FALSA BORRACHERA
(de mnn.com)
Un texano de 61 años fue ingresado en un hospital cuando iba arrastrándose por la calle, aparentemente borracho como una cuba. Cuando aseguró que no se había tomado ni una copa lo sometieron a varios análisis descubriéndose que estaba fabricando, involuntariamente, cerveza en su estómago. Esta extraña anomalía se conoce con el nombre de “síndrome de la cervecería” y se produce porque en el estómago hay una levadura que, automáticamente, fermenta los almidones que circulan por la zona y los convierte en etanol o alcohol etílico Normalmente las bacterias del estómago controlan la levadura pero si, por ejemplo, la toma de antibióticos ha eliminado inadvertidamente la bacteria, se producirán altos niveles de levadura de cerveza, o "saccharomyces cerevisioe".
El caso ha sido publicado recientemente en el Diario Internacional de Medicina Clínica.
Hay que reconocerle a este señor que, a pesar de la pea que llevaba encima, iba legalmente por el paso de peatones sin molestar a nadie. El caso pone en evidencia el abuso que se comete con algunos honrados conductores que, a pesar de no haberse tomado ni una cervecita de nada, el alcoholímetro de la guardia sivil sobrepasa el nivel permitido. y los pobres tienen que pagar una onerosa multa.
Habrá que exigir a las autoridades que sean conscientes de este problema y, en vez del artilugio ése donde hay que soplar, envíen al aparente infractor al hospital más cercano para una revisión a fondo del contenido de su estómago a ver como anda de "saccharomyces cerevisioe".
El caso ha sido publicado recientemente en el Diario Internacional de Medicina Clínica.
Hay que reconocerle a este señor que, a pesar de la pea que llevaba encima, iba legalmente por el paso de peatones sin molestar a nadie. El caso pone en evidencia el abuso que se comete con algunos honrados conductores que, a pesar de no haberse tomado ni una cervecita de nada, el alcoholímetro de la guardia sivil sobrepasa el nivel permitido. y los pobres tienen que pagar una onerosa multa.
Habrá que exigir a las autoridades que sean conscientes de este problema y, en vez del artilugio ése donde hay que soplar, envíen al aparente infractor al hospital más cercano para una revisión a fondo del contenido de su estómago a ver como anda de "saccharomyces cerevisioe".
Resulta una puñetería que le suceda a uno eso : emborracharse sin haber probado alcohol y si además coge un coche expuesto al gran riesgo de ser llevado ante un Juez o jueza.
ResponderEliminarTiene que ser una enfermedad muy pejiguera; si lo pillan a uno, al menos que sea con un par de vasos de Marqués de Cáceres entre pecho y espalda.
EliminarPues vaya putada
ResponderEliminarEn efecto, otro inocente al calabozo.
EliminarDebido al síndrome que padece y por respetar y arrastrarse por el paso de cebra, debe ser eximido de la prueba del alcoholímetro y de cualquier infracción que correspondiere.
ResponderEliminarEso mismo pensaba yo pues al fulano se le ve cruzando perfectamente a cuatro patas, como hacen los perros bien educados sin que les multen.
EliminarSiempre persiguiendo al inocente y dejando sueltos a delincuentes peligrosos.
Conozco a un par que se trasplantaría su "estógamo" sin pensárselo 2 veces... ¡lo que se ahorrarían en birra!.
ResponderEliminarMe vuelvo a mi cubículo durante un par de semanitas más... saludos cordiales, y sean buenos.
La desgracia de esa afección es que el producto que resulta, la cerveza, no pasa por las papilas gustativas, a menos que se produzca un vómito, pero ya con el producto contaminado.
EliminarDescanse Vd. bien.
Pues opino lo mismo que Tella y el complutense, y como ya es la hora de comerlo y beberlo me despido de vuesa merced en busca de una buena tortilla de patatas y una birrita ya puestos (espero no acabar como aquel)
ResponderEliminarNo está mal el menú (la birrita bien fría, supongo).
EliminarUn saludo
Pues ya se lo decía yo a mis padres: "si yo no he bebifo nafa nafa nafa. Es el singrodme de la lefadura de la birra. ¿Me pones otro cubata?"
ResponderEliminarCon una explicación tan clara, seguro que sus señores padres lo entendían.
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