Los rusos y los chinos prefieren los mayordomos británicos
(de BBC mundo)
Durante muchos años Bertold Wiesner probó suerte en el teatro. Cuando finalmente reconoció que nunca llegaría a ganarse la vida como actor, cambió de rumbo: optó por una ocupación que tiene mucho en común con el arte dramático pero que le permitiría ganar un salario de más de US$160.000 al año.
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Bertold Wiesner |
Wiesner se convirtió en mayordomo, una profesión que estuvo a punto de extinguirse en Reino Unido y que hoy día está en pleno auge. Con su pinta de galán de telenovela, este joven de 33 años asegura que su entrenamiento le vino como anillo al dedo en su nuevo oficio.
"Llevas puesta una máscara metafórica. Es el mejor papel de tu vida porque lo interpretas 24 horas al día, 365 días al año", dice Wiesner, recordando cómo tuvo que esconder su orgullo nacionalista y mostrar un rostro afable cuando su empleador criticó en su presencia la ceremonia de los Juegos Olímpicos 2012.
Y es precisamente esta capacidad de dominar las emociones lo que hace tan populares a los mayordomos británicos.
Según el Gremio Internacional de Mayordomos Profesionales, en 1930 había cerca de 30.000 profesionales. En los años 80 solo quedaban 100. En la actualidad, la demanda ha crecido enormemente gracias a los nuevos ricos en países como Rusia y China.
De acuerdo a Robert Wennekes, presidente del gremio, en Reino Unido hay hoy día unos 10.000 mayordomos (el 25% son mujeres). "A la profesión de mayordomo le está yendo muy bien. Países como China y Rusia se pelean por conseguir a los mejores".
El mayordomo moderno hace a la vez de mánager de la casa, asistente personal, valet, chef, guardaespaldas, además de ocupar otros roles en el hogar.
Para Sara Vestin, directora de la agencia de empleos Bespoke Bureau, "es el acento -el inglés de la reina-, la etiqueta, el estatus del mayordomo británico y su estilo lo que están comprando" los extranjeros.
Vestin señala que la demanda supera la oferta. Por esta razón, la agencia abrió seis escuelas para mayordomos en China en 2012.
Hacer lo imposible en un lapso breve de tiempo es una habilidad crucial para cualquier mayordomo. Y, en la era de los nuevos ricos, las recompensas pueden ser enormes.
Wiesner dice que los salarios superan los US$160.000. "Escuché que en los países árabes pagan tres, cuatro o diez veces más". Además están los beneficios adicionales como vivir en una mansión con sauna, piscina y otros lujos.
Pero no todo es glamour, el trabajo tiene también sus complicaciones. "A lo largo de mi carrera he debido asumir la responsabilidad de una serie de cosas como vestir a mis clientes, asegurarme de que haya provisiones en la casa, revisar los uniformes de los empleados...", dice Wiesner. Una noche tuvo incluso que cruzar tres fronteras en auto para conseguir un antiguo juego de vajilla para reemplazar a otro que se había roto. Pero hacer lo imposible en un lapso de tiempo corto es una de las habilidades esenciales que debe tener un mayordomo contemporáneo.
En opinión de Wiesner, el trabajo del mayordomo es necesario en el mundo de hoy. Wiesner, que confiesa disfrutar de la serie de televisión Dowton Abbey -que describe la vida de una familia aristocrática y sus sirvientes a comienzos del siglo XX- dice que ve similitudes con las relaciones que muestra la serie ente el amo y su mayordomo. "Se trata de ser discreto, entenderlos, convertirse en su ayuda, su asistente, pero nunca en su amigo".
En el futuro, Wiesner piensa crear su propia escuela de mayordomos.
Por lo que se indica en este artículo no hace falta ir a la Universidad para ganar un buen sueldo si se tienen aptitudes para trabajar de criado. Ni siquiera se precisa ir vestido de etiqueta, como demuestra la fotografía del Wiesner.
El asunto me recuerda a la película de Luis Sandrini "La casa de los millones", cuando se presenta Sandrini en busca de empleo y lo recibe el mayordomo de la casa, un sujeto que no levanta más de 1,60 del suelo. Le dice a Sandrini que es el mayordomo, a lo que el cómico argentino responde: "¡Che, pues cómo será el menordomo!".
En la misma película hay una escena en que se celebra una fiesta de postín en la mansión. Uno de los invitados lleva monóculo y Sandrini se le acerca y le dice: "Señor, ha perdido Vd. la mitad de las gafas", El sujeto contesta, de mal humor: "No sea sonso, ¿no ve que es un monóculo?" A lo que Sandrini responde: "Che, ¿y se lo pone ahí?"