Mujer de la Florida batalla para conservar en su casa como mascota a un cocodrilo
(de el nuevo heraldo)
Una mujer de la Florida está batallando para poder mantener en su casa al cocodrilo de seis pies de largo que tiene como mascota.
El reptil de 125 libras, llamado Rambo, usa ropa, viaja en la parte trasera de una motorcicleta y tiene su propio dormitorio en la casa de Mary Thorn en Lakeland.
Thorn cuenta con la licencia para que el cocodrilo que tiene desde hace 11 años viva con ella, pero últimamente el animal ha crecido hasta alcanzar los seis pies y funcionarios de la Comisión para la Conservación de la Vida Marina y Silvestre (FWC) han dicho que un cocodrilo de ese tamaño debe vivir en 2.5 hectáreas de terreno. Thorn le dijo al periódico Orlando Sentinel que aunque tenga un terreno disponible, Rambo no puede quedarse afuera de la vivienda debido a su sensibilidad a la luz del sol.
Thorn lleva a Rambo a las escuelas y a eventos de caridad para que los estudiantes y los interesados en ese tipo de eventos aprendan sobre los reptiles. La mujer ha dicho que lo ha entrenado para que no muerda.
Por lo que se ve en la fotografía, sospecho que a la Mary le viene muy bien que el Rambo le lleve las cuentas de la casa en el ordenador. Por cierto, podría comprarle una silla más alta al bicho, o colocar el PC en el suelo.
La Mary Thorm esa es un mal ejemplo para las feministas nacionales. Porque si se divulga mucho la noticia nuestras féminas más feas van a empezar a domesticar ccodrilos para pasearlos con ellas.
ResponderEliminarHay que imaginarse a una Colau o una Carmena cada una con su cococdrilo a sus pies. No entran en el ayuntamiento ni lso antidisturbios.
Creo que la Colau y la Carmena son más de víbora que de cocodrilo. De cualquier manera, horripilante......
EliminarHay que ver, de material para zapatos y bolsos a vivir como un marajá con no sé cuánto terreno, las personas no tenemos tantos derechos como los bichos y nadie mira por nuestro espacio en los pisos modernos
ResponderEliminarTiene razón, las personas hacinadas en pisos de 50 M2, si tienen suerte, y los cocodrilos en espacios inmensos, con piscina en forma de río. Hay que reivindicar el espacio vital.
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