La camarera Kayleigh Barker tiene fobia a los tomates, pero adora el ketchup. Está considerando, seriamente, cambiar de empleo.
(de Metro.co.uk)
La sola visión de un tomate la hace salir despavorida, lo que resulta bastante chocante si alguien pide una ensalada. “Si aparece un tomate, desaparezco inmediatamente. Ni siquiera puedo mirarlo”, dice la camarera, de 22 años y residente en Southampton (RU). “Una vez un amigo metió unos cuantos tomates en mis bolsillos, como broma, pero se aplastaron al sentarme y casi me da un infarto. En otra ocasión, mi jefa me dijo que cerrara los ojos, porque me iba a dar un regalo. Entonces colocó un tomate en mi mano.. Salí corriendo del restaurante y no pude volver a trabajar el resto del día”.
Este miedo a los tomates se llama “Licopersicoa”, pero curiosamente, no afecta al Ketchup, que la Kayleigh utiliza sin problemas. El sicólogo Peter Hayward, con 25 años de experiencia en fobias, está asombrado con el asunto de Kayleigh. “Para ser honesto diré que es bastante rarillo”, dijo.
No lo veo tan "rarillo" como dice el Peter; a mi vera tengo a un hijo que tiene el mismo problema: odia el tomate pero se pone como el kiko de ketchup.
A mi el único tomate que no me gusta es el de la tele.
Por otra parte, ¿hay algo más rico que el aroma de una hoja recien arrancada de una tomatera?
jajaja, joder como esta el patio en la Péfida Albión...me lo iba a pasar pipa yo con esta personaja llenándola los bolsillos de tomatitos cherry jajaja
ResponderEliminarEsta lo que quiere es escaquearse en el trabajo.
ResponderEliminarCon la excusa de la fobia no sirve un plato.
Ese odio o amor según sea al natural o en bote es tremendamente común en todos los críos...por lo menos son igual de sanos a decir de los médicos...a mí por ejemplo, me gustan más las alcachofas de lata, así que no puedo criticar mucho.
ResponderEliminarSe lo dice un urbanita convencido y que odia enormemente todo aquello que tiene que ver con el campo, los bichos y la naturaleza en general...
ResponderEliminarDEJADO CON EL CULO TORCIDO ME HA, no sabia yo que los tomates tenían hojas, en fin, que nunca te acostarás sin saber una cosa más.
Hasta me sa olvidao de qué iba el post, sorry.
Y estoy con Maribel, yo prefiero lo envasado e industrial a lo casero, donde esté el caramelo líquido de bote que se quite esa cosa que se hace con azúcar en una sartén
D. CAROLVS II:
ResponderEliminarEsos tomatitos que menciona me resultan muy incómodos de comer; no hay manera de pelarlos.
D. aspirante:
ResponderEliminarEs posible que esté Vd. en lo cierto. La vagancia aguza el ingenio.
Dª Maribeluca:
ResponderEliminar¿Las alcachofas de lata? En mi opinión (de afamado gourmet, of course) no hay nada comparable a la alcachofa fresca. Quizás las congeladas pudieran pasar, pero una tortilla de alcachofas frescas es lo mejor que se puede comer envuelto en huevos. Aunque se pongan algo negritas, como suele suceder.
D. isra:
ResponderEliminarPues mi querido amigo, las tomateras tienen unas hermosas hojas. También les salen ramas en las axilas (unión de la hoja al tallo) que hay que podar a mano. Al hacerlo, se desprende un aroma delicioso que impregna los dedos.
Por cierto, ha llegado a mis oídos que se prepara una visita de amigos blogueros a la insigne Complotum durante la Semana Santa, a la que pienso asistir. Sería un honor contar con su presencia en tan honorable acto.
Mantengame informado Bwana.
ResponderEliminar¿Y para qué se quitan las axilas a la tomatera? Pues porque son ramas sin flor, así no se desgasta la planta en crecimiento inútil y además no le quitan el sol a las ramas con tomates.
ResponderEliminarYo estoy con el aspirante y me da la impresión de que esa manía es una excusa.
D. isra:
ResponderEliminarLe ruego me envíe su em al siguiente: "pendehouse@yahoo.es".
Así podremos comunicarnos mejor.
Saludos
Dª maharani:
ResponderEliminarNoto que sabe Vd. algo sobre tomates. ¿Será, por un casual, ingeniera agrónoma?