Diez meses de espera para una colonoscopia hasta ser atendido en euskera
(de elcorreo.com)
El médico de familia de Kepa Elortza Odriozola, un vecino de Oñati, le da un volante para que acuda cuanto antes al especialista de Digestivo, tras haberle detectado sangre en las heces. Diez meses después, el 13 de abril de 2011, el paciente se somete a una colonoscopia en el hospital Alto Deba, que atiende a la población de la comarca de Arrasate-Mondragón.
El médico de familia de Kepa Elortza Odriozola, un vecino de Oñati, le da un volante para que acuda cuanto antes al especialista de Digestivo, tras haberle detectado sangre en las heces. Diez meses después, el 13 de abril de 2011, el paciente se somete a una colonoscopia en el hospital Alto Deba, que atiende a la población de la comarca de Arrasate-Mondragón.
No es un caso de demora incomprensible por colapso de la lista de espera, ni se debe a que se traspapelara la petición. Nada de eso. La única razón que explica los diez largos meses que Kepa estuvo sin ser visto por un especialista es que exigía comunicarse en euskera con el facultativo. Al no haber ninguno bilingüe en su centro de referencia, los meses fueron pasando. «El 5 de noviembre, el hospital le envía dos opciones de consulta: una para el día 8 en Mondragón con un médico castellanoparlante y otra para el 15, en Vitoria, con uno euskaldun», relata el diputado de EA Juanjo Agirrezabala, quien ha trasladado esta historia al Parlamento vasco con el fin de pedir al consejero de Sanidad que explique «cómo va garantizar los derechos lingüísticos de este y otros muchos ciudadanos».
«Me negué a ir a Gasteiz (Vitoria). Si mi hospital es el de Mondragón, ir al de Txagorritxu me parecía aceptar un chantaje», comenta el propio Elortza a EL CORREO. Así que respondió a Osakidetza con un doble escrito. De un lado, denunciaba que las dos citaciones se hubieran redactado solo en castellano y, además, insistía otra vez en ser visto por un especialista euskaldun y en Mondragón.
El 17 de enero de este año, Osakidetza le vuelve a dar cita en este hospital comarcal con un médico no bilingüe, lo que originó una nueva queja del vecino oñatiarra. Ya en marzo, su médico de cabecera demanda con urgencia una consulta. Por fin, el 4 de abril, Kepa acudió al especialista de Mondragón porque antes le garantizaron que habría servicio de traducción. Eso sí, por vía telefónica.
«Fue tremendo. A un lado de la mesa, el médico; al otro yo. En medio un teléfono móvil y un cable con dos auriculares, uno para cada uno. Yo hablaba y alguien traducía al castellano; hablaba el médico y traducía al euskera, pero el traductor lo hacía fatal, con continuos errores en los dos idiomas. Continuamente yo le tenía que corregir», comenta Kepa, quien salió de la consulta con dos cosas muy claras. La primera, que tenía que hacerse una colonoscopia cuanto antes. El 13 de abril se la realizó con resultado satisfactorio. La causa de la sangre en las heces no era un tumor, sino hemorroides internas.
La segunda, superada la prueba médica, Elorza escribió una nueva reclamación -«la decimonovena» que envía a Osakidetza desde 2005- para reiterar su derecho a ser atendido por médicos y enfermeras vascoparlantes, «y que en el caso de que no lo sean -y solo si es imprescindible el uso de un sistema de traducción- que el traductor o traductora se encuentre física y personalmente en la consulta».
«Iba a la huelga de hambre»
Y es que este guipuzcoano no ceja en su empeño. «No entiendo que en una comarca como el Alto Deba, en el que el 61% de la población es euskaldun, la gente no pueda dirigirse en su lengua a los médicos. No entiendo que el plan de euskaldunización de Osakidetza sea muy voluntario después de un cuarto de siglo. No entiendo que los inmigrantes tengan derecho a que les atiendan con traductores y no se haga lo mismo con los euskaldunes, cuando la lengua vasca es oficial», se lamenta.
Por todo lo anterior, no parece dispuesto a tirar la toalla y, además, porque «siempre he sido muy peleón». Por eso, estuvo incluso dispuesto a ponerse en huelga de hambre para conseguir ser atendido en Mondragón y en euskera. «La víspera de empezar la huelga me llamaron para decirme que me pondrían traducción».
- Kepa, la gente puede pensar que usted es un cabezota.
- Lo que soy es euskaldun. Nada más. Hasta los cinco años, cuando fui a la escuela, no sabía ni una palabra en castellano.
El 17 de enero de este año, Osakidetza le vuelve a dar cita en este hospital comarcal con un médico no bilingüe, lo que originó una nueva queja del vecino oñatiarra. Ya en marzo, su médico de cabecera demanda con urgencia una consulta. Por fin, el 4 de abril, Kepa acudió al especialista de Mondragón porque antes le garantizaron que habría servicio de traducción. Eso sí, por vía telefónica.
«Fue tremendo. A un lado de la mesa, el médico; al otro yo. En medio un teléfono móvil y un cable con dos auriculares, uno para cada uno. Yo hablaba y alguien traducía al castellano; hablaba el médico y traducía al euskera, pero el traductor lo hacía fatal, con continuos errores en los dos idiomas. Continuamente yo le tenía que corregir», comenta Kepa, quien salió de la consulta con dos cosas muy claras. La primera, que tenía que hacerse una colonoscopia cuanto antes. El 13 de abril se la realizó con resultado satisfactorio. La causa de la sangre en las heces no era un tumor, sino hemorroides internas.
La segunda, superada la prueba médica, Elorza escribió una nueva reclamación -«la decimonovena» que envía a Osakidetza desde 2005- para reiterar su derecho a ser atendido por médicos y enfermeras vascoparlantes, «y que en el caso de que no lo sean -y solo si es imprescindible el uso de un sistema de traducción- que el traductor o traductora se encuentre física y personalmente en la consulta».
«Iba a la huelga de hambre»
Y es que este guipuzcoano no ceja en su empeño. «No entiendo que en una comarca como el Alto Deba, en el que el 61% de la población es euskaldun, la gente no pueda dirigirse en su lengua a los médicos. No entiendo que el plan de euskaldunización de Osakidetza sea muy voluntario después de un cuarto de siglo. No entiendo que los inmigrantes tengan derecho a que les atiendan con traductores y no se haga lo mismo con los euskaldunes, cuando la lengua vasca es oficial», se lamenta.
Por todo lo anterior, no parece dispuesto a tirar la toalla y, además, porque «siempre he sido muy peleón». Por eso, estuvo incluso dispuesto a ponerse en huelga de hambre para conseguir ser atendido en Mondragón y en euskera. «La víspera de empezar la huelga me llamaron para decirme que me pondrían traducción».
- Kepa, la gente puede pensar que usted es un cabezota.
- Lo que soy es euskaldun. Nada más. Hasta los cinco años, cuando fui a la escuela, no sabía ni una palabra en castellano.
Más crudo lo tiene Jordi Valls, vecino de Viella, que lleva esperando dos años para que le operen de próstata en aranés. "Antes me levantaba tres veces por la noche para orinar, pero ahora tengo que dormir en la bañera. Lo peor es andar todo el día con los Dodotis.".
Jordi dice que no le da la gana que le atiendan los médicos de la SS porque sólo hablan catalán o castellano y no les entiende. "Desde siempre he hablado la lengua propia de mi pueblo y ningún extranjero va a tocarme las pelotas", dice. "Y mucho menos introducir sus dedos en mis partes", agrega.
Yo le aconsejaría a don Jordi que cruce la frontera y es posible que le atiendan en occitano alguno de los médicos gascones que deben existir por la zona francesa.
Tanto a éste como al aranés, que hablan y entienden en castellano mucho mejor que vascuence, más que un traductor necesitan un centro de desintoxicación de virus nacionalista, mucho más peligroso que el del sida.
ResponderEliminarHace tiempo que en la Sanidad Vasca, cuando gobernaban los del PNV, teniendo escasez de médicos no aceptaban ni premios Nobel en Medicina si no sabían vascuende.
Con gentío así es muchísimo mejor poner en los ambulatorios unos cuantos veterinarios en vez de médicos.
n estos tiempos de crisis, y con gentes que mueren de cancer por falta a veces de una diagnosis temprana, la existencia de tipos como este Kepa es un misterio para mi.
ResponderEliminarEs pura trepanación, los efectos de la ingenieria social, de esos a los que ciertos pazguatos llaman "nazionalismo moderado". Anteponer la cuestión POLÏTICA a la propia salud. Porque este señor se justifica en el tema legal, pero me da que ante tantas violaciones legales de su nazionalismo, no dirá nada, ni pondrá nada en juego, menos aún su propia vida como lo está haciendo. ¿Arriesgará su vida porque los nazis batasunos salen antes de tiempo de las carceles?
Y mientras este subnormal pide euskerikos, nuestro sistema sanitario sigue en fase de quiebra y derribo: grande todo esto, muy grande.
Qué si señor para eso es vasco, y la posible enfermedad que espere.
ResponderEliminarNo sabía que la cosa llegara tan lejos hasta ser capaces de morirse por sus obsesiones lingüísticas paletas, este señor no es que sea cabezón sino TONTO DEL CULO en euskaldun y en castellano.
ResponderEliminarPARA MAMUMA, (con permiso):
ResponderEliminarMe ha sido imposible en varias ocasiones acceder a los comentarios de su blog, un saludo.
D. Javier:
ResponderEliminarA estos pazguatos, como bien dice, habría que remitirlos al veterinario. Mi abuelo, el coronel, que era de Vitoria, los habría fusilado con mierda.
Señor Ogro:
ResponderEliminarAsí es. Parece mentira que existan estos catetos en pleno siglo XXI, pero ésa es la triste realidad. Y no parece que tenga remedio.
D. MAMUMA:
ResponderEliminarPues que lo digiera bien.
Dª Maribeluca:
ResponderEliminarEfectivamente, imbécil hasta en aranés.
Don Bwana a este se yo bien lo que le tendrían que meter en el orto. Que burros joe. Saluditos.
ResponderEliminarD. Zorrete:
ResponderEliminarConforme, yo también lo se.
Saludos
Lo menos que se puede decir del ciudadano protagonista de este suceso es que se trata de un retrasado mental.En doce meses todos los especialistas en digestivo y oncología aseguran que si hubiera existido un tumor incipiente, éste se hubiera desarrollado (metástisis, dicen los galenos)y complicado enormemente la curación; diagnóstico prematuro, dicen que es el mejor aliado contra el cancer.
ResponderEliminarPero además y para mas INRI cualquiera a quien se la haya practicado una colonoscopia, sabe que el galeno probablemente ni le dirige la palabra ya que se limita a introducir la sonda y analizar en monitor lo que observa, posteriormente envía su dictamen por escrito al especialista que solictó la prueba.
En definitiva, repito, estamos ante el caso de un pobre oligofrénico. .
D. F.J. eugenio:
ResponderEliminarLe agradezco su inteligente análisis del problema del sujeto. Coincido al 100% con lo que dice.
Saludos