viernes, 17 de mayo de 2013

¿NOS ESPÍAN?




¿Vigilan nuestros movimientos en Internet?

(de yahoo.es)

Hay una prueba ilustrativa para comprobar hasta qué punto tanto navegadores como páginas web que visitamos vigilan nuestros movimientos on line. Se podría decir que nos espian, aunque sea de una manera anónima, sin anotar ni nuestro nombre, ni nuestra dirección de correo electrónico ni otros datos que vulnerarían la Ley de Protección de Datos de España.

Basta con ir desde nuestro ordenador a través del navegador al portal Amazon y buscar el móvil Nokia Asha en color rosa chicle o dorado. Una vez lo localizamos, clicamos en los diversos apartados, como si mostráramos mucho interés por adquirir este modelo (enfocado al mercado adolescente), y luego cerramos la página.

Al cabo de pocos días, incluso horas, es posible que, cuando naveguemos por otros sitios tales como pediódicos on line, comercios e incluso redes como Facebook, notemos cómo aparece con insistencia una imagen del teléfono en cuestión en los espacios destinados a la publicidad. Hemos escogido los colores más chillones, porque así será más difícil que nos pase inadvertido el mensaje.

Lo que estas empresas, que estudian nuestro comportamiento on line, hacen es afinar en su intención de darnos publicidad personalizada. Es decir, que saben así lo que nos interesa y, de manera automática, se ponen en contacto con los servicios de publicidad de los sitios on line que frecuentamos para comunicárselo. ¿Cómo sabe qué sitios frecuentamos? Se lo dice nuestro navegador.

En general, no nos damos cuenta de esta publicidad personalizada porque los anuncios no nos llaman la atención, entran de manera subliminal en nuestro subconsciente. Por este motivo, al hacer la prueba con un producto que no es de nuestro agrado, o no coincide con nuestros gustos, nos impactará más verlo de forma constante.

Alexis Madrigal, periodista de la prestigiosa revista americana 'The Atlantic', se dedicó durante un día a navegar con la extensión Collusion activada en su navegador. Al final de la jornada, logró identificar a 105 empresas diferentes cuya actividad consistía en registrar sus movimientos en la Red. Entre otras estaban Google y sus divisiones para publicidad, así como divisiones de Microsoft o Facebook.
 
Las actividades de rastreo corresponden a empresas que recolectan información en principio anónima, para elaborar sus estudios estadísticos y de tendencias de consumo. En principio, no se puede objetar nada a esta práctica, es tan lícita como útil para nosotros mismos, si no queremos que las páginas nos enseñen publicidad que no nos interesa.

Ahora bien, cuando combinan su información con la del navegador que, de forma anónima, les dice por qué páginas es habitual que navegue el usuario, la experiencia se vuelve un poco inquietante. ¿Queremos que sepan tanto de nosotros, aunque no sepan cómo nos llamamos?

Según otro articulo publicado en el periódico 'USA Today' en 2011, Facebook registra nuestra información de usuarios hasta el punto de conocer lo que nos gusta y lo que no. Y si estamos dando opiniones políticamente incorrectas a nuestros contactos, ¿nos gustará que esta red las guarde?

Gracias a la presión de numerosos colectivos de derechos del usuario y defensores de la intimidad, los navegadores han ido introduciendo poco a poco en sus barras de funciones opciones anti-rastreo, conocidas como "do not track" (no rastrees).

Firefox la contempla, de modo que al activarla, la navegación se hace opaca a las empresas rastreadoras.

Microsoft, por su parte, ha introducido "do not track" como opción por defecto en Internet Explorer 10, de modo que si el usuario no cambia el modo inicial, nunca será rastreado.

Chrome, el navegador de Google, no tiene esta opción, pero sí ofrece en su tienda de extensiones varios programas que, una vez instalados, bloquean a las compañías de rastreo.
 
Estoy seguro de que nos espían. Desde mi reciente viaje a París estoy recibiendo propaganda  de agencias de viaje, de hoteles, de tiendas y restaurantes que me invitan a volver a Francia y disfrutar de sus productos.  Otro ejemplo: cuando busco alguna cosa en Youtube, la siguiente vez que lo hago me sugieren sitios similares para visitar.
Es posible que no identifiquen los nombres, pero la posibilidad la tienen a través de nuestro correo electrónico o cuentas bancarias.
Otra cosa que me tiene "con la mosca detrás de la oreja" son los que se dedican a vaciar los contenedores de papel y cartón y, de paso, se entretienen leyendo cuanto papel van encontrando. 

10 comentarios:

  1. En las dos opciones que cuenta, internet y basuras, hay gente curioseando y tratando de obtener datos de nuestro comportamiento, bienes o aficiones.

    Lo de Google y Microsoft es ya vieja película en su afán de recopilar con el robot el máximo de datos sobre nuestra conducta. Pero lo realmente peligroso son las redes sociales. Con FACEBOOK (donde jamás entraré por muchos mensajes que me envien para que me registre) es ya tema para tener la daga "vizcaína" en la mano. Pueden saber hasta el color de calzoncillos o de bragas de los que gustan de dejar mensajitos ahí.

    La que más sabe de todo esto es MAHARANÍ y sin embargo sé que le encanta Twiter. Imagino que lo hará navegando ANONIMANTE.

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    1. Debo de haber dicho algo inconveniente porque tengo el PC contminado por un virus que me obliga a usar otro menos modelno que, afortunadamente, aún funciona. En éste no me tienen localizado y he dejado de recibir propaganda para visitar París y propuestas de matrimonio de jóvenes ucranianas.

      Del facebook también huyo despavorido

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  2. Evidente, en un par de ocasiones consulté precios de una tablet y un reloj, pues bien, daba igual en que páginas me metiese, ni de que país fuesen, siempre siempre siempre me aparecían banners de publicidad con esos mismos productos que consulté.

    De todos modos no me parece mal, si no fuese así a posteriori no podrían investigarse muchos delitos y si estuviesen espabilados (como no pasó con los del atentado de Boston) la poli podría anticiparse.

    Además, nosotros tenemos una ventaja (en teoría) al vivir en Apaña, si asesinos, ladrones, inútiles y sinvergüenzas viven como dios (etarras, Gordillos, Blesas, Zapataros, Rajoyes, etc...) no creo que por cagarnos de vez en cuando en la puta calavera de los políticos pase nada.

    Y lo voy dejando, tengo que sacrificarme por Vds. y navegar por aburridísimas pg de modelos y culos para ofrecerles algo de calidad este sábado, al menos me compensa este croisantito recién hecho que me estoy tomando.



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    1. Estoy seguro de que, con su habitual buen gusto, mañana nos ofrecerá alguna pregunta de categoría.
      Le advierto que, al leer el último párrafo he tenido que abrir el paquete de croisants que penaba lllevar a la reunión de junio y que ahora que está abierto, va a resultar muy difícil que aguante hasta el 22.

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  3. Nos espían por todas partes. A mí eso de que me aparezcan anuncios dentro del correo relacionados con lo que estoy escribiendo me da mucho yuyu, así que para no verlos tengo instalada una extensión en el navegador que los bloquea. Para evitar que sepan por donde he andado y cuáles son mis preferencias borro las cookies al salir del navegador. En Chrome además existe la posibilidad de abrir ventanas en modo incógnito.
    Tella, navego con nick por todos lados, pero da igual y Big Brother is watching you hagas lo que hagas.
    Bwana, se mosquea con razón porque cada vez se ve más gente rebuscando papeles de bancos en los cubos de basura.

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    1. Yo estoy pensando seriamente en utilizar mi nombre real en vez del nick que es mucho más conocido que un servidor.

      Lo de los cubos de papel resulta evidente, sobre todo si en la bolsa que se deposita hay cuentas bancarias, papeles con nombre y dirección, etcetc. No tienen más que sumar dos y dos y consiguen un objetivo. Es preferible ir a un descampado y quemarlos o, en último caso, recortar nombres y señas y tirarlas por el vater.

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  4. Dn. Bwana. le voy a revelar el secreto. El que ha observado todos sus movimientos, gustos de comidas, hoteles y tiendas en Paris, no ha sido otro que el pajarito que llegaba a su mesa con la excusa de recibir las migajas de sus croissants matutinos. Ahora él conoce todo sus gustos y opiniones, y ya debe estar en Madrid y pronto, le hablará al oído dándole consejos y sugerencias, como le está ocurriendo a Dn.Maduro...

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    1. Pues creo que tiene Vd. razón; ya me parecía sospechoso que el gorrión fuese tan manso. Y yo que me quejaba de las palomas...

      El pajarito del sr Maduro tengo entendido que era un turpialito y dudo que mi gorrión fuera tan bocazas como el turpial del caballero. De todas maneras, estaré atento por si aparece por mi ventana. Le agradezco el aviso

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  5. ¿Y si tiene razón Lucrecia ?

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    1. Pues éso, estaré al loro por si aparece el pajarito.

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