Anteanoche soñé que estaba en una conferencia de José Saramago. A mi derecha se encontraba Glenn Close, y a mi izquierda Meryl Streep ; ambas lloraban a moco tendido.. A la salida cogí un taxi y le pedí que me llevara a la calle 29.
"-Está Ud. en Madrid, caballero. Esto no es Nueva York."
Ya lo se, le contesté, es una calle paralela a la calle 30.
"-Le repito, señor, que estamos en Madrid; aquí no numeramos las calles".
En ese momento, para un coche oficial al lado y sale un policía, con la cara del alcalde de Madrid.
"-¿Que pasa aquí?", pregunta, apuntándome con un revólver.
Se lo cuento, balbuceando un poco, por la visión.
"-¿Cachondeándose del taxista? Va a tener que acompañarnos a la comisaría.
Un montón de gente se ha aglomerado alrededor y puedo ver a Glenn Close y a Meryl Streep riéndose a carcajadas.
Esto último consigue despertarme, con el cuerpo bañado en sudor. No vuelvo a cenar fabada, lo juro.
Jo Bwana, vaya pesadilla mas malosa.
ResponderEliminarSolo le faltaba que hubiera aparecido Judy Garland, y el taxista fuera Humphrey Bogart.
No vuela a tomar fabada! Lo mismo sueña la proxima vez con Maleni, la Pe y el Bardem
¿No le habrá puesto usted a la fabada ciertas setas?
ResponderEliminar¡Qué espanto!
ResponderEliminarMenos mal que se despertó, porque igual le esperaba en el mostrador de la comisaría Helen Hunt.
Y los sueños sueños son. Yo los prefiero azules.
ResponderEliminarDon Laslo:
ResponderEliminarComo no haya sido la mucama (Lucrecia) que haya colocado alguna amanita phaloides. Yo no acostumbro a echar setas en la fabada.
Todo es revelador de que algo perturba sus potencialidades pulsionales y desde luego no es la libertación libidinosa.
ResponderEliminarUn psiquiatra le cobraría a usted una pasta; yo le daré una receta de gratis:
antes de ir a dormir, un pediluvio bien caliente.