El 27 de diciembre recibí una llamada de mi amigo Ben Khama, director del hotel Gaborone Sun, en Botswana, solicitando mi presencia en ese país para ayudar a las autoridades en la búsqueda de la famosa locutora de radio Mma Mhlongo, desaparecida misteriosamente hacía unos días.
En vista de los problemas del aeropuerto de Barajas, decidí coger el vuelo Barcelona-Londres-Johannesburgo-Gaborone y me presenté en la capital de Botswana después de un viaje bastante desagradable.
En vista de los problemas del aeropuerto de Barajas, decidí coger el vuelo Barcelona-Londres-Johannesburgo-Gaborone y me presenté en la capital de Botswana después de un viaje bastante desagradable.
Me esperaba Ben en el aeropuerto y me acompañó al hotel, en su flamante Porsche, mientras me explicaba la razón de su solicitud.
"Las cosas por aquí andan bastante revueltas; hay una enorme tensión entre los Kgotias por la sucesión al trono de Richard Kambura y se han producido terribles desórdenes. La gente también está indignada por las consecuencias de la retirada de Togo del campeonato africano de fútbol y por el retraso en la emisión de la serie televisiva -Agencia femenina de detectives-. Además tenemos al vicepresidente de India de visita en nuestro país y parece muy interesado en nuestras minas de diamantes; así que las cosas no podrían estar más enredadas.
Y ahora, encima, desaparece la reina de Radio Botswana, la señora Mma Mhlongo.
"Las autoridades locales han solicitado la colaboración de la policía de los países vecinos y la Interpol, sin éxito, por el momento"
"Conociendo tus amistades con los hechiceros bosquimanos he pensado que tu ayuda podría ser determinante para solucionar el misterio", terminó.
Llegamos al hotel bajo un chubasco de categoría y me aposenté en la habitación. Después de una ducha, bajé al restaurante que, por cierto, está especializado en pescado; (recomiendan siempre algunos de la zona, como el famoso peri peri con el que nunca me he atrevido).
Me esperaba Ben en la mesa, acompañado por Ray van Doors, un inspector de la policía, de origen sudafricano. Mientras degustábamos los sabrosos camarones Benquella y el delicioso lenguado de la costa oeste, mis compañeros de mesa me contaron que la Sra. Tirelo Modise, conocida como Mma Mhlongo o la reina de la radio, desapareció el 22 de diciembre cuando, supuestamente, se dirigía a Mozambique, su tierra natal. Al no tener noticias suyas, la familia pidió ayuda a la policía sin que, hasta el momento, se sepa nada de la popular locutora. Como, por otra parte, las autoridades están de uñas con los bosquimanos, acuden a mí por mi amistad con esa gente.
Prometiendo hacer lo posible para investigar el asunto, me despedí de mis compañeros, pidiendo me enviaran un 4x4 con un guía para dirigirme al día siguiente al territorio de los bosquimanos.
A las 4 de la tarde me encontré en el bar con Sonia Raggler, relaciones públicas del hotel, que me invitó a "dar unas bolas" en unos terrenos cerca del hotel.
No es que el campo sea un anténtico green, pero la muchacha insistió en que contemplara su estupendo drive con la madera 1. Esta chica cre que soy un golfista de primera y no la he querido desengañar, así que me permití un pequeño divertimento antes del difícil asunto que me iba a ocupar los próximos días.
Luego me llevó a dar una vuelta por la ciudad para que viera el enorme cambio que se ha producido últimamente, con la profusión de visitantes de todas partes del mundo que vienen a buscar aventuras en estas bellas tierras. Al lado de la avenida principal contemplé, efectivamente, a grupos de turistas con sus característicos trajes, que negociaban excursiones con los guías que pululan por los alrededores.
Mañana tendré que internarme en la Reserva de Caza del Kalahari Central para tratar de localizar a la tribu de los Gwis, a la que pertenece mi amigo Ngongo Nabi. Va a ser una difícil tarea porque los bosquimanos son gente de culo inquieto y se trasladan constantemente de territorio. Encima las autoridades de Botswana llevan más de 20 años tratando de expulsarlos de su territorio, así que, aunque quisieran, no podrían permanecer estables.
Espero encontrar a los Gwis en la Reserva, de lo contrario tendré que aventurarme por los difíciles pantanos de Okavango, al norte de Botswana, donde también se les ha visto.
Continuará
Mañana tendré que internarme en la Reserva de Caza del Kalahari Central para tratar de localizar a la tribu de los Gwis, a la que pertenece mi amigo Ngongo Nabi. Va a ser una difícil tarea porque los bosquimanos son gente de culo inquieto y se trasladan constantemente de territorio. Encima las autoridades de Botswana llevan más de 20 años tratando de expulsarlos de su territorio, así que, aunque quisieran, no podrían permanecer estables.
Espero encontrar a los Gwis en la Reserva, de lo contrario tendré que aventurarme por los difíciles pantanos de Okavango, al norte de Botswana, donde también se les ha visto.
Continuará
Y encima le habrá hecho buen tiempo, qué suertudo. Yo estas vacaciones pretendía ver el Partenón y me he hinchado a contemplar paraguas.
ResponderEliminarDios, qué intriga!!!!
ResponderEliminarDª Maharani:
ResponderEliminarNo me extraña nada; conozco a alguno que fue a buscar el Partenón en Sicilia porque hacía mejor tiempo.
Dª Reinadelmango:
ResponderEliminarEspere que ordene un poco mis apuntes y verá lo que es canela.
Un saludo
Interesante... eso si, me sorprende lo blanca que es la gente en las playas de Bostwana... quedo a la espera del segundo episodio!
ResponderEliminarDesconocía la presencia de "primas" por esa zona Bwana, tendré que mover mis hilos para ver que grado de parentesco me una a ellas.
ResponderEliminarDe todos modos Bwana, ha dado Vd. un dato que me indica lo que ha sucedido con ella, pero no daré pistas.
Anda que no son horteras ni ná esas chavalas. Monas, sí, pero horteras.
ResponderEliminarNo sabes tú nada para seleccionar las compañías en el trabajo.
ResponderEliminarMe da que la saga Botswana se va a enredar de lo lindo.
Desde luego como se nota que la experiencia ayuda a elegir los viajes. Yo venía de la Sierra y tuvieron que parar y poner las ruedas del tren al baño María, D. Bwana.
ResponderEliminarEspero que la nieve y el hielo les hayan respetado a usted y a sus visitantes. De todas maneras, ese vientecito siberiano conserva el cutis. Una de medios.
Iñaki Gabilondo, la dorada hibernación de los dinosaurios mediáticos
Dª Cris:
ResponderEliminarLa única cosa parecida a playa en Botswana, que no tiene salida al mar, está en el lago Ngami y éso cuando el río Okawando se decide a llenarlo. La fotografía es de un día normal en Gaborone, que está infestado de turistas.
Un abrazo
D. isra:
ResponderEliminarNo se si se refiere a la golfista, a la que pregunté si, por un casual, era prima del Sr. isra, pero me dijo que no.
A las turistas no pude preguntarles porque estaban muy distraídas con los guías.
Dª Ginebra;
ResponderEliminarDice Vd. muy bien, es que hay cada ejemplar dando la nota, que pá qué.
Dª palabra en cierne:
ResponderEliminarAsí es, el enredo lo tengo yo con un montón de notas hechas en servilletas de papel. Además me temo que me ha picado la tse tse, porque no hago más que dormir desde que regresé del viaje. Menos mal que no tengo curro hasta el 18.
D. Alfredo:
ResponderEliminarTiene que haber sido una horrible experiencia, ésa de poner las ruedas al baño maría. ¡Vaya miedo!
Hay que ver cómo lucen el "cucu" las señoras turistas y si les dice usted algo, seguro que le contestan así: "No temetas con mi cucu"
ResponderEliminarD. Carlos:
ResponderEliminarLleva Vd. razón, esas turistas sólo están interesadas en el producto local.
Muchas gracias por el interesante video.
D. Alejandro:
ResponderEliminarTan real como que me han inyectado la enfermedad del sueño.
Un saludo
Interesante el relato... Voy a seguir.
ResponderEliminarDª Ra:
ResponderEliminarGracias. Espero no defraudar.
Que aventura más excitante que estas por vivir.
ResponderEliminarEstaré atenta a todo!
Salu2
Dª Raquel:
ResponderEliminar¡Gracias! Adelante con la lectura de los siguientes episodios.