Un fulano roba un iPhone, pero le envía al propietario una relación escrita en 11 páginas de sus 1000 contactos.
(de oddity central)
Estaréis de acuerdo en que lo más fastidioso de la pérdida de un móvil es quedarse sin los datos de nuestros contactos. Conocedor de este inconveniente, un ladrón ha tenido la delicadeza de enviarle al propietario una relación de los mil datos que aparecían en el iPhone robado.
El dueño del iPhone es Zou Bin, un camarero de Changsha, capital de la provinciia de Hunan . Zou informó a la prensa local que regresaba a casa, después de una reunion con amigos, cuando ocurrió el robo, supuestamente en un taxi que compartió con otros tres pasajeros.
Cuando Zou descubrió que le habían afanado el móvil, se puso furioso. El aparato contenía más de mil datos de relaciones de trabajo y amistades. Desde el móvil de un compañero, envío un mensaje a su propio número rogando le devolvieran sus datos. Afortunadamente, el ladrón se compadeció de él y le remitió once páginas manuscritas con lo que pedía.
He aquí un ladrón de categoría que me recuerda a otros de similar estilo que, tras robar una cartera, le devuelven la documentación al propietario. Éso es sentido de responsabilidad y compasión por la víctima.
Ahora bien, ese ladrón chino supera cualquier comparación: ¡once páginas de caracteres chinos tiene que ser...un trabajo de chinos!
He aquí un ladrón de categoría que me recuerda a otros de similar estilo que, tras robar una cartera, le devuelven la documentación al propietario. Éso es sentido de responsabilidad y compasión por la víctima.
Ahora bien, ese ladrón chino supera cualquier comparación: ¡once páginas de caracteres chinos tiene que ser...un trabajo de chinos!
Menos mal que aún quedan ladrones HONRADOS y serios. La plaga de ladrones en lo político, social y en los Metros han acostumbrado al gentío a mirar mal a los mangantes. Pues, ya ve, Don Bwana, que imagínes que la afanan la cartera conteniendo cinco mil euros pero el chorizo le envía a su casa, tras molestarse en comprar un sobre y un sello de Correos, el DNI.
ResponderEliminarHabrá que importar chorizos chinos para que enseñen a los de aquí a comportarse.
Don Javier: No sé cómo ha adivinado el dinero que suelo llevar en la cartera, pero casi ha acertado: son 4.995, 50 el importe que acostumbro a guardar en los bolsillos cuando salgo a la calle; cinco mil me parece una tentación para los chorizos.
EliminarImportar estos mangantes, aunque fueran chinos, me parece poco recomendable, dada la diversa cantidad que ya tenemos, nacionales e importados, practicando sus habilidades en todos los ámbitos de la sociedad. Conformémonos con lo que ya tenemos, por favor.
A mi cuando perdí el móvil lo unico que me mandaron fue a hacer puñetas.
ResponderEliminarpero lo peor es llevar a reparar el móvil, supuestamente de última generación y te diga el técnico con cara angelical.: "ya lo tiene funcionando de nuevo...eso sí ha perdido sus contactos, sus aplicaciones, sus citas, sus fotos y hasta esa película que su mujer no sabe que tenía.
Por cierto, lo de la peli le pasó a un amigo mío no a mi...
Lo que le sucedió, cuando perdió el móvil, es similar a mi caso: a mi me mandaron hacer puños para paraguas.
EliminarPara evitar ese desastre de pérdida de datos importantes, incluyendo la película de Walt Disney, es conveniente mantener un duplicado al estilo de antes de la guerra, es decir, escritos a lápiz en una libreta, a poder ser, de color rojo. Las hay por 2 euros donde los chinos.
Lo tuve que poner el otro día en el caralibro ante semejante detallazo, menudo trabajo de chinos
ResponderEliminarEs asombrosa la capacidad de trabajar como chinos que tienen, precisamente, los chinos. Nunca dejan de sorprenderme.
EliminarEse ladrón chino es un caballero. El sabía lo importante que es para uno, la lista de contactos amigos. Ojalá otros ladrones lo imiten...
ResponderEliminarEfectivamente, más que un ladrón chino puede considerarse un caballero chino, pero dudo que sea imitado por otros amigos de lo ajeno. Aquí lo máximo que podemos pedirles es que no divulguen datos confidenciales, pagando la correspondiente gratificación.
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