Moscú instala básculas en las paradas de bus para luchar contra la obesidad
Estarán patrocinadas por los gimnasios cercanos
(de lavozdegalicia)
Las autoridades de Moscú no quieren que en su población se instaure una de las enfermedades más extendidas en esta época: la obesidad. Y es que, ante este problema que está a la orden del día, cualquier medida de prevención es poca. Buena nota de ello debieron de tomar las autoridades rusas que han decidido colocar en cada una de las paradas de autobús moscovitas una báscula.
A partir de ahora, los ciudadanos rusos podrán descubrir cuál es su peso mientras esperan a su autobús, algo que sin duda puede ayudar pero que también puede resultar realmente incómodo. Lo cierto es que las mentes pensantes que han optado por esta peculiar medida no deben de haber tenido en cuenta el factor embarazoso del asunto.
Sin embargo, esta iniciativa no es todo lo inocente que puede parecer, y hay quien de todo esto seguro sacará una buena rentabilidad. Toda esta campaña viene patrocinada por los gimnasios cercanos a cada parada de autobús, quienes se encargarán de pagar la instalación en cada parada y los que, en vista del éxito de la misma, verán aumentar de una forma interesante sus ingresos.
Por muy descabellada que pueda parecer la idea, ya hay países en los que lleva un tiempo implantada. En alguna que otra parada de autobús de los Países Bajos decenas de personas contemplan diariamente su peso de forma pública.
Mucho Gorbachov y Yelsin con su Pereztroika pero las autoridades rusas no cesan en su empeño de controlar la vida íntima de los pobres moscovitas. Ya no pueden ni siquiera tomar el autobús sin que les señalen públicamente sus excesos.
Afortunadamente para la gente, todavía no han instalado alcoholímetros a la entrada de los autobuses, lo que sería bochornoso.
Mucho Gorbachov y Yelsin con su Pereztroika pero las autoridades rusas no cesan en su empeño de controlar la vida íntima de los pobres moscovitas. Ya no pueden ni siquiera tomar el autobús sin que les señalen públicamente sus excesos.
Afortunadamente para la gente, todavía no han instalado alcoholímetros a la entrada de los autobuses, lo que sería bochornoso.
Echo en falta que no se hayan aún instalado en ningún lugar detectores de estado de limpieza de calzoncillos y bragas, y de si todos los llevan. Eso sí sería una medida sanitaria eficaz a favor de la Salud Pública.
ResponderEliminarEsos detectores que Vd. dice no los pueden instalar porque delatarían a los propios instaladores, dejándolos en evidencia.
EliminarHe observado que ha traído a la cabecera del blog unas preciosas tigresas que lucen mucho. Sé que son tigresas y no tigres porque no llevan cuernos.
ResponderEliminarEn realidad, Don Javier, se trata de chitas o guepardos, animal rapídisimo que suele alcanzar los 115 km/hora sin problema.
EliminarNo creo que sea medidas muy ortodoxas (las de la báscula, la idea en sí me parece buena), pues dependiendo de la estación del año la horquilla de peso puede oscilar ente 5 y 20 kg. según de las capas de ropa (sin hablar de lo que pesan los bolsos de las mujeres).
ResponderEliminarSegún me informan, esas básculas son inteligentes y descuentan el exceso de ropa según las estaciones. De los bolsos de las mujeres no me dicen nada.
EliminarEl problema es que algunos confunden lucha a la gordura con lucha contra el gordo. Cualquier gramo de más será usado por los acompañantes del gordo en su contra, a favor de sus risas y el cachondeo. Como dice usted, embarazoso.
ResponderEliminarLo que se olvida generalmente, es que las personas gordas suelen ser más simpáticas que las flacas y que éstas les tienen tirria precisamente por éso, por su empatía.
EliminarSe exceptúa el caso de Laurel y Hardy, donde el Gordo siempre fastidiaba al Flaco y se burlaba de él todo lo que podía.
Mejor que pusiera un globito para el control etílico, se beben hasta la colonia
ResponderEliminarLos que beben colonia es que son aficionados a la ginebra, cuyo sabor es muy parecido y, después de unos cuantos tragos, es fácil confundirse.
EliminarA mi me parece muy bien que las autoridades competentes luchen contra la gordura.
ResponderEliminarYo prefiero ocuparme de mi gordura porque la considero mía, de mi propiedad y no quiero que el gobierno, además de sacarme dinero vía impuestos, pretenda quitarme algo que me pertenece y de lo que no me da la gana desprenderme.
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