lunes, 24 de marzo de 2014

¡QUE VIENE EL TREN! (primera parte)

UN DÍA EN EL MERCADO "DE LA MUERTE" EN TAILANDIA

Los vendedores deben dejar vía libre a los trenes que se abren paso en el bazar
Los puestos tenían las licencias antes de que tendieran la vía del ferrocarril

(de El Mundo)

Los vendedores del 'Mercado de la Muerte' en Tailandia son rápidos como centellas para montar y desmontar sus tenderetes, ya que deben dejar vía libre al ferrocarril que a diario se abre paso literalmente por encima de su bazar.

Los lugareños no sólo sobrellevan con pasmosa calma la peligrosa simbiosis ferroviaria, sino que incluso agradecen la presencia de los clientes y turistas que atrae este espectáculo diario en la localidad de Maeklong, 70 kilómetros al suroeste de Bangkok.

Las vías hacen las veces de pasillo y tenderete, hasta que aparece el tren en una imagen de película surrealista. Los vendedores no se ponen de acuerdo sobre el número de accidentes mortales ocurridos -algunos apuntan que dos, otros que ninguno- en los cerca de 30 años de negocio de este bazar.

"No tengo miedo, para mi no es peligroso, simplemente antes de que pase el tren retiro las cajas de pescado y me pego a la pared", asegura a Chuchai, una vendedora tailandesa. Durante ocho veces al día, unos roncos silbidos anuncian la cercanía del ferrocarril y los vendedores, con sorprendente calma, comienzan a retirar los toldos y los enseres que obstaculizan el paso de los vagones a lo largo de unos 100 metros.

En este vídeo puede verse lo arriba descrito




Es curioso que el mercadillo estuviera allí antes de la instalación de las vías del tren. Con la cantidad de terreno que tiene ese país, imagino que hacer atravesar el tren por ese sitio fue una medida para llevar al personal a realizar sus compras in situ. 

10 comentarios:

  1. Manda caralho cómo son esos tailandeses y sus mercadillos. Me recuerda al chiste del maño aquel que iba con su burro hacia Zaragoza e iba por la vías. Hasta que llegó de frente un tren y comenzó a hacer sonar el silbato de alarma para que se quitara de la vía. A lo que el maño decía para sí : "Chufla, chufla que ya te apartarás tú".

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    1. Pues ya que vamos de chistes de maños, recuerdo aquel que fue a Zaragoza y le gustaron tanto los helados que decidió llevarle uno a su mujer, para lo cual lo guardó en el refajo. Al llegar al pueblo, le dijo: "Vas a ver que cosa más rica te traigo", pero al buscarlo solo encontró líquido, a lo que exclamó: "¡Vaya pillos que hay en la capital, me han robado el helado y se han meado en mi refajo!"

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  2. Subrealista.
    Como lo vea Montoro ya lo veo pasando el tren por el centro de Mercadona y cobrarles a los puesteros un impuesto por peligrosidad.

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    1. Todo lo que haga Montoro me lo creo: especialmente ahora, que está rumiando algún nuevo impuesto.

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  3. Casi le diría que no veo nada peligroso en ese mercado si lo comparo con ir al mercado de mi barrio y acercarse a cualquier puesto y en segundo verte rodeado de marujas y ancianas, no entraré en detalles para no herir sensibilidades, pero cuando salgo respiro profundamente y beso el suelo, no le digo más, prefiero ir a comprar a ese mercado con auriculares al máximo volumen.

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    1. Pues sí que lo tiene crudo, Don Isra. Supongo que los croisanes los comprará en otro lugar más elegante.

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  4. Impresionante nivel de adaptación.

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    1. Lo difícil va a ser que se adapten si les meten la alta velocidad por el mercadillo.

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  5. Ví el documental hace tiempo y me impresionó esa forma de vivir. Veo que el documental no sirvió de mucho. El asunto sigue igual. ¿Cómo andará ese mercadillo de seguridad laboral? Aunuqe la gente inmersa en eso lo ve como algo rutinario, menos horrorizada.

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    1. Sospecho que de seguridad laboral deben estar al mismo nivel que esos toldos de quita y pon, hecha un asco.

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