Un caso típico del Síndrome de AC. El Síndrome de Acumulación Compulsiva, consistente en guardar cosas por si algún día resultaran necesarias, afecta a un 4% de la población. |
(de psiquiatría.com)
Las personas afectadas por el Síndrome de Acumulación Compulsiva se caracterizan por tener grandes dificultades para deshacerse de objetos que la mayoría de la población considera inservibles.
Los responsables del departamento de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge, con la colaboración del Institute of Psychiatry de Londres, han publicado un estudio en la revista científica "American Journal of Psychiatry" en el que desvinculan esta patología del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), en el que estaba agrupado hasta ahora.
Uno de los responsables del estudio, Alberto Pertusa, señala la importancia de diferenciar este trastorno del síndrome de Diógenes."En el caso de Diógenes, la patología está asociada a una demencia y las personas que la sufren viven en un estado de dejadez", explica Pertusa, quien destaca que "ellos mismos no se cuidan, no se lavan y no mantienen su higiene y la de sus casas, por lo que acumulan basura en el interior".
En el caso del Síndrome de Acumulación Compulsiva, "las personas que lo sufren parecen normales y fuera de sus hogares no parece que tengan ningún problema", explica Pertusa, que destaca que sólo cuando se va a sus casas se descubre "que están abarrotadas de objetos inservibles o sin valor".
Estas personas almacenan muebles viejos o libros, que tienen para ellos un valor sentimental, diarios antiguos, por si algún día necesitan volver a consultarlos, o maderas por si un día deciden fabricar un mueble. "Todos podemos sentir la necesidad de guardar objetos con un determinado valor sentimental para nosotros. El problema se produce cuando esta necesidad dificulta nuestro día a día, cuando la acumulación de objetos hace impracticable nuestra casa y cuando nos sentimos avergonzados de recibir visitas en casa porque entendemos que la situación no es normal", explica el responsable del estudio.
Alberto Pertusa asegura que no existen estudios epidemiológicos de prevalencia de este trastorno en España. "A pesar de ello, podemos afirmar que es más frecuente de lo que se puede pensar", explica Pertusa, y apunta que "un 4% de la población mundial puede sufrir este trastorno, aunque no hay unos criterios de diagnóstico establecidos y éste es un área poco conocida".
La investigación del Síndrome de Acumulación Compulsiva es un área nueva de investigación que, según los investigadores, ha permanecido oculta."Los pacientes acostumbran a silenciarlo y son los familiares, si los hay, los que alertan sobre la situación de la persona", explica Pertusa.
El tratamiento del Síndrome de Acumulación Compulsiva es complicado porque no existen fármacos para poder hacer frente a la patología, que se trata con terapia psicoterapeuta de tipo conductual.
"El tratamiento más prometedor parece el psicológico, en el que el terapeuta ayuda al enfermo a entender que no es necesario guardar todos esos objetos. Pero es importante que el paciente entienda e interiorice esta información porque no serviría de nada limpiar la casa para que después, cuando el terapeuta haya marchado, la vuelvan a llenar de cosas", explica Alberto Pertusa.
El investigador asegura que "hay que encontrar el método para que el enfermo pueda deshacerse de los objetos, hallar la manera de vivir sin esas cosas y poder superar la ansiedad que sufren en el momento de tirarlos"
La ventaja de estas personas es que una huelga de limpieza, como la que hemos disfrutado recientemente en Madrí, les importa un pepino.
Yo mismo tenía la manía de guardar latas vacías de cerveza (previamente trasegadas por un servidor), llegando a tener una preciosa colección de más de cien ejemplares. Después de contraer matrimonio y diversos cambios de domicilio, fueron desapareciendo como por encanto. Sospecho que mi Santa tuvo algo que ver con el asunto.
¡Cuidado! No confundir el SAC con el TOC (Diógenes) ni con la PJ (pereza juvenil). Un ejemplo de esta última:
Conozco a bastantes personas con esa MANÍA y es frecuente en muchas mujeres guardar hasta los alfileres que traen las camisas nuevas para que estén bien dobladas. Las hay que guardan los juguetes y trajecitos de sus hijos de cuando eran niñitos y 40 años después siguen conservándolos.
ResponderEliminarLos hommes somos más propicios a guardar determinados "símbolos" de juventud, como el complutense que almacena portadas de discos y de tebeos de cuando Franquito estaba en la Academia Militar de Toledo.
Peor es el Síndrome de Diógenes por cuya causa sus habitáculos son cochiqueras que la Policia Municipal se ve obligada a vaciar cuando hay denuncias de vecinos por malos olores.
A mí me gustaría padecer el Síndrome del Billete de 500, es decir acumular el máximo de papeles de 500 euros. Pero no lo consigo. Debo ser mal enfermo "mental".
Hace tanto tiempo que no me compro una camisa que había olvidado los malditos alfileres. Algún pinchazo he sufrido por haber olvidado quitar alguno, lo que no era raro dada la infinidad que colocaban en los sitios más insospechados. Desconocía que se coleccionaran.
EliminarSolo en una ocasión, precisamente en el aeropuerto de San Sebastián, he logrado acaricias, por un momento, uno de esos maravillosos billetes de 500, pero fue visto y no visto. También debo tener esa enfermedad que dice.
Más que cuestión de almacenar es cuestión de orden y criterio, yo acumulo libros y ropa y no tengo la casa como los guarros a los que pertenecen las fotos que ilustran el post, es más, tengo camisas que llevan conmigo desde hace 20 años... y cada vez me quedan mejor, eso sí, como puede suponer se trata de prendas de exquisita calidad.
ResponderEliminarY efectivamente, como comenta Tella acumulo de todo, tengo el trastero lleno con todos los apuntes y trabajos desde la EGB (y cazadoras de mi época de rocketa... mi beisbolera es insuperable y la más espectacular que vieron los tiempos en un antro rocker).
Y poco más, voy a comprarme unos croisantitos, pero estos no los almaceno, a estos les doy matarile ipsofácticamente.
addenda- yo también tuve una colección envidiable de botellas y latas de cerveza (eso sí, yo sólo me quedaba con el continente, del contenido daban buena cuenta mis cuñados) y tuve que decirle a mi madre que las tirase en bolsas de basura cuando yo no estuviese... me habría abrazado a esas bolsas con lágrimas en los ojos y no habría dejado que se marchasen.
Es cierto, mucho orden y buen criterio es lo que se necesita para poder coleccionar cosas debidamente. También poseo algunas prendas de vestir de calidad, como Vd., incluyendo unos zapatos Florsheim Imperial que ya cumplieron los 30 años y que, curiosamente, me siguen quedando como un guante.
EliminarEl cariño a esas latas de cerveza lo comprendo perfectamente. También me parece lógico que los croisantitos se los guarde en el estómago, donde se almacenan muy bien.
Qué casualidad yo también coleccione botes de cerveza, después de beberme su contenido.
ResponderEliminarSe nota que es normal lo de guardar latas de cerveza, una vez vaciadas por el gaznate del coleccionista. Que se las tomen los cuñados, como cuenta Don Isra, ya me parece abusivo.
EliminarCreo que mi mujer tiene algún tipo ligero de esto, pero le dan a veces arrebatos en que decide tirarlo todo y no se que es peor.
ResponderEliminarNo obstante, es maravillosa y la quiero mucho
Esas cosas son típicas de las mujeres amadas. Mi Santa aprovechaba nuestras mudanzas para eliminar colecciones varias.
EliminarEn mi caso, hay días que tengo el SAC, otros el TOC, varias veces el S500. Pero una vez por mes me viene el SDT y este es el mas violento...
ResponderEliminarMi ha pillado en baja forma y, a pesar de mis conocimiento de criptografía, no logro descifrar el SDT.. Solo se me ocurre, por lo de la violencia, que sea el Síndrome De Tirar....
Eliminar