El domingo estuve charlando con el eminente psiquiatra, Dr. Chércoles, en su chalet de Las Rozas. Tratamos varios aspectos de la política nacional y del comportamiento humano, especialmente el de la juventud. Por supuesto, discutimos sobre las próximas elecciones y si Rajoy lo hará tan bien como Aznar.
"El mayor error de Aznar no fue su alianza con Bush, ni siquiera el Prestige. Tampoco su falta de acción en algunos problemas de la vida nacional. Su peor error fue eliminar el servicio militar obligatorio", me dice.
"¿Cómo dices?" le contesto, sorprendido. "¡Si obtuvo el agradecimiento de miles de familias!".
"Amigo Bwana, toda esa testosterona en ebullición se diluía haciendo la mili. No tienes más que leer algunas de las noticias que salen diariamente y notarás lo que está pasando.", contesta.
Me ha facilitado los tres ejemplos que siguen para respaldar su afirmación:
1º FALTA DE EDUCACIÓN
Los comportamientos incívicos en el metro molestan. Y mucho, a juzgar por las decenas de cartas y comentarios enviados por los lectores. Tras alertar de la moda de escuchar música a volumen elevado en los vagones, los usuarios se han animado a denunciar otras actitudes molestas. Entre los viajeros incívicos, hay dos especialmente impopulares: los que obstruyen la puerta para entrar corriendo al vagón y no dejan salir al resto de usuarios, y los que no ceden su asiento a personas con movilidad reducida, ancianos o embarazadas.
2º ALCOHOLISMO¿Por qué hacen botellón los jóvenes? Como diversión, para 'beber por beber', sentirse mejor, desinhibirse, gastar menos dinero, no quedarse solo o controlar la calidad de las bebidas. Éstas son las razones reales que empujan a los adolescentes y a los jóvenes a practicar en todo el territorio español el ya famoso 'botellón'.
3º MANCHAR LAS CIUDADES
Otro ejemplo de la falta de actividad y del desprecio a la propiedad ajena, son las pintadas en cualquier lugar que lo permita, incluyendo escaparates, escalones y farolas.
Pues su amigo el médico va a tener razón : con mili los cientos de miles de actuales ajilipollúas solian estar haciendo instrucción o recorriendo montes bien cargados a las órdenes de unos sargentos de muy mala leche.
ResponderEliminarPor otra parte, los mutikos aprendian modales cívicos en forma de obleas galonadas y esa práctica enseñaba mucho más que todos los cursos universitarios y de masters.
Mi personal opinión al respecto es que hoy, no sé si por falta de mili o de padres medianamente responsaables, los chicos y chicas de 30 años son mucho más infantiloides que los de 12 de generaciones anteriores. No hay madurez efectiva hasta casi los 50 años de edad, en una gran mayoría de la sociedad postfranquista.
Bwana pensándolo bién, puede que tenga razón.
ResponderEliminarPues sí, un gran error del mejor presidente de la historia de Estepaís. Bien vendría para combatir el amariconamiento generalizado unos meses de mili en la frontera de Melilla (como el menda conoce bien), y no en la Melilla de ahora sino en la de disparar al moro que asomase por allí...
ResponderEliminar...por cierto que los piji-progres nunca le reconocen a Chemari haber liberado al pueblo de la opresión militar...
La mili te preparaba para la vida. En la mili no eras ni el más listo, ni el más guapo, ni el más alto.
ResponderEliminarTe enseñaba de una forma rápida, casi quirúrgica, algo muy necesario: el saber encajar la frustración (cosa indispensable para convertirte en adulto)
La supresión de la mili ha convertido a varias generaciones de chicos en Peter Panes grandes patosos y frustrados. Y a las consiguientes generaciones de padres en sufridores de sus propios hijos.
Un abrazo.
Diga usted que sí, unos cuantos paseos a toda leche con el chopo y unas cuantas arengas del sargento Arensivia quitan mucha tontería.
ResponderEliminarPues mis hijos a los que pilló la posibilidad de hacer la mili en voluntarios, la hicieron en la Cruz Roja. Se sacaron carnet de conducir ambulancias, cogieron mucho respeto por la seguridad en la carretera y vieron en vivo y en directo el daño que el abuso del alcohol y las drogas pueden hacer en los chavales. Además hicieron amistades que aún les duran.
ResponderEliminarAsí que estoy a favor de la mili, pero haciendo algo de provecho. Alfabetizarse los analfabetos, que aún hay muchos, aprender español los de las autonosuyas monolingües, y coger algo de cultura de la que están tan escasos con la fastuosa educación de que disfrutamos gracias a la Logse. En fin, se podría hacer mucho, pero ya verán como no.
D. Javier:
ResponderEliminarHabrá que inventar algún tipo de servicio obligatorio, aunque no sea la mili, para que la juventud no se aburra y tenga algo en que concentrarse. La situación actual precisa alguna solución.
D. MAMUMA:
ResponderEliminarEn mi opinión, la tiene.
D. CAROLVS II:
ResponderEliminarTiene razón, nunca han reconocido el favor que les hizo Chemari.
Tal vez unas batallitas no les vendrían mal.
D. Laslo:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Además de aprender a hacerse la cama, les enseñaban a obedecer, ambas cosas de vital importancia.
Un abrazo
Dª Maribeluca:
ResponderEliminarDesde luego. Y aprender a respetar y obedecer a la autoridad, sea la paternal o la de uniforme.
Dª Pussy Cat:
ResponderEliminarParece que, al menos en este blog, hay coincidencia respecto a los beneficios del servicio militar. Veremos si inventan algo parecido los próximos gobernantes. A los actuales, ni se les ocurriría.
Un saludo
Además, si no fuese por la mili muchos sociatas seguirían vírgenes, y le cogieron tanto gustuito que llevan toda la vida dando por el culo a la parroquia.
ResponderEliminaraddenda - chapeau para Laslo
...Legionariooo la bandera nacionaaal...
ResponderEliminarCada vez que la oigo, se me saltan las lágrimas, D. Bwana.
D. isra:
ResponderEliminarUn poco de piedad para los sociatas, que los pobres están de los nervios.
D. Carlos:
ResponderEliminarNo me extraña nada, siendo Vd. un patriota. A mí me pasa lo mismo.
Saludos
Y tenía toda la razón del mundo. ERntre la eliminación de la mili, donde algunos se llevaban un par de leches bien dadas, hasta que entraban en razón,y la eliminación de aquella asignatura de urbanidad, unido a la pérdida de respeto a la autoridad, tenemos lo que tenemos. Y para más coña, sería muy mala, pero en las tertulias de amigos cuando se reencontraban, siempre era la mili (para disgusto de las parientas).
ResponderEliminarCAPITÁN TRUENO:
ResponderEliminarSe han perdido una serie de valores que permitían enfrentarse a la vida con seriedad y equilibrio. Así nos va.