¿Comería menos si supiera cuánto ejercicio tiene que hacer después?
(de BBC Mundo)
Si le decimos que para quemar las calorías que contiene una hamburguesa hace falta caminar dos horas a paso ligero, ¿lo pensaría antes de comérsela?
Investigadores estadounidenses encontraron que los menús que incluyen la cantidad de ejercicio que se necesita para quemar las calorías que se están a punto de consumir, pueden ayudar a que la gente coma menos
El estudio de la Texas Christian University reveló que los comensales que recibieron esta información adicional ordenaron y consumieron alimentos menos calóricos que el resto de los clientes.
El primer grupo recibió un menú que no mostraba ninguna información sobre las calorías. Los del segundo grupo recibieron cartas que mostraban las calorías de los alimentos y a los del tercer grupo se le entregaron menús que contenían información acerca de las calorías y la cantidad de ejercicio necesario para quemarlas.
Todos los menús ofrecían la misma variedad de comidas y bebidas: hamburguesas, sándwiches, ensaladas, papas fritas, refrescos y agua.
Ninguno de los voluntarios conocía la razón del estudio. Para interpretar los resultados, los investigadores tuvieron en cuenta los distintos niveles de hambre.
El tercer grupo comió mucho menos que el grupo uno. En general, ordenaron comidas que contenían unas 100 calorías menos, en promedio.
Shah dijo: "Este es el primer estudio que examina los efectos de visualizar los minutos de caminata necesarios para quemar las calorías de los alimentos".
"Este estudio sugiere que hay beneficios".
Según los investigadores, caminar a paso ligero es algo con lo que casi todo el mundo puede relacionarse.
¡Qué manía con las malditas calorías! Ya no va a poder uno comerse tranquilamente una fabada sin hacerse el camino de Santiago, so pena de llevarse un disgusto. Además parece que no han tomado en cuenta que las caminatas abren el apetito, por lo que, si se trataba de comer menos, les va a salir el tiro por la culata, con perdón.
Mucho más eficaz es comer en uno de esos restaurantes "de diseño" donde te ponen mucho adorno pero poca chicha.
¡Qué manía con las malditas calorías! Ya no va a poder uno comerse tranquilamente una fabada sin hacerse el camino de Santiago, so pena de llevarse un disgusto. Además parece que no han tomado en cuenta que las caminatas abren el apetito, por lo que, si se trataba de comer menos, les va a salir el tiro por la culata, con perdón.
Mucho más eficaz es comer en uno de esos restaurantes "de diseño" donde te ponen mucho adorno pero poca chicha.
Ahí, ahí, lo más ecológico-adelgazador irse a un restaurante de 300 euros para arriba el menú. Salvo que a la salida de "templos" así se vaya uno directo a comprarse un bocata de chorizo.
ResponderEliminarTodo esto me recuerda que conozco a uno de Complutum que ansía verse delante una triple hamburguesa. Probe. La de horas de gimnasio que luego tiene que meter.
Yo creo que la esbeltez se mantiene mejor ingeriendo, no todos los días, una buena ración de rape a la brasa para seguir con 700 gramos de cordero crujiente al horno, y terminar con una buena copa de helado. Los no abstemios pueden añadirle un par de copitas de Armagnac.
Naturalmente, con la consiguiente siesta. Siempre confortadora de todo tipo de males físicos.
Ese señor de Complutum debe ir todos los santos días al gimnasio si come esas hamburguesas; lo digo por su aspecto atlético. En cambio, servidor tiene que comer en platos de postre hasta la fabada, he abandonado las galletas de mantequilla y los pasteles y, sin embargo, no me entran los pantalones del verano pasado.
EliminarEl menú que describe y la consiguiente siesta me parecen deliciosos, pero los dejaré para Navidades.
Estos estudios los hacen los americanos porque tienen un problema muy gordo (nunca mejor dicho) con los consumidores de hamburguesas y no saben qué hacer para que dejen el vicio de los burgerkings.
ResponderEliminarA mí si me dicen en una carta que después de tomarme un tiramisú tengo que dar tres vueltas a la manzana, me voy a tomarlo a otro lado. Vamos, hombre.
Aquí no tenemos ese problema tan gordo de los armoricanos, pero ya llegaremos. ¡Con lo que nos gusta imitar todos sus defectos!.
EliminarPues yo por un tiramisuc de ésos, soy capaz de subir la cuesta de las perdices....
Como muy pocas hamburguesas, pero luego de comer alguna, los domingos me voy a dar cuarenta vueltas por el perímetro del Parque del Retiro.
ResponderEliminarYo creo que ese recorrido que hace los domingos le permitiría comer todos los días en la hamburguesería y seguir manteniendo esa atractiva figura. No se prive.
EliminarYo siempre lo hago, ayer por la tarde me pasé por la cocina a visitar a mi bote de nocilla de 1,2 kg (20% gratis), calculé cuanto tiempo debería estar corriendo en la cinta del gimansio si me calzase todo el bote a cucharadas soperas y lo volví a guardar en el armario.
ResponderEliminarComo Vd. comprenderá mi cuerpazo no puede ni debe ser castigado innecesariamente, sólo con el especial Heartbreak Hotel (doble de todo) del Tommy Mel's, bueno, y mañana me pasaré por el Plaza Norte a calzarme la hamburguesa más grande que tengan en el Yesterday
Ya lo suponía: esa musculatura no se consigue dándole a la tecla del ordenador sino a fuerza de voluntad en el gimnasio. En mis buenos tiempos de judoka también me permitía ciertos excesos, sin consecuencias para mi cintura. Hoy pensaba ir a la piscina, pero está llena de canalla (chiquillería) y no quiero que me rompan la espalda con sus saltos incontrolables, así que tendré que volver a comer en plato de postre.
EliminarMi preferida es "Love Me Tender".
EliminarMi preferida sois vos, querida dama.
EliminarYo tengo suerte, no como amburguesas.
ResponderEliminarPero el mejor remedio es ir a comer a un restaurante de muchas estrellas, no engordas ni pa Dios.
Y encima te dajan la visa hecha unos zorros.
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