A raíz de la negativa del invicto a nombrar un médico para dirigir la sanidad y evitar, de esa manera, que su yerno exigiera el cargo. Asombrosamente, los gobiernos democráticos han continuado con la misma costumbre, vetando a la profesión médica la dirección de la actividad que le corresponde. Solo en contadas ocasiones, supongo que por equivocación, han escogido a un médico (casos de Ana Pastor y Bernat Soria, que recuerde)
El caso más reciente es el nombramiento de un abogado como ministro de sanidad, que debe ser un buen administrador, pero sospecho que de sanidad debe estar algo corto. Si para dirigir un ministerio no se precisa más que conocimiento de dirección y similares, ¿por qué nunca se ha nombrado a un economista o arquitecto, para dirigir el ministerio de justicia? En ese cargo siempre han colocado, como corresponde, a un abogado. Lo mismo en economía, siempre a cargo de un economista, que es lo natural..Lo que más me preocupa es el papel que puede hacer un abogado en una reunión internacional de ministros de sanidad, en la que todos los demás son médicos.
El caso más reciente es el nombramiento de un abogado como ministro de sanidad, que debe ser un buen administrador, pero sospecho que de sanidad debe estar algo corto. Si para dirigir un ministerio no se precisa más que conocimiento de dirección y similares, ¿por qué nunca se ha nombrado a un economista o arquitecto, para dirigir el ministerio de justicia? En ese cargo siempre han colocado, como corresponde, a un abogado. Lo mismo en economía, siempre a cargo de un economista, que es lo natural..Lo que más me preocupa es el papel que puede hacer un abogado en una reunión internacional de ministros de sanidad, en la que todos los demás son médicos.
Me gustaría que me aclararan este misterio, si vuesas mercedes lo han descifrado.
Mi parecer, algo tontorrón, al respecto es que en Sanidad no designan a médicos para dirigirlo en base al dicho aquel de un famoso estadista que expresó lo de que "la guerra es algo muy serio para dejarla en manos de militares".
ResponderEliminarPues, lo mismo. La salud, vida o muerte, es algo muy serio para dejarlo que la organice un médico. Claro que tampoco es muy apropiado ponerla en manos de iletrados para cualquier actividad, que es lo que viene sucediendo. Quizá el prototipo más adecuado para dirigir ese ministerio sea el de un taxista. Esos saben de todo y mucho.
Siempre he pensado que cualquier director de lo que sea debe saber administrar, tanto recursos técnicos como humanos, pero también tiene que conocer bien el negocio. En cualquier caso, es más fácil enviar un médico a un master de dirección de empresas que a un magnífico administrador a estudiar 5 años de medicina.
EliminarLa solución que Vd. propone, el taxista, me parece perfecta.
Es de lógica, si los médicos no saben de medicina su jefe no tiene por qué ser la excepción.
ResponderEliminarMédico que sepa de lo suyo= rara avis.
Ministro que sepa de lo suyo= jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja (una pausa) jajajajajajajajajajaja
Me da la impresión de que tiene Vd. un concepto de los galenos algo negativo.
EliminarRespecto a ministros, desde que a la Carma Chacon la nombraron ministra de defensa, cualquier acontecimiento no me asusta ni me extraña.
Creo que el misterio es que de ministro se tiene que colocar a alguien que sea tu amigo y te avale y te haya defendido antes. Alguien a quien le debas favores o quieras que te los deba. Más información en la película "El padrino".
ResponderEliminarHa puesto Vd. un buen ejemplo con "El Padrino" y me parece que bastante de lo que dice debe estar detrás de nombramientos tan extraños.
EliminarMe parece que también lo fue Romay Becaría.
ResponderEliminarClaro que siempre es mejor que uno pertenezca a su negociado, pero tampoco es condición indispensable y ahora acabamos de tener un ejemplo notable de cómo alguien que conoce los entresijos de la cosa es "políticamente" un pirómano como el consejero bocachancla recién cesado, eso sí, después de darse el gusto de decir en alta voz lo que piensa media España sobre los señores Limón jeje...salud y buen fin de semana
Es que, además de conocer su negociado, saber administrar y dirigir personal, el sujeto precisa tener un mínimo de educación y un buen control de esfínteres bucales.
EliminarPase Vd. bien este largo puente.
A mi me parece bien este nombramiento. El ministro de sanidad no tiene porqué saber poner inyecciones ni, mucho menos, lavativas o diagnosticar almorranas. De lo que se trata es de gestionar el ministerio.
ResponderEliminarDe acuerdo, pero no le vendría mal saber de qué va el tema. El ministro de economía tampoco necesita saber invertir en bolsa pero, por si las moscas, siempre ponen a un economista al mando.
Eliminara la hoguera...
ResponderEliminarVale, pero sin bomberos al quite
Eliminar¿Que qué puede hacer un abogado en una reunión internacional de ministros de sanidad?... El ridículo, ya te lo digo yo... De todas formas, tal y como está la sanidad en España, casi que necesita más un abogado que un médico...
ResponderEliminarSaludos.
Posiblemente un abogado criminalista sería la solución.
EliminarSaludos