miércoles, 23 de noviembre de 2011

EL ZAMBO GITANO

A la espera de que los perdedores salgan de los sillones, nos entretendremos, si vos place, con alguna de mis batallitas inolvidables (por no decir increíbles). Empezaré con la historia de Joost Villalobos, un zambo gitano muy famoso por los aledaños del bajo Orinoco.



En mis correrías por este singular planeta, he conocido a gentes de diferentes razas, entre las que destaco hoy al amigo Joost Villalobos, un auténtico ZAMBO del bajo Orinoco. El zambo, como todos sabrán, es la mezcla de indio con negra, o india con negro, que monta lo mismo. Lo que hacía a Joost especial es que también era gitano, debido a que había sido recogido por una "troupe" rumana que visitó la zona el año 1995 y se lo llevó de vacaciones para que ordeñara las burras.

Joost nació en Tucupita (delta Amacuro) donde desemboca el Orinoco. Hijo de Felipa Chiquinquirá, de la tribu de los goajiros y de Bernabé Villalobos, cubano de Matanzas, descendiente de los Adja de Benín (antigua Dahomey))
 Bernabé había sido reclutado por el gobierno venezolano, a  principios de 1985 para la campaña de “acogida al socialismo” de los indios goajiros que, como todo el mundo sabe, habitan la región de la Goajira, en el Estado de Zulia, Venezuela.
Dos años después, Bernabé se trasladaba al otro extremo de Venezuela para buscar trabajo en una petrolera que operaba en el Delta Amacuro, ya que no estaba recibiendo su paga correctamente (que no cobraba, vamos). Lo acompañaba Felipa, una goajira cien por cien indígena y que había sido su mejor alumna en la interpretación del imperativo categórico de Marx. En Tucupita, donde operaba la refinería en la que Bernabé encontró curro como “todero”(*),  Felipa dio a luz a un hermoso niño, a quien bautizaron con el nombre de Joost, en honor al jefe de Bernabé, que era rumano.
La familia vivía en total armonía hasta que, un fatídico día de octubre de 1995, sucedió lo imprevisto.
 A las instalaciones sociales de la refinería acudían esporádicamente gentes del espectáculo, como  malabaristas, payasos de circo y otros  entretenedores populares. Unos días antes de la fecha indicada, se presentó una cuadrilla de gitanos originarios  de las profundidades de Rumanía, auténticos zíngaros, vamos. Se habian establecido en Colombia y, de vez en cuando realizaban incursiones por todo el territorio venezolano.
Por lo visto se habían enterado de que en la refinería de Tucupita había un par de jerifaltes rumanos y pensaron que serían bien recibidos. Efectivamente, los chavales, hijos del personal de la empresa,  acogieron con entusiasmo las actuaciones de malabaristas, funambulistas,  domadores de chimpancés, lectoras de tarot y otras gentes de mal vivir.
 El pequeño Joost estaba fascinado por los titiriteros y no perdía oportunidad de acercarse al campamento gitano, aún a costa de saltarse alguna clase.
La troupe deshizo el campamento a las 7 de la mañana del 24 de octubre y a las 8 y media habían desaparecido de Tucupita. Con éllos viajaba Joost, se ignora si por voluntad propia o secuestrado por los zíngaros.
Los padres notaron la desaparición del niño al ver que no aparecía a la hora del desayuno (las típicas arepas criollas con carne esmechada, que apasionaban a Joost.)  Acudieron a la prefectura de policía para denunciar la desaparición del chaval y se organizó una batida por los alrededores de la capital, que resultó infructuosa.

Entretanto los gitanos habían pasado a la vecina república de Guyana (antigua colonia británica) y se habían asentado unos días en Georgetown, la capital, donde se celebraban las fiestas patronales. 

(Continuará mientras los anteriores no salgan de la butaca)

(*) El "todero" en la industria petrolífera es un obrero que lo mismo sostiene una tubería, lava los baños o que recoge los barriles vacíos.

10 comentarios:

  1. Malandrín.... ya me ha enganchado en las andanzas de Joost.

    Y sólo me queda congratularme porque el traspaso de poderes se demora un poco.

    (profusión de datos oiga)

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  2. El traspaso cuanto antes mejor, que no estamos para perder el tiempo.

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  3. "los indios goajiros que, como todo el mundo sabe, habitan la región de la Goajira, en el Estado de Zulia, Venezuela." - Le voy a confesar una cosa D. Bwana, yo no lo sabía.

    Por cierto, me encanta el voley. Bueno, más bien la voleyra. (Que buen gusto tiebe usted para las "jembras" oiga)

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  4. Bueno sí, que se den prisa en el traspaso. Pero usted Don Bwana no deje de contarnos las andanzas del litle Joost.
    Saluditos.

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  5. D. isra:
    Es Vd. muy amable interesándose por estos modestos acontecimientos.
    Procuraré satisfacer su curiosidad.

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  6. Dª Sandra:
    Supongo que no lo dirá por mi promesa de interrumpir el relato en cuanto se apeen los anteriores de la butaca.En confianza, yo también tengo prisa.

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  7. D. Carlos:
    Es que el asunto de la Goajira ha sido siempre muy complicado, debido a las disputas limítrofes entre Colombia y Venezuela. Por cierto, los colombianos siempre han tenido la manía de cambiar la O por una U (Guajira, en vez de Goajira).
    Tampoco es Vd. manco para apreciar las maravillas de la naturaleza.

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  8. D. Zorrete:
    No se preocupe Vd. que la historia de Joost saldrá a la luz. He perdido algunos apuntes en mi última mudanza, pero recuerdo bastante bien lo que me contó Joost.
    Saludos

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  9. Traspaso de merde y ruina caracolera, pero traspaso.

    A ver cuando los venezolanos pueden decir lo propio respecto al Gorilator indígeno.

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  10. Dª Maribeluca:
    No hay mal que dure cien años...Gorilator no puede durar mucho más.

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