Continuemos con mi estancia en esa impresionante ciudad. Ante todo, voy a satisfacer la curiosidad de DON JAVIER, que se extrañaba de la falta de personal local en mis fotografías, con una, tomada en el metro; supongo que comprenderá mis reservas en mostrar la baja calidad del ganado:
Mi sobrina me ha recomendado que vayamos a conocer el Templo Man Mo, uno de los templos más antiguos y hermosos de la isla de Hong Kong. Construido en la década de 1840, el templo está dedicado a dos deidades: El Man es el dios del arte, y el Mo, el dios de la guerra.
Ha llegado la hora de darle alguna satisfacción al estómago. Veamos alguno de los platillos que hemos podido saborear en el Bistro Bamboo, muy recomendado por los compañeros de Celia:
Aparte del último plato mostrado, donde pude identificar unos langostinos, siento informar que, aparte de su exotismo, no me ha impresionado favorablemente lo que he comido durante estas vacaciones. ¡donde esté la comida española, ya se pueden ir de paseo todas las demás!
Y como creo que este relato ya está quedando algo largo, lo dejo de este tamaño. Continuaré con mis clásicos reportajes de toda la vida, en cuanto me recupere de estas aventuras y consiga adaptarme al frío que está cayendo en la capital.
Gracias, Don Bwana, por satisfacer mi curiosidad pero ciertamente no se diferencian en nada de las chinas que circulan por estos lares hispánicos.
ResponderEliminarRespecto a los platillos esos que muestra, no tienen mala pinta. Otra cosa es a lo que sepan. Y al parecer no le convenció nada. Mejor, como hace el Borbón viejo (es de mi edad) irse a comer a Casa Subijana en Igueldo.
Quedo ansioso de seguir leyendo sus experiencias.
En efecto, se parecen a las chinas madrileñas, con excepción de Yuri, de la que voy a publicar una foto en mis Maravillas (si me la da).
EliminarComer en Subijana es cosa de buenos gourmets.
Lo que no se puede negar, es que es un lugar que ofrece algo totalmente distinto y que no vamos a ver en ningún otro lugar del mundo. Espectacular.
ResponderEliminarSaludos.
Tiene razón, es un lugar que merece la pena conocer, aunque sea una vez en la vida.
EliminarSaludos