Nunca hubiera imaginado que Cantinflas estuviera tan de moda entre la juventud. Contemplo, asombrado, que muchos adolescentes lo superan en el arte de enseñar los calzoncillos sin perder los pantalones. También me recuerdan la verborrea del genial mexicano, los discursos de algunos personajes (y "personajas") de la política española. Definitivo: Cantinflas es inmortal.
Aparte de bajarse los pantalones, lo cual no deja de ser una moda peligrosa, me llama la atención la cantidad de sordos que hay entre la juventud. Una gran mayoría circulan por las calles con unos cables que salen de sus orejas, parecidos a éstos:
No me extraña que haya una sordera generalizada entre el personal que va al cine y no ha llevado algodones para los oídos. Hace unos días, en una sesión estereofónica, había olvidado los algodones y tuve que usar el chicle, después de fracasar haciendo unas pelotillas con las entradas. Pero es que el ruido era tan ensordecedor que estuve a punto de salir de la sala. Parece que los exhibidores piensan que, con más volumen, animan la película. Me hago una idea de lo que será uno de esos conciertos a toda pastilla, donde la gente, de pie, agita desesperadamente los brazos tratando de pedir que bajen el volumen.
Volviendo a los pantalones, pudiera ser que los jóvenes quieran competir con las chicas que van presumiendo de ombligo y reduciendo el espacio vital a su mínima expresión. A veces el ombligo está cubierto con gruesas capas de grasa que impiden su visión, a pesar de lo cual, se trata de ponerlo al descubierto, algo lamentable. Por suerte pueden apreciarse auténticas maravillas, que acreditan las habilidades de quien deshizo la vía de comunicación con la madre. En mi clase presencio verdaderas exhibiciones que, en algún caso, dificultan la lección.
El jueves pasado, sin ir más lejos, tuve que castigar a Samanta, de cara a la pared, por venir a clase de esta guisa:
Es que hay límites que no deben sobrepasarse y aunque algunas chicas no sepan ya que hacer para atraer al personal de la acera de enfrente, me niego a estas exhibiciones en clase. Solo faltaría que los colegas se mosquearan por el 10 que le puse a Samanta por su excelente trabajo en fisiología.
Es que hay límites que no deben sobrepasarse y aunque algunas chicas no sepan ya que hacer para atraer al personal de la acera de enfrente, me niego a estas exhibiciones en clase. Solo faltaría que los colegas se mosquearan por el 10 que le puse a Samanta por su excelente trabajo en fisiología.
(He visto por ahí que sigue la crisis y las cortinas de humo para ocultarla; sigo al loro)
D. Bwana, veo que ha querido compartir con el mundo. Eso está bien.
ResponderEliminarMuchas gracias Don Laslo, se hace lo que se puede. Cuando el mendigo guitarrista le dijo al que seguía a la chica,: "Una limosnita para este pobre ciego que toca pero no puede ver", el otro le contestó: "No se queje, que peor es lo contrario".
ResponderEliminarSamanta MALA
ResponderEliminarcastigo más que merecido
Como experta en el tema pantalones -me avalan 2 años de zurcir tiros de vaqueros que no aguantan estar 10 cm. por debajo de su disposición lógica- he observado que la cosa tiende ahora hacia la cintura sobaquil (será por el enfriamiento global o porque se han hartado de esmorrarse cuando salen corriendo para coger el metro)
ResponderEliminarQué bien, bwana, veo que les está haciendo buen tiempo, ¿eh? (lo digo porque samanta no tiene piel de gallina en el culo)
ResponderEliminar¿A los chicos no les castiga ni ná?
Desde luego, D. Isra, y uno que no es de piedra...
ResponderEliminarExcelsa Maharani:
ResponderEliminarNo sabía que en la India tuvieran el mismo problema. Si ahora van al estilo sobaquil, va a tener trabajo extra, me temo.
Dª Ginebra:
ResponderEliminarTenemos un tiempo primaveral y todavía está puesta la calefacción;
nos estamos asando.
Sólo hay cinco chicos en clase y suelen estar muy atentos al panorama.
Dª Sol:
ResponderEliminarMuchos piensan que el Bronx es la capital de Jamaica, supongo que por el rap.
Quien fuese pared, para poder castigar los lujuriosos e impudicos atuendos de la inocente Samantha
ResponderEliminarSr. Guille:
ResponderEliminarLo veo a Vd. inscribiéndose en mi clase. Será bienvenido.
Por cierto, nadie ha comentado la figura de Cantinflas, ¡hala, todos a por la pobre chavala!
D. Bwana, usted siempre tan pedagógico. Le felicito por su entrada. Ya comienza a rozar el paraíso del humor. Un abrazo,amigo.
ResponderEliminarP.S. Si usted cree que alguna de mis clases pariculares pueden ayudar a Samantha no dude en reclamar mi modesta ayuda.
Baltasar se hacía un colchoncito
Igual que el alcalde socialista de Alcaucín, que escondía 160.000 euracos en el colchón mientras se desgañitaba por soleares, el Juez Garzón, presuntamente, trincó 200.000 pavos en USA.
Lo malo no es cobrar por dirigir ciclos de conferencias, lo insólito es callárselo como un puta y seguir percibiendo el sueldo base de la Audiencia Nacional. Un ejemplo a imitar para su hija, a la que también le han salido gratis total los estudios en la Escuela Internacional de Naciones Unidas.
Y es que el Sr. Garzón es humano. Es humano y, como todos nosotros, está preocupado por la crisis. Por eso, el juez justiciero, se hacía un colchoncito. ¡Qué envidia, me da usted, D. Baltasar!
Baltasar se hacía un colchoncito
De acuerdo, don Alfredo, pero tenga en cuenta que es un artículo de mirar y no tocar. ¿Vale?
ResponderEliminarJajaja, muy bueno. Yo debo ser raro, por que mis pantalones van por la altura que deben y mis oídos se deleitan más con una conversación.
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