Un hombre deja a su mujer en casa mientras se va de vacaciones con una muñeca
(de Metro.co.uk)
(de Metro.co.uk)
La señora de Dave Hockey no está tan enfadada como podría Vd. sospechar porque su marido se haya ido de vacaciones con otra mujer, ya que la sustituta es una muñeca de plástico.
Dave, de 57 años y padre de dos niños, se ha llevado a “Bianca” a un viaje a través de los EEUU y luego a Gran Bretaña incluyendo visitas a Oxford y Stonhenge.
Dave insiste en que a Wendy, su mujer, una médico retirada, no le importa.
“Ella sabe que no voy a escaparme con un pedazo de silicona en forma de mujer” . “Bianca” pesa 40 kilos y hay que moverla en una silla de ruedas. Es una de las 14 muñecas en las que Mr. Hockey ha gastado unos 20.000 euros en viajes y vestidos, incluyendo 1.500 en lencería fina. .
Dave incluso ha llevado a “Bianca” a esquiar. “El instructor dijo que fue un placer dar clases a alguien sin tener que aguantar sus gritos”.
“Ella sabe que no voy a escaparme con un pedazo de silicona en forma de mujer” . “Bianca” pesa 40 kilos y hay que moverla en una silla de ruedas. Es una de las 14 muñecas en las que Mr. Hockey ha gastado unos 20.000 euros en viajes y vestidos, incluyendo 1.500 en lencería fina. .
Dave incluso ha llevado a “Bianca” a esquiar. “El instructor dijo que fue un placer dar clases a alguien sin tener que aguantar sus gritos”.
Dave, de 57 años, es un productor de cine de Nueva Escocia (Canadá) y está actualmente trabajando en un documental sobre propietarios de muñecas, aunque asegura que su colección es simplemente un hobby. “Algunos aficionados prefieren muñecas a una relación humana normal, son los llamados “Dollators”, pero en mi caso, son simplemente muñecas, no gente”.
Ya hemos tratado en este Blog sobre los "amantes Otaku", aficionados japoneses a estas marranadas, pero desconocíamos su extensión a países occidentales. Desde luego el Dave parece demasiado cariñoso con lo que dice es "un pedazo de silicona". En la primera foto está consultando la ruta con la "Bianca" y, en la segunda, comparte un refresco con gran entusiasmo.
A la Wendy aparentemente le importa un pepino el vicio de su marido y se queda en casa cuidando las 13 muñecas restantes.
Impresionante.
El tío es un raro, pero la mujer más.
ResponderEliminarLa gente está muy malamente, Bwana.
Es una manera de edscansar mutuamente del otro y desconectar.
ResponderEliminarA la peña se le está yendo la pelota mogollón
ResponderEliminarDª maharani:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo; hay mucha gente suelta que tendría que estar internada en el psiquiátrico.
D: MAMUMA:
ResponderEliminarEs un punto de vista razonable, pero me inclino por una visita al psiquiátrico.
Dª Maribeluca:
ResponderEliminarAsí es; hay mucho trabajo para los doctores de la mente.