Queman la puerta de un piso en Monte Alto por el ruido de una cena
La propietaria denunció los hechos, ocurridos sobre las dos de la mañana
(de la voz de Galicia)
La Policía Científica investiga los hechos ocurridos en la noche del viernes al sábado en un piso de la calle San Fernando, en el barrio de Monte Alto. Sobre las dos de la madrugada alguien prendió fuego a la puerta de un domicilio que, aunque se saldó sin heridos, pudo acabar en tragedia.
La inquilina del piso, María V., explica que esa noche organizó una cena a la que invitó a cuatro amigas. «Estuvimos cenando tranquilamente, hasta que decidimos irnos. Es verdad que pusimos la música alta mientras estábamos recogiendo, pero no es motivo como para que alguien te queme la puerta». Explicó que notaron cierto olor a quemado y que lo primero en lo que pensaron fue en las velas que habían encendido para dar ambiente a la reunión. «Las apagamos y seguimos recogiendo. Pero nos dimos cuenta de lo que verdaderamente pasaba cuando una de mis amigas fue al lavabo. Vimos que entraba humo por debajo de la puerta de la entrada. Y pensamos que vendría de la sala de contadores que hay en el rellano. Así que abrimos y comprobamos que la puerta estaba, literalmente, ardiendo».
María explica que reaccionaron enseguida. Mientras unas mojaban trapos y llenaban jarras con agua para intentar sofocar las llamas, otra abrió las ventanas y una más llamó al 112. «La Policía Local fue la primera en llegar y los agentes nos ayudaron a refrescar los rescoldos», relata la afectada. Cuando ya estuvo todo más o menos apagado, hizo balance de los daños y salió de casa para poner la preceptiva denuncia.
Al regresar se dio cuenta de que no podía meter la llave, así que llamó a un cerrajero. Pero este no pudo hacer nada porque la Policía Científica todavía no había tomado huellas. Al día siguiente, María, que tiene 39 años y trabaja como maestra de educación infantil, ya pudo entrar en su casa. «Y me tocó zafarrancho de limpieza, claro». Y balance de los daños. Dice que las consecuencias fueron bastante calamitosas ya que toda la entrada está teñida de negro, el parqué del suelo también está quemado así como varios enseres que tenía en el rellano. «Y algunos vecinos me comentaron que también tienen sus pisos con hollín».
Ahora, a toro pasado, no se explica cómo alguien pudo tener semejante ocurrencia. «Sí, es verdad, teníamos la música alta, pero eso no justifica que quemen tu puerta. Fue una reacción exagerada. Siempre puedes llamar al timbre y pedir silencio o bien llamar a la Policía Local». También reconoce que lo vivido le ha generado cierta ansiedad y que se nota «tocada» por la inhalación de humo, aunque ninguna de las mujeres tuvo que recibir asistencia médica. «Pensando en lo que pudo haber ocurrido... La puerta pudo haberse dilatado con el calor y pudimos habernos quedado encerradas. Pero bueno, como es una entreplanta podríamos haber saltado por la ventana». Sobre si sospecha de alguien, ella se remite a las investigaciones de la Científica.
Sospecho que esta maestra no es un buen ejemplo para los infantes a los que se supone debe educar, no solamente en aritmética y gramática, sino en buenas costumbres. Eso de cenar de madrugada, en compañía de amigas y con la radio a toda pastilla, no parece muy civilizado que digamos.
Estoy de acuerdo con su perspectiva sobre el suceso. Porque cuando se junta cuatro o más féminas en un piso a cenar de noche y con alguna botella de licor de por medio, eso puede convertirse en algo mucho peor que una juerga de albano-kosovares en sábado de borrachera.
ResponderEliminarVya a usted a saber el follón que armaron y que las muy "inocentes" damas ni se percataron del mismo.
Toda la vida he considerado al sueño como algo sagrado y jamás he molestado a vecinos, que yo sepa. Por tal motivo, tampoco he aguantado ruidos o pachangas y menos a esas horas. Afortunadamente ahora disfruto de una paz absoluta durante el sueño, no sé si porque vivo en un ático o porque la trompa de Eustaquio ya no funciona como antaño.
EliminarMuy lista no es la verdad.... ver humo por debajo de la puerta de la casa y van y la abren, ¿no le ha explicado nadie que si la puerta quema mejor no abrir para que no abrasarte?... después se les ocurre abrir las ventanas, para que entre bien de aire y se aviven las llamas... se va de excursión a comisaría sin cerrar la puerta primero (en caso de haberlo hecho hubiera visto que la llave no entraba ni giraba) y al volver en lugar de abrir con una tarjeta, va y llama al cerrajero.
ResponderEliminarEsto unido a lo de poner la radio a toda pastilla a la hora de recoger la cena... demuestra que pronto lo mejor va a ser educar a los niños en casa, nada de ir a la escuela.
Estoy de acuerdo en que, mejor que enviar a los niños al territorio de esta maestra, es educarlos en casa. Esperemos que la señora del incendio sea una excepción dentro del gremio.
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