jueves, 21 de febrero de 2013

SÍNDROMES (3)



SÍNDROME DEL GOURMAND
(de muyinteresante.es)

El síndrome del gourmand es un síndrome raro y curioso que produce en el paciente un irreflenable deseo de comprar o cocinar alimentos exquisitos y platos muy sofisticados. La enfermedad fue descrita por primera vez por los investigadores M. Regard, y T. Landis en 1997 en la revista Neurology. Según un reciente estudio realizado en Suiza, este trastorno de la alimentación está causado por una lesión que afecta a ciertas zonas del hemisferio cerebral derecho.

Aunque en principio es una enfermedad benigna, puede causar cierto distrés (estrés negativo), además de afectar seriamente al bolsillo.

Ahora comprendo la causa de esas chorradas que preparan los llamados "cocineros de vanguardia" o de "fusión".Ya me parecía que el Sr. Adria y sus imitadores no tenían muy bien el hemisferio derecho.
De que "afecta seriamente al bolsillo" no me cabe la menor duda, pero al bolsillo de los comensales, a los que también les suele dejar el estómago totalmente insatisfecho.


8 comentarios:

  1. Ha dado usted con la clave del porqué sirven tanta jilipollez los Arzac, Arguiñano, Berasategui, Adriá y compañía.
    Todos ellos están afectados de deficit en el hemisferio cerebral derecho por una parte, y con grave distorsión en la capacidad de ingestión de los comensales de sus restaurantes.

    Tras pasar, como dice, por sus locales (a donde hay que ir con mentalidad de que se entra en una Oficina de Hacienda dirigida por Montoro), es necesario ir directamente a la Croisanterie que utiliza Isra para no sentirse etiope post sequía pertinaz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya me gustaría pasar por esa Croisanterie de Don Isra, pero me temo que se encuentra allende los Pirineos y nuestro amigo, gracias a su influencia con los galos, tiene la prerrogativa de acceso directo a tan exclusivo lugar.
      Ni mencione a Montoro, por favor; debe estar preparando el atraco para el próximo IRPF.

      Eliminar
  2. Ante de ir a que te estafen en esos locales (utilizan toda una carta sólo para describir el primer plato) debes:

    1 pedir una barra de pan y meter dentro la minúscula porción de alimento que va en el plato
    2 ir comido
    3 no pedir nada (y aun así seguro que te cobran un güebo y parte del otro)

    Conclusión; huevos fritos, patatas fritas y jamoncito en casa ¿y de postre? croisantitos of course

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Su advertencia sobre esos locales me parece muy acertada, pero prefiero ni asomarme por los alrededores.

      Ya he comentado varias veces que los huevos fritos con patatas fritas son un manjar y si tiene uno a la disposición una buena barra de pan de leña para untar en la yema, inmejorable (no dispongo, por desgracia, de esos croisantitos con que nos pone los dientes largos)..

      Eliminar
  3. Yo estoy segura que no debo tener ninguna lesión en el hemisferio cerebral derecho, pues nunca me ha acosado un irrefrenable deseo de cocinar alimentos exquisitos. Cuando me invaden esos deseos de platos exquisitos o sofisticados, por lo general voy a algún restaurante francés... o italiano...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto, Vd. no tiene ninguna lesión ni en el hemisferio cerebral derecho, ni en el izquierdo, basta asomarse a su Blog. Una buena lasagna satisface cualquier deseo por sofisticado que sea.

      Eliminar
  4. Vaya pues yo no tengo ese sindrome.

    ResponderEliminar