Ante todo pido disculpas a mis lectores/as por mi silencio durante estos días. Espero ponerme al día este fin de semana, si el tiempo lo permite.
La razón de mi ausencia de las ondas ha sido el re encuentro con mi amigo bosquimano, don Ngongo Nabi, El pasado martes me dirigía al piso que habita en la calle Almansa el brujo cubano Pedro Volta para consultarle sobre algunas anomalías que estoy notando en la política y que me tienen preocupado. ¡Cual no sería mi sorpresa cuando me abre la puerta nada menos que mi buen amigo Ngongo!
-¿Qué haces en Madrí? le pregunto.
-Bwana, las cosas en Botswana muy mal, muy mal. Decidí unirme a un grupo de paisanos y trasladarme a Melilla, donde pudimos saltar las verjas sin problema. Como conocía a Volta de una conferencia de Brujería Transacional, que se celebró en Ciudad del Cabo el año pasado, me dirigí a su casa, donde me ha recibido con mucho cariño.
-Mientras trasegamos unos Old Parr con agua de coco, amablemente servidos por Pedro, me dirijo a los dos de la manera siguiente:
--Pues me viene de perillas encontraros a ambos dos en tan buenas condiciones. A ver si, uniendo vuestros poderes adivinatorio, podéis darme alguna pista sobre las consecuencias que van a tener en Europa los resultados de las últimas elecciones a la CE. Si os parece tarea demasiado complicada, al menos decirme algo sobre España, por ejemplo: ¿terminarán los perroflautas gobernando en este país?
Estuvimos charlando hasta las 3 de la madrugada y contesté algunas preguntas que me hicieron mis amigos: "Para poder analizar el problema y darte nuestra opinión", dijo Volta. Cuando habíamos liquidado la botella de whisky, consideré que era hora de volver a casa y dejé a mis amigos enfrascados en una interesante discusión, mientras atacaban una botella de ron cubano.
Todavía no tengo noticias de estos inteligentes amigos y espero no les haya sucedido lo que a un servidor, que llevo unos días de resaca que ya he gastado tres tubos de Alka Seltzer.