Ultimamente resulta peligroso caminar por las aceras de mi barrio. La caída de hojas del otoño, mojadas por la constante lluvia, hace necesario andar con sumo cuidado para no resbalar y romperse la crisma. En su momento, cuando no había empezado a llover, cuando era fácil retirarlas, no aparecieron los simpáticos sopla-polvos con sus infernales máquinas y ahora resulta más complicado limpiar las aceras. Espero que se acepten las demandas al ayuntamiento por las posibles fracturas en los huesos de los ciudadanos.
Dificil veo que logre, ojalá no sea necesario, que el Ayuntamiento le indemnice por la rotura de la crisma a causa de esas hojas. Quizá si en el momento del resbalón tuviera cerca a dos guardias civiles, a un miembro de la Guardia Real y al secretario del Juzgado de Guardia como testigos, podría tener alguna esperanza.
ResponderEliminarVa a ser difícil reunir a tan esforzados funcionarios para testificar en el caso de esa eventualidad. Me temo que, como mucho, podría aportar la presencia del chino del bazar y de alguna oronda ciudadana hispanoamericana.
EliminarPor si acaso, andaré con cuidado, al clásico estilo de "pisar huevos".
Ese es el problema, que los Ayuntamientos no suelen estar por la labor
ResponderEliminarEn efecto, están más preocupados por poner multas y subir impuestos.
Eliminar¡me encantan las calles de mi ciudad llenas de hojas caidas! ¡magnífica imagen otoñal!...
ResponderEliminar¿he dicho que me parecen unas máquinas magníficas esas que soplando colocan las hojas para su recogida?
Sólo quedan 24 días para navidad, todo está bien (hasta me alegro por Tania Sánchez, en breve conseguirá vivir como se merecen los sacrificados apparatchik)
Yo prefiero la imagen veraniega, con esos tiernos perniles al aire.
EliminarNo señor, en realidad prefiero las clásicas escobas que hacen menos ruido y levantan menos polvo.
No me negará que, tanto la Tania como la Susana, tienen un aspecto muy superior a lo que nos tenían acostumbrados los sociatas (Maritere, Trujillos, Malenis, etc.etc.)
Se caen las hojas y en venganza nos caemos nosotros porque nos tiran ellas. Yo recuerdo una buena hostia con eso. Hablaba por el móvil y en un paso ya estaba con la espalda en el barro. Dudo que el ayuntamiento acepte eso pero por intentarlo... No dudes en avisar del resultado. Soy un usuario habitual de las hojas mojadas asesinas.
ResponderEliminarSi preciso demandar al ayuntamiento y consigo algo positivo, te lo haré saber. De momento aún no me he caído, pero espero con preocupación que empiecen a soltar esa sal arenosa que dicen evita el hielo; la combinación de la sal con las hojas será algo terrorífico.
EliminarMejor hojas que no el moñigo traidoramente escondido que servidora ha pisado hoy...también resbala y su aroma es infinitamente peor; ¡me voy a comprar lotería, hala!
ResponderEliminarSupongo el moñigo estaba disimulado bajo las hojas, ¡impresionante1 En una ocasión pisé uno de ésos y tuve que gastarme un pastón en zapatos, ya que la peste no se iba de ninguna manera.
EliminarSuerte con la lotería.