El pasado domingo estuvo de visita en casa mi amigo Heriberto Chércoles, cubano de Forth Lauderdale y autor del exitoso libro "Los doscientos usos del clip". Se dió a conocer mundialmente por inventar la máquina eléctrica para borrar en 1969.
Después de los saludos protocolarios, nos sentamos en el salón para disfrutar de una copita de Benedictino "on the rocks".
-¿Qué sabes del amigo Eddy? Eddy Morales, el mexicano que estuvo con nosotros en el Congo, le pregunto.
-La última noticia es que está de bolero en Tijuana. Después del asunto del gorila gay, sufrió una depresión de caballo, se dedicó al pulque, perdió el trabajo y se divorció de Manolita; pobre hombre. Por cierto, aún me debe 500 pesos. ¿Te acuerdas de Echevarría? Su mujer se operó de la anosmia que le impedía captar los aromas de nuestro amigo y se fugó con el anestesista.
Me quedo de una piedra. ¡Si lo de la selva fue un incidente sin importancia! ¡El pobre Imanol otra vez solo! ¡Qué cosas tiene la vida!
-¿Y a ti cómo te va?¿Qué tal la venta del libro?
-Fenomenal, va por la 3ª edición y, hasta el mes pasado, se habían vendido 3 millones de ejemplares. Estoy preparando uno nuevo, que pienso titular "La utilidad marginal de la máquina de borrar eléctrica", me contesta, con gran entusiasmo.
-¿Pero tuvo éxito en USA la susodicha maquinita, oí decir que había fracasado por hacer agujeros en el papel?
-¡Qué va, viejo! hubo un problemilla en un Instituto de Arkansas por falta de enchufes en los pupitres, pero se solucionó con nuestro nuevo modelo a pilas.
Ahora las hemos introducido en China y no te puedes imaginar el éxito que están teniendo. Creo que los chinos le han encontrado otras aplicaciones, tengo entendido que para el despelleje de patos o de opositores, no estoy muy seguro. También parece que se venden en los "sex shops" como pan caliente, todo un fenómeno social, te lo juro.
-Pues te felicito, amigo Heriberto, te habrás hecho con una fortuna, le comento
-Tenía un montón de pasta pero el "fucking soab" Madoff se me ha llevado un 75%. El otro 25% me lo birló mi 4ª mujer por culpa del divorcio.
Antes de que entremos en la zona íntima y se le ocurra pedirme un préstamo, o describirme las bondades de su 5ª mujer, como me estoy temiendo, me despido de este original sujeto, con un falso "¡Hasta la vista amigo!"
De vez en cuando no puedo evitar la visita de alguno de mis antiguos compañeros de aventuras en las selvas del Congo. Me hacen recordar las peligrosas experiencias vividas, como los ataques de los anopheles, el episodio del rinoceronte saltarín y otras que prefiero olvidar. En alguna oportunidad narraré mis aventuras con cazadores novatos en el Zaire y la extraña predilección de los mosquitos hacia los pies del amigo Echevarría.