me he llevado de recuerdo una vía que me habían colocado en la mano derecha.

14 comentarios:

  1. Vaya, hombre, me alegro un montón de que haya vuelto a sus "labores" tras la experiencia de conocer un hospital por dentro, ya que es Ud. muy curioso en todo.

    Esos cuasi-pijamas hospitalarios estarían muy bien en enfermas de 20 a 25 años.

    ¿No será que se ha fugado del hospital por aquello de las vecindades y el aburrimiento?

    Me alegro muchísimo de su restablecimiento y que lo constato en el excelente sentido del humor que conserva.

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    1. Le aseguro que, a pesar de mi natural curiosidad, no tengo ni he tenido nunca el menor interés en conocer ese tipo de instalaciones.
      Estoy de acuerdo en que esa vestimenta, atada por delante o por detrás, sería mucho más elegante para ciertas jovencitas.
      Esta vez no me he fugado, aunque no me faltaron ganas.
      Agradezco su interés por mi persona y le doy las gracias.

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  2. Tres hurras por el Bwana, por su sentido del humor y por esperar pacientemente a que le dieran de alta. Me alegro mucho de que esté de vuelta en la blogosfera.
    Un abrazo muy fuerte.

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  3. Me alegro de su vuelta Bwana, aunque debido, me imagino a la experiencia vecinal, se le ha olvidado incluir detalles creo yo (modestamente) necesarios para la comprensión completa del relato, y es ¿sabemos la consistencia de la caguetilla posterior (e inevitable) a la deflagración?... dato que nos indicaría la cantidad de introducciones restantes antes de la operación y su mejoría en el descanso (la suya, no la del pedorro).

    Cita al final del relato una de las cositas que más miedo me dan de un hospital....LAS PUTAS VÍAS, nunca me han operado de nada y espero que nunca lo hagan porque si me meten una vía voy derechito al hoyo (o el/la que me la ponga).

    addenda - si me lo hubiese comentado con anterioridad le habría recomendado hacer acopio de batas hiperventiladas por la retaguardia, van a ser lo más "in" el día del orgullo y podría haber hecho caja para el depredador de la Moncloa.

    addenda 2 - me alegra muchísimo tenerle de vuelta.

    addenda 3 - si me hace el honor de pasar por mi blog verá que está de plena actualidad, hay una foto que bien podría tratarse de parte de su vecino

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    1. Sospechaba que iba Vd. a interesarse por la salud del señor de los enemas, pero lamento no poder contestar a sus preguntas por haber abandonado el lugar precipitadamente. Sin embargo me atrevo a suponer que el sujeto fue operado sin ningún problema, ya que debía tener el intestino como los chorros del oro.
      Muchas gracias por su interés hacia mi persona. Ahora mismo pasaré por su Blog para ver esa foto.

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  4. Me alegro que ya estes bien.
    Pues la forma de salir por piernas del Hospital,me recuerda la frase:Mariquita el ultimo.

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    1. No hacía falta decir "mariquita el último"; era cuestión de correr para salvarse de morir asfixiado.
      Gracias

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  5. Ale ale Bwana que bien que celebro su libertad zampandose un par de helados, mientras servidora le quitaba la via, que en su huida se habia dejado puesta. Ni lñas gracias dio. Todo para quitarse el pestorro. Y certifico que era terrible. Jajajajajajaja.

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    1. Al no poder celebrar con champagne, por lo de los antibióticos, tuve que acudir al stock de helados, mi segunda opción para ocasiones especiales.
      Y gracias por lo de la vía; por cierto, ni notar.

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  6. ¡Ay! Que me parto de risa D. Bwana, me alegro enormemente de ver que su sentido de humor no solo lo mantiene intacto sino que creo que ha mejorado sobre todo en las sutiles ironías a las que nos tiene acostumbrados.
    Bueno, no se preocupe si no puede brindar con Champagne Semi, ya lo hago yo por usted. (Hasta que le den el alta).

    P.D. Con este post a dado usted en la DIANA.

    ¡Un abrazo D. Bwana!

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    1. Muchas gracias por el brindis y le notifico que estoy al 99% de salud. La vista de Diana ha contribuido a mi mejoría.
      Un abrazo D. Carlos.

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  7. ¡Me alegro un montón de su curación, Bwana! Además ha salido con ganas de hacernos reír y lo ha conseguido.
    Las batas de marras son un atentado contra la dignidad humana. Costaría muy poco añadir un buen trozo de tela de manera que el trasero estuviera tapadito.Es horrible ver el culo a todos los paseantes de los pasillos de los hospitales, que parece que no se dan cuenta del espectáculo lamentable que ofrecen.
    Saludos, querido amigo.

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    1. Agradecido por su comentario. Nunca me han colocado una de esas humillantes batas y espero que no lo hagan jamás. De todas formas, si mis condiciones físicas o mentales lo impidieran, estoy seguro de que conservaría los gayumbos para evitar mostrar mis vergüenzas.
      Un abrazo

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