Científicos norteamericanos detectan la existencia de dimensiones adicionales Se sospecha que existe una cuarta dimensión, e incluso podría haber una quinta
Antes de meternos en dimensiones adicionales, tratemos de entender las 3 en las que nos movemos. Para éllo resulta ilustrativo el cuento de Edwin Abbot sobre el País del Plano.
En 'El País del Plano', los personajes son formas geométricas diversas que viven en un mundo exclusivamente bidimensional. Al comienzo de nuestra historia, el narrador, un Cuadrado de mediana edad, tiene un sueño inquietante en el cual visita un reino unidimensional, el País de la Línea, cuyos habitantes sólo pueden moverse de un punto a otro. Con creciente frustración intenta explicar quien es él, una línea de líneas, proveniente de un país en el que se puede uno mover, no sólo de punto en punto, sino también de lado a lado. Los habitantes del País de la Línea, enfadados, están a punto de atacarle cuando se despierta sobresaltado.
Un poco más tarde, aquel mismo día, intenta ayudar en sus estudios a su nieto, un pequeño Hexágono. El nieto sugiere la posibilidad de una tercera dimensión, un reino en el que habría arriba y abajo, además de un lado y otro. El Cuadrado tacha esta idea de estúpida e inimaginable. Aquella misma noche el Cuadrado tiene un encuentro extraordinario, decisivo para su vida: recibe la visita de un habitante del País del Espacio, el reino de las tres dimensiones.
Al principio, el Cuadrado se siente simplemente confundido por su visitante, un extraño círculo que parece cambiar de tamaño, e incluso desaparecer. El visitante se presenta a sí mismo como una Esfera. Parecia cambiar de tamaño y desaparecer, tan sólo porque estaba acercándose al Cuadrado en el espacio y descendiendo al mismo tiempo. Dándose cuenta de que sólo con argumentos no podría llegar a convencer al Cuadrado de la existencia de la tercera dimensión, la Esfera, exasperada, le introduce en una experiencia de profundidad.
El Cuadrado queda fuertemente conmocionado. Dice: 'Tenía una sensación confusa y mareante en la visión, era algo distinto que ver; veía una línea que no era una línea, y un espacio que no era espacio. Yo era y no era yo mismo al mismo tiempo. Cuando pude recobrar la voz, lancé un grito de agonía: Esto es la locura o el infierno!'. 'No es ninguna de las dos cosas', replicó serenamente la voz de la Esfera. 'Es conocimiento; son las tres dimensiones. Abre tus ojos otra vez, y trata de mirar con tranquilidad'.
Tras haber tenido esa experiencia intuitiva de la tercera dimensión, el Cuadrado se convierte en su apóstol, intentando convencer a sus conciudadanos del País del Plano de que el Espacio es algo más que sólo una noción propia de los matemáticos. A causa de su insistencia, es finalmente encarcelado en beneficio publico. Cada año, en lo sucesivo, el sumo sacerdote del País del Plano, el Círculo Jefe, acude a tantearle para comprobar si ha recobrado su sano juicio, pero el Cuadrado continúa insistiendo testarudamente en que hay una tercera dimensión. No puede olvidarlo, aunque no es capaz de explicarlo.
Un poco más tarde, aquel mismo día, intenta ayudar en sus estudios a su nieto, un pequeño Hexágono. El nieto sugiere la posibilidad de una tercera dimensión, un reino en el que habría arriba y abajo, además de un lado y otro. El Cuadrado tacha esta idea de estúpida e inimaginable. Aquella misma noche el Cuadrado tiene un encuentro extraordinario, decisivo para su vida: recibe la visita de un habitante del País del Espacio, el reino de las tres dimensiones.
Al principio, el Cuadrado se siente simplemente confundido por su visitante, un extraño círculo que parece cambiar de tamaño, e incluso desaparecer. El visitante se presenta a sí mismo como una Esfera. Parecia cambiar de tamaño y desaparecer, tan sólo porque estaba acercándose al Cuadrado en el espacio y descendiendo al mismo tiempo. Dándose cuenta de que sólo con argumentos no podría llegar a convencer al Cuadrado de la existencia de la tercera dimensión, la Esfera, exasperada, le introduce en una experiencia de profundidad.
El Cuadrado queda fuertemente conmocionado. Dice: 'Tenía una sensación confusa y mareante en la visión, era algo distinto que ver; veía una línea que no era una línea, y un espacio que no era espacio. Yo era y no era yo mismo al mismo tiempo. Cuando pude recobrar la voz, lancé un grito de agonía: Esto es la locura o el infierno!'. 'No es ninguna de las dos cosas', replicó serenamente la voz de la Esfera. 'Es conocimiento; son las tres dimensiones. Abre tus ojos otra vez, y trata de mirar con tranquilidad'.
Tras haber tenido esa experiencia intuitiva de la tercera dimensión, el Cuadrado se convierte en su apóstol, intentando convencer a sus conciudadanos del País del Plano de que el Espacio es algo más que sólo una noción propia de los matemáticos. A causa de su insistencia, es finalmente encarcelado en beneficio publico. Cada año, en lo sucesivo, el sumo sacerdote del País del Plano, el Círculo Jefe, acude a tantearle para comprobar si ha recobrado su sano juicio, pero el Cuadrado continúa insistiendo testarudamente en que hay una tercera dimensión. No puede olvidarlo, aunque no es capaz de explicarlo.
Imaginemos lo que nos puede pasar a nosotros si aparece una figura de 4 dimensiones. De momento solo seremos capaces de apreciar 3. Carl Sagan explicaba, de forma similar, cómo el ser humano es incapaz de imaginar esa cuarta dimensión. Tampoco podemos explicarnos de manera racional, lo que es el universo. En mis correrías por el Africa profunda, mientras contemplaba aquel cielo nocturno, limpio de contaminaciones, traté de entender en qué consiste el Cosmos y dónde demonios está contenido. Pensaba en un globo inflado dentro del cual aparecían infinidad de estrellas, mientras los mosquitos trataban de distraerme, y en los famosos muñecos rusos, pero nada de nada.
Los que dicen que saben mucho del asunto, aseguran que el Universo se creó hace 13.000 millones de años; Me pueden colar todos los millones que se les ocurran, pero lo que quiero saber es qué había antes en ese espacio y dónde estaba instalado. Consultado con varios brujos africanos de reconocida solvencia, me decían que el Universo es infinito y que está en contínua expansión, tras lo cual, se quedaban tan frescos.
A Hock Gnaban, un famoso predicador de la tribu de los maumau, le planteé lo siguiente:"Si pudiéramos lanzar un cohete en línea recta hacia el espacio, con suficiente empuje para que no parara nunca, ¿regresaría a la Tierra, después de haber recorrido todo el Universo? Hock recapacitó un poco y contestó:"No, Bwana doctor, cohete jamás regresar a la Tierra, debido a lo infinito del espacio". Esta sabia respuesta me dejó un buen rato tratando de comprender este razonamiento, sin lograrlo, por lo que dejé el asunto para mejor ocasión. Tengo pensado un viaje al Tibet, a ver si encuentro algún sabio lama que logre descifrar mis pensamientos.
Hace unos días me regalaron uno de esos muñecos rusos, que se abren y contienen otro más pequeño y así sucesivamente y los tengo en mi escritorio para que me ayuden algo en este misterio.
En vista de cómo se está poniendo la situación, no sería mala cosa entrar en esa cuarta dimensión, por si pudiéramos perder de vista a algunos personajes de la tercera.
Hace unos días me regalaron uno de esos muñecos rusos, que se abren y contienen otro más pequeño y así sucesivamente y los tengo en mi escritorio para que me ayuden algo en este misterio.
En vista de cómo se está poniendo la situación, no sería mala cosa entrar en esa cuarta dimensión, por si pudiéramos perder de vista a algunos personajes de la tercera.
De momento estoy lamentando haberme metido en este jardín.
Bueno, vale, eso de las distintas dimensiones lo podemos mirar detenidamente pero... lo de las muñecas rusas... o sea, eso de tener mogollón de otros seres dentro, así tipo alien, casi que lo descartamos ¿no?
ResponderEliminarI have a dream… de pequeño soné con la posibilidad de pintar los pedos de 7 colores y compruebo que más pronto que tarde la ciencia hará mi sueño realidad (lo cual demuestra que, lejos de estar loco, estaba adelantado a mis contemporáneos).
ResponderEliminarIgualmente, desde los 5 años defiendo la teoría de la "relatividad corpórea" (perdón por el entrecomillado) y anhelo el día en que pueda lavarme los pies en una botella.
Me alegra ver que esas teorías descabelladas tenían su lógica, por explicar, pero la tenían y se acerca el momento de reivindicar mi papel en el progreso de la humanidad, no obstante una duda me embarga, si estamos jodidos en 3 dimensiones ¿lo estaremos más en 4?
adenda - tere en 4 dimensiones ¿se lo imagina?
Dª Ginebra:
ResponderEliminarDescarte Vd. lo que desee, pero yo no dudaría que, dentro de ZP, hay otros ZP. Probablemente es la razón de que tenga mareado al personal con sus múltiples dimensiones.
D. Isra:
ResponderEliminarNoto que, ya desde su tierna infancia, estaba Vd. anticipando el futuro. ¡Asombroso!
Respecto a esa señora en 4 dimensiones, prefiero pasarme a las dos para no verla.
"Cuando pude recobrar la voz, lancé un grito de agonía: Esto es la locura o el infierno!'"
ResponderEliminarPues a mí pasa lo del cuadrado de Abbot oyendo las noticias. A ver si es que me falta una dimensión.
(Lo de las muñecas rusas no puede aplicarse a ZP: se le quedarían enganchadas las manos)
Dª Maharani:
ResponderEliminarPues yo a ZP le veo muchísimas manos. Es un movimiento contínuo que me marea. Entre éso, la sonrisita y las trolas que le salen de la boca, tiene hipnotizado al personal.
Bwana, he encontrado matriuskas de Putin, de Obama, de Rajoy y de furbo.
ResponderEliminarPero ni rastro de José Luis. Igual ahí hay negocio.
Dª Ostra:
ResponderEliminarLo investigaré.
Gracias.
Yo estoy convencido de que en Moncloa y en la Zarzuela existen puertas dimensionales.
ResponderEliminarSi no, no se explica lo de este país, oye.
:D
D. Mike:
ResponderEliminarLo que sugiere me estremece, amigo mío.