¿Existe un idioma del ahorro?
(de BBC Mundo)
¿Es posible que el idioma que hablamos influya en nuestras decisiones financieras? El hecho de que estés leyendo esto en español ¿puede significar que ahorrarás menos que una persona que habla mandarín?
Esto es lo que sugiere una controvertida teoría que ha tenido un nuevo empuje gracias a los hallazgos de Keith Chen, economista conductual de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
Chen asegura que sus investigaciones prueban que la gramática del lenguaje que hablamos afecta a nuestras finanzas y también a nuestra salud.
A grandes rasgos, dice Chen, si hablas inglés -o español- eres más propenso a ahorrar menos para la vejez, a fumar más y a hacer menos ejercicio que si hablas un idioma como mandarín, yoruba o malayo.
Chen divide a los idiomas en dos grandes grupos de acuerdo a la forma en que tratan el concepto de tiempo.
Quienes hablan idiomas que utilizan un tiempo verbal específico para referirse al futuro tienden a ahorrar menos, según el estudio de Chen.
Las personas que hablan lenguas que tienen fuertes referencias al futuro (FTR fuerte, por sus siglas en inglés) utilizan un tiempo verbal diferente cuando hablan del futuro.
En cambio, las lenguas con débiles referencias al futuro (FTR débil) no lo hacen, usan sólo el tiempo presente.
El investigador destaca que incluso dentro de las lenguas europeas hay claras diferencias gramaticales en la forma en que mencionan eventos futuros.
Por ejemplo, "en inglés debes decir "it will rain tomorrow" (mañana lloverá), mientras que en alemán puede decirse "morgen regnet es" (llueve mañana)", explica Chen.
Quienes hablan idiomas que sólo utilizan el presente para referirse al futuro son propensas a ahorrar más dinero que quienes usan un tiempo verbal diferente, afirma el economista.
¿Pero cómo una diferencia gramatical puede hacer que la gente ahorre más o menos para su jubilación?
"El acto de ahorrar está relacionado fundamentalmente con entender que tu 'yo' futuro -la persona para la que ahorras- es en algún sentido equivalente a tu 'yo' presente", explica Chen en declaraciones a la BBC.
"Si el idioma separa el futuro y el presente en su gramática, eso, aparentemente, hace que uno disocie un poco el futuro del presente cada vez que habla".
"Y eso efectivamente hace que sea más difícil ahorrar".
Aún más controvertida es la afirmación de Chen de que las diferencias gramaticales son la base de diferencias de comportamiento más amplias.
En su estudio, sostiene que, en comparación con quienes hablan idiomas que usan el futuro como tiempo verbal, los que no lo hacen:
- Tienden a ahorrar 39% más al momento de su retiro
- son 31% más propensos a ahorrar en un año
- son 24% menos propensos a fumar
- son 29% más propensos a ser físicamente activos
- son 13% menos propensos a ser obesos
Hay razones culturales, sociales o económicas que hacen que los hablantes de distintos idiomas se comporten de forma diferente, dicen los críticos de su teoría.
Y este es un punto que el propio Chen reconoce. "Estoy completamente de acuerdo, también me parecía una exageración cuando empecé a hacer esta investigación".
Pero añade que su estudio ha tenido en cuenta estos factores y los ha controlado al concentrarse en nueve países multilingües: Bélgica, Burkina Faso, Etiopía, Estonia, República Democrática del Congo, Nigeria, Malasia, Singapur y Suiza.
"Puedes encontrar familias vecinas, que tienen el mismo nivel de educación, exactamente los mismos ingresos e incluso la misma religión".
"Pero aun así, la familia que habla la lengua que no distingue entre el futuro y el presente ahorrará mucho más", afirma.
En Nigeria, por ejemplo, el idioma hausa tiene múltiples tempos verbales en futuro, mientras que la lengua yoruba no.
"Puedes encontrar nigerianos que hablan yoruba o hausa, que viven uno al lado del otro y que tienen conductas de ahorro radicalmente diferentes".
Sin embargo, Morten Lau, director del Centro de Economía Conductual de la Universidad de Durham, afirma que los factores que influyen en cuánto ahorra la gente no tienen nada que ver con el lenguaje.
"En mi propio trabajo sobre el ahorro, son las tasas de interés las que determinan el comportamiento".
Lau dice que hay grandes diferencias incluso entre grupos que hablan el mismo idioma, y que utilizar un promedio de estos resultados para el análisis puede resultar problemático.
"Hay que ser cuidadosos con las conclusiones de correlaciones como estas. Los factores múltiples son muy difíciles de controlar".
"Por ejemplo, en nuestra investigación en Dinamarca, encontramos que los hombres fumadores querían una tasa de interés más alta en sus ahorros que los no fumadores. Pero no así las mujeres fumadoras".
Ante todo he de confesar que eso de "la economía conductual" me ha dejado impresionado. No recuerdo haber estudiado ese asunto durante mi paso por la universidad. ¿Será una materia nueva, como la "sostenibilidad"?
Respecto a las conclusiones del Sr. Chen tengo la sospecha de que se trata de una propaganda para que aprendamos mandarín y dejemos de fumar perdiendo, a la vez, esos desagradables michelines.
En cuanto a que los fumadores piden una tasa de interés mayor que los no fumadores y las mujeres fumadoras, es algo que no termino de entender, por más que releo la noticia. ¿Es que puede haber alguien que no quiera que le paguen más por sus ahorros?
Hasta la vista y ser muy santas y santos estos días.