La policía de Xinjiang utilizará gansos para combatir la delincuencia
(de Telegraph.co.uk)
La policía de la región china de Xinjiang tiene la intención de utilizar gansos en su lucha contra la criminalidad, según informa el Diario del Pueblo.
A pesar de que suena ridículo no es una idea tan descabellada. De entre todas las aves, los gansos son extremadamente vigilantes y tienen un magnífico oído. Zhang Quansheng, jefe de policía de Xianjiang, ha declarado que estos animales “son muy valientes, cuando detectan un intruso despliegan sus alas y le hacen frente, son como un radar”.
La propia ONU ha destacado las virtudes de estos animales. De hecho,
no es la primera vez que los gansos son empleados en tareas similares.
El Ejército de los Estados Unidos empleó 900 gansos en 1986 para vigilar
sus instalaciones militares en Alemania Occidental.
Además, la historia
cuenta que los gansos ayudaron a los romanos cuando fueron invadidos
por los galos en el año 390 antes de Cristo.
Que los yankees utilizaran gansos para vigilar sus instalaciones militares no me parece nada extraordinario. ¿Qué mejor cuña que la del mismo palo?
De la capacidad para vigilar que tienen gansos y ocas doy fe, pues fui propietario de uno de esos animales y me cuidaba mejor que un perro de presa. Tampoco me extraña que los romanos, que se las sabían todas, los utilizaran en sus centurias, lo que explicaría la paradoja de que las centurias fueran formadas por 80 hombres: las completaban los gansos que actuaban como "bussinators" avisando de la presencia del enemigo con sus graznidos. De su experiencia en los ejércitos romanos les ha quedado la costumbre de volar en forma de "V".
No puedo menos que dedicar un recuerdo a los Hermanos Marx en su película "Sopa de ganso".
Uy, uy uy, se le está pegando el estilo de imaginar las cosas de Doña Lucrecia y eso deviene en peligroso acercamiento a la "incongruencia congruente".
ResponderEliminarToda la historia proviene, y en sí es una leyenda que contaban las mamás romanas a sus bebés, de que Roma fue salvada (cuando sólo sólo era una pequeñísima parte de Italia) de una invasión en una noche en que los gansos del capitolio con sus graznidos despertaron a la guarnición de soldados y salvaron a la ciudad de ser invadida por galos de las galias de los croissants.
Ahora que usted habla de chinos se le va a confirmar a Doña Lucrecia que es usted la conexión de la Mafia Dragón Tornasolado con contactos en el blog de Liun-Fú de Tetuán.
¿Que no me entiende nada?
Pregúnteselo a la Controller para que le explique su teoría.
¡Qué más quisiera yo que "me se" pegara algo de la sin par Dª Lucrecia!
EliminarVuelvo a repetir que NO conozco a ningún chino, aparte de los ya mencionados (el barbero de Francos Rodríguez y el de todo a cien de abajo). La única vez que he tenido que ver algo con esa incomparable raza es cuando, producto de una "itericia", algunas partes de mi anatomía se tornaron de un bonito color amarillo.
La opinión de la Controller ya aparece a continuación de la suya.
Dn. Bwana: Me asombra su obsesión por las novedades chinas, igual que en el blog de mi amiga china de Tetuán. Es innegable que Vd. forma parte de la conexión china de Madrid. Con respecto a los gansos de los romanos, con su permiso, lo voy a rectificar. Ellos llevaban gansos antes y después de las batallas para que almuercen los centuriones, por el hambre que les despertaban esas terribles batallas. Los graznidos que se escuchaban no eran para avisar nada, eran por la resistencia de los gansos a entrar en las ollas para cocinarlos.
ResponderEliminarEs posible que tenga cierta tendencia a informar de las novedades chinas pero, desde que vi a Boris Karloff en "La máscara de Fu Manchú" y leí una novela en que el mismísimo Sherlok Holmes lo investigaba, se me despertó un gran interés por los asuntos chinos. Siempre he considerado y así lo he expuesto en muchas ocasiones, que el llamado "Peligro Amarillo" que se atribuía a los chinos, se trataba, en realidad, del peligro nipón, por la sencilla razón de que los primeros ya tienen suficiente terreno donde expandir su población, mientras que los japos carecen de espacio y de ahí sus intentos fallidos de expansión a costa de sus vecinos. Tampoco hay que olvidar el peligro amarillo consecuencia de alguna hepatitis o ictericia.
EliminarQuede constancia, por lo dicho, que soy inocente de cualquier conexión china de la que me acusa.
Que los gansos sirvieran de festín a los esforzados centuriones no deja de ser una posibilidad aunque, si eran tan simpáticos como el que tuve, dudo mucho que se los comieran por mucho hambre que tuvieran.
He tenido ocas y también doy fe de todo lo dicho en este post. Valientes y protectores, avisan de todo lo que se menea fuera de lo habitual y se atreven con todo, ya sean perros, caballos, zorros o chorizos. Con lo único que no pueden es con las águilas, que les atacan desde arriba sin avisar (de esta forma perdí varias ocas... ). Una de ellas, Jordi (llamado así porque era un ganso del Ampurdán), era el guardaespaldas del Marajá y no permitía a nadie acercarse a menos de 2 metros sin riesgo a llevarse un picotazo (o un alazo, que es casi peor).
ResponderEliminarMuy majos los gansos.
Me alegra mucho que conozca tan bien a esos animales y que los tenga en tan alta estima. Ponerles nombre de persona humana me parece muy interesante y lamento que no se me hubiera ocurrido bautizar a mi precioso ganso en su día y antes de su terrible fallecimiento.
EliminarBien en cuanto al oído, pero en cuanto al uso de armas para repeler un
ResponderEliminarataque, ¿ qué tal lo llevan?
No necesitan armas; pegan unos aletazos y unos picotazos que arredran al más pintao.
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