Una mujer desarrolla una mandíbula masculina por excederse mascando chicle.
(de oddity central)
Cuando la mujer leyó que mascar chicle ayudaba a perder peso, decidió hacer la prueba. Desgraciadamente parece que se pasó de maracas, ya que, después de mascar chicle sin parar durante los últimos seis meses, le ha salido el tiro por la culata:
No solo ha fallado en perder peso, sino que ha desarrollado una mandíbula descomunal por el ejercicio.
La mujer, conocida bajo el seudónimo "GAO", cuenta que todo empezó cuando, en compañía de varias amigas, leyó un artículo sobre los beneficios de maschar chicle. El informe decía que mascar chicle quema hasta 60 calorías por hora, mientras saltar a la cuerda solo quema 10. Cuando aplicaron las mates, vieron que éso equivalía a perder 5 kilos al mes, lo que unido a la sensación de saciedad que produce mascar chicle, podía llevar a consumir menos comida.
Convencida por la historia, Gao empezó a mascar chicle diariamente, desde la mañana hasta la noche. Así lo hizo durante seis meses, pero su exceso de kilos no pareció muy afectado por ese ritual. En su lugar, sus amigos empezaron a señalar que la cara se le había vuelto cuadrada, más propia de un varón que de una delicada señorita como élla.
La Gao se ha creído la conocida propaganda de los fabricantes de chicle: que adelgaza, que ayuda a pronunciar el inglés, o que quita la peste del aliento. Como ha comprobado, de adelgazar, nada de nada. Como ayuda para hablar inglés, tampoco (solo vale la pipa, pero no es apta para señoritas). En cuanto a disimular la halitosis, es preferible ir al dentista.
La Gao se ha creído la conocida propaganda de los fabricantes de chicle: que adelgaza, que ayuda a pronunciar el inglés, o que quita la peste del aliento. Como ha comprobado, de adelgazar, nada de nada. Como ayuda para hablar inglés, tampoco (solo vale la pipa, pero no es apta para señoritas). En cuanto a disimular la halitosis, es preferible ir al dentista.
Qué brutica, la probe. Vaya modo de mascar. Hasta los cucudrilos se habrán quedado asustados y envidiosos al verla. Con esa mandibula más parece un gladiador de peli de romanos.
ResponderEliminarLa culpa es, como destaca su merced, de una publicidad engañosa. Mejor hacer caso a las abuelas : una dieta de calditos de gallina, fabes a la asturiana y cuencos de arroz con leche es lo adecuado.
Además de dejar un rostro sonrosadito ponen el culito macizo y rotundo.
Esta tontica no se ha percatado de que, si mascar chicle adelgazara, no habría tanto obeso entre los armericanos.
EliminarLa dieta de las abuela, como bien destaca su merced, es mucho más apetitosa y, combinada con el acarreo de cubos de agua desde el pozo, bastante más adelgazante.
Ahora gorda y con mandíbula de hombre. Hay gente sin suerte. Claro que la suerte y la inteligencia a veces van unidas.
ResponderEliminarAsí es, como bien dice: lo normal es que los tontos tengan mala suerte.
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