Médicos siberianos utilizan varas para curar la droga-adicción.
(de oddity central)
Psicólogos de una clínica siberiana usan castigos corporales para ayudar a drogadictos, incluyendo alcohólicos y adictos al sexo, para recuperar su vida normal.
El tratamiento consiste en el azote de nalgas con varas o cañas. “Sacudimos a los pacientes en el culo con un propósito eminentemente medico, no se trata de una terapia sado-masoquista” dice la profesora Marina Chukhrova.
Parece que existen claros principios científicos detrás de esos azotes. Chukhrova y su colega, el Dr. German Pilipenko, aseguran que los adictos sufren de una falta de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad” y que los azotes estimulan al cerebro para emitir endorfinas al cuerpo, haciéndole sentir una grata sensación sin tener que usar otras drogas. “Los azotes contrarrestan la falta de entusiasmo por la vida que, a menudo, está detrás de adicciones a la droga o a tendencias suicidas o desórdenes psicosomáticos”, dice Pilipenko. Admite que esta técnica suscita mucho escepticismo en algunos colegas, pero insiste en que el dolor actúa como una inyección contra el estrés.
Interesante noticia que clarifica algunas circunstancias de la vida:
Resulta que el Marqués de Sade no era tan cruel como lo pintan y se trataba, en realidad, de un sanador.
Los azotes que nos propinaba nuestra madre cuando hacíamos alguna pillería tenían su motivo científico, lo que demuestra la sapiencia de nuestras progenitoras.
Esas nalgadas que se dan algunos futbolistas durante los partidos son para estimular el ánimo y no caricias "zerolenses" como sospechábamos.
Estupendas conclusiones las que obtiene, Don Bwana, de la terapia de la Chukhrova.
ResponderEliminarMenos mal que a los ingenieros de Caminos, de Minas, o a los aeronaúticos no les da por "experimentar" sistemas "nuevos" de construir viones de bambú o puentes de naipes.
Como bien sabe, Don Javier, los médicos están a la vanguardia en lo que a experimentación de sistemas nuevos se refiere. Si, encima, son siberianos, cualquier cosa que inventen será extraordinaria.
EliminarHace poco se puso de moda el Ceregumil, que me daban cuando tenía cuatro años porque le había ido muy bien a mi abuelo.
Y una buena mano de hostias deja el cutis como el culito de un niño... creo que voy a echar unas horitas en alguna clínica de estética, ellas más jóvenes y yo muchísimo más relajado.
ResponderEliminar¡¡Magnífica teoría vive dios!!
Si encuentra esa clínica de estética, haga el favor de avisarme porque soy bastante hábil sacudiendo con una regla de madera y me gustaría reverdecer mis laureles.
EliminarCuando yo tenía ocho años y me escapaba de casa, para encontrarme con Marcelito, mi novio de la primaria, al volver, mi madre me esperaba para darme azotes en las nalgas y como yo lloraba, me decía: No llores, ya me los vas a agradecer. Estos azotes son muy buenos para contrarrestar tus desórdenes psicosomáticos. Las madres siempre tienen razón...y los rusos también...
ResponderEliminarMucha sapiencia la de su progenitora y es cierto que las madres siempre tienen razón. Lo de los rusos ya me parece más discutible, aunque me hayan comprado la casita que tenía en la playa de Moraira.
EliminarPues van a tener que ponerles el culo como un tomate.
ResponderEliminarSospecho que a varios tendrán que dejárselo en carne viva para que dejen el vicio.
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