(de lavozdegalicia.es)
Numerosos vecinos acuden a verlo debido a su gigantismo, conseguido a base de tinto mencía
Cinco metros de altura y cerca de doce centímetros de diámetro son los números de, cuando menos, una más que peculiar planta de girasol que Gerardo Romarís y José Ramón Chapas -dos conocidos vecinos de la villa- cuidan con esmero en una huerta urbana situada en pleno centro de Negreira.
Pero tanta fue su preocupación por este girasol que, aún habiendo plantado algunos ejemplares más, únicamente este les llevó a regarlo con vino Mencía ante la falta de agua en la huerta. El caso es que los resultados saltan a la vista. Fuese a causa del vino o no, el ejemplar sigue creciendo sin parar para gran asombro de los constantes curiosos que hasta allí se acercan para dar fe de sus cinco metros de altura -medidos a propósito-, y para lo que fue necesario sujetar la planta a una caña.
Por lo pronto, tanto Gerardo como José Ramón piensan seguir cuidándola, dado su excelente estado, agradeciendo a Suso, de la cafetería Bolero, su inestimable colaboración, si bien parecen haber reconsiderado que lo mejor, de ahora en adelante, «vai ser regala máis con auga», según explica Gerardo Romarís.
Cinco metros de altura y cerca de doce centímetros de diámetro son los números de, cuando menos, una más que peculiar planta de girasol que Gerardo Romarís y José Ramón Chapas -dos conocidos vecinos de la villa- cuidan con esmero en una huerta urbana situada en pleno centro de Negreira.
Pero tanta fue su preocupación por este girasol que, aún habiendo plantado algunos ejemplares más, únicamente este les llevó a regarlo con vino Mencía ante la falta de agua en la huerta. El caso es que los resultados saltan a la vista. Fuese a causa del vino o no, el ejemplar sigue creciendo sin parar para gran asombro de los constantes curiosos que hasta allí se acercan para dar fe de sus cinco metros de altura -medidos a propósito-, y para lo que fue necesario sujetar la planta a una caña.
Por lo pronto, tanto Gerardo como José Ramón piensan seguir cuidándola, dado su excelente estado, agradeciendo a Suso, de la cafetería Bolero, su inestimable colaboración, si bien parecen haber reconsiderado que lo mejor, de ahora en adelante, «vai ser regala máis con auga», según explica Gerardo Romarís.
Conocíamos el efecto beneficioso del vino tomado en cantidades razonables, pero no sabíamos que, en grandes dósis, produjera semejante aumento de talla. Las madres de antaño ya debían estar al tanto de esta peculiaridad cuando se empeñaban en dar a sus criaturas la famosa Kina San Clemente.
Una vez más se demuestra la sabiduría de nuestras abuelas.
Pues nada a darle al vino que ya se sabe que es muy saludable, asì lo mismo pegamos un estiròn de ùltima hora.
ResponderEliminarUn saludo.
Ojo, el vino que este paisano le hecha es "Rectoral de Amandi"
ResponderEliminarYa ves, Bwana, aquella Quina San Clemente que daban las mamás no estaba descaminado su uso.
ResponderEliminarSi para hacer funcionar bien a la agricultura va a ser necesario regar con vino, mejor que los cultivadores se dediquen a otra cosa que eso les va a resultar muy caro.
Lo que no mata, engorda.
ResponderEliminarY todo eso para qué? ¿para recoger pipas borrachas???
ResponderEliminarSí D. Bwana, las madres y las abuelas, sobre todo las de antaño, eran astutas. Pero yo creo que iban más allá y la quina la daban para achorrar a los ninios y que no dieran la coña hasta la hora de comer.
ResponderEliminarUn saludo.
Bien lo dice el refrán:
ResponderEliminarDios hizo el agua, el hombre el vino.
Santifiquemos el agua, bebamos el vino.
Y aquel otro:
Si el agua estropea los caminos, qué hara con los intestinos!
D. CAROLVS II:
ResponderEliminarEn mi caso tendría que ser muy de última hora.
D. MAMUMA:
ResponderEliminarNo lo he catado, pero lo haré, sin duda.
D. Javier:
ResponderEliminarEs una pena que se haya perdido aquella tradición; los resultados están a la vista.
Efectivamente, el vino es más caro que el agua, aunque dicen los ecologistas que ésta va a ponerse al precio del oro.
Dª maharani:
ResponderEliminarAsí es y lo que engorda suele ser lo más rico.
Dª Ginebra:
ResponderEliminarPues no estarían mal unas pipas de ésas que dice. Sería una tapa estupenda.
D. Laslo:
ResponderEliminarAdemás del uso a que se refiere, también era eficiente para que los niños se fueran a la cama.
Un saludo
Es que a mi no me gusta el vino... otra cosa son las pipas viendo una peli.
ResponderEliminar(hoy no creo que me den el premio al comentario más brillante)
D. isra:
ResponderEliminarSus comentarios siempre son recibidos y apreciados con cariño. ¡Faltaría más!
D. aspirante:
ResponderEliminarRefranes muy oportunos para la ocasión. ¡Brindemos con una buena copa de vino!
o_O Increíble!!... Pedazo girasol y pedazo pipones que dará jejeje, voy a empezar a regar con vino mis plantas a ver... jejeje
ResponderEliminarBesos :)
Las plantas heredan el gusto de sus dueños... jajaja. Ya había leído algo parecido, pero con cerveza, no sabía que el vino era tan saludable, :D
ResponderEliminarSaludos!