Una empresa suiza busca un nombre inédito para tu bebé… ¡por 28.000 euros!
(de republica.com)
Ahora que la originalidad está en boga y a todos nos gusta presumir de creatividad, hay algún que otro pícaro que se ha propuesto sacarle partido a tanto ‘postureo’. Ya se sabe: hay quien pierde la cabeza y deja tiritando su cuenta corriente cuando de fardar de algo se trata. Si no fuera así, no habría una empresa que incluyera entre sus servicios encontrar un nombre original para tu retoño.
“Eso lo puedo (y hasta quiero) hacer yo mismo”, pensarás. Y llevas gran parte de razón, sobre todo si te quieres ahorrar los 32.000 dólares (algo más de 28.300 euros) que pretende cobrar esta firma por buscarle apodo a la criatura.
Algunos pensarán que son unos caraduras, pero también habrá quien vea con admiración este movimiento estratégico de la compañía suiza Erflogswelle. Como cualquier otra idea descabellada, surgió fruto de un debate absurdo. El director de la empresa, Marc Hauser, quedó estupefacto cuando escuchó a una pareja de amigos debatir el nombre con el que bautiarían al hijo que estaba de camino.
La situación se tornó incluso peliaguda. “La elección estaba causando tensión en la pareja, así que pensé que podía ayudar”, contaba Hauser. Ni corto ni perezoso, decidió tomar cartas en el asunto, eso sí, con el dinero por delante. Ya inmerso en el sector, pues su empresa se dedica a la caza y captura de nombres originales para marcas y productos, decidió poner en marcha esta iniciativa para echar un cable a las atormentadas parejas que se vieran en esta tesitura.
Para llevar a cabo este cometido, Hauser se ha rodeado de auténticos expertos en lo que a nombres se refiere, un grupo de personas que vive por y para hallar un nombre con el que no haya sido registrado ningún otro niño en el mundo. No vale cualquiera. Para lograr que alguien suelte casi 30.000 euros hay que ser, además de tunante, un poco inteligente. Que la gente no es tonta.
Por eso la firma se compromete a cumplir una serie de requisitos en lo que respecta al nombre. Entre otras cosas, el apelativo seleccionado ha de ser pronunciable (una regla bastante básica). “La pronunciación y escritura tienen que ser intuitivas. Si una persona tiene que repetir su nombre cuatro veces por teléfono y nadie lo entiende, es un fracaso“, afirma Hauser.
Además, no podrá tener connotación alguna en al menos 12 idiomas diferentes. Este detalle es muy importante para evitar gracietas innecesarias que el chaval tendría que escuchar en el colegio.
Por si fuera poco, además, tienen en cuenta antecedentes culturales e históricos de la familia, para que el nombre vaya en sintonía con los mismos.
No cabe duda de que la oferta, a cambio de ahorrarnos una riña con nuestra pareja, es muy suculenta, pero si por cada berrinche matrimonial tuviéramos que apoquinar casi 30.000 euros, apaga y vámonos. Quizá un retoño con su correspondiente nombre bajo el brazo no sea la mejor opción en ese caso.
En fin, que cada cual actúe como crea. Desde luego, Mark Hauser y su equipo se frotarán la manos con cada nueva bronca entre cónyuges. Así es el mundo en que nos ha tocado vivir…
No parece mala idea la del Hauser. No todos tenemos la suerte de tener unos padres que deciden interrumpir la costumbre de repetir sus nombres en los recién nacidos. Gracias a lo cual, un servidor se salvó de llamarse Sebastián. La mayoría, debido a esa mala costumbre de perpetuar los nombres propios, tienen que apechugar con la carga de Afrodisio, Sisebuto, Encarnación, Briselda, o similares. Aún peor es la costumbre americana de bautizar al vástago con apelativos varios, como los que se observan en las fotos que siguen:
No parece mala idea la del Hauser. No todos tenemos la suerte de tener unos padres que deciden interrumpir la costumbre de repetir sus nombres en los recién nacidos. Gracias a lo cual, un servidor se salvó de llamarse Sebastián. La mayoría, debido a esa mala costumbre de perpetuar los nombres propios, tienen que apechugar con la carga de Afrodisio, Sisebuto, Encarnación, Briselda, o similares. Aún peor es la costumbre americana de bautizar al vástago con apelativos varios, como los que se observan en las fotos que siguen:
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Lo real es que ahora y según en dónde los nombres clásicos de toda la vida son rarísimos y el Hauser ese podría encontrar una mina en Territorio Sioux europeo.
ResponderEliminarYa casi nadie o nadie es inscrito (no digo bautizado porque ese ritual tampoco se usa) con los nombres de "Marta" o "Ignacio", siendo sustituidos por los Vanesas o los Omar, etc. si se trata de oriundos no nacionalistas. En caso contrario se le pone o el nombre de una empresa que han visto los padres al pasar con su coche, por ejemplo "Inur", o al modo apache de citar a la Naturaleza : Ibai, Suhaitz, Aritz, Arkaitz, etc. y añadiendo una E si es fémina.
Sospecho que a estas alturas hasta en Madrid resultará raro ponerle a una niña el nombre de "Almudena".
No me extrañaría, de acuerdo con lo expuesto por vuestra merced, que saliera algún "Toro sentado" de esa hornada.
EliminarSu alusión a Almudena, me ha hecho recordar a uns directora de la sucursal bancaria cercana a mi domicilio, cuya belleza y simpatía hacían imprescindible la visita diaria al local, aunque solo fuera para saludarla a élla o a su interventora, Estrella, de similar belleza. Lamentablemente, ambas dos transferidas a otra sucursal.
Esos DNI demuestran que la gente ya conseguía originalidad gratis. A mí lo que me hace gracia es el tal Hauser diciendo que montó esto con la idea de "ayudar a la gente". Es maravilloso ser altruista y buena persona a cambio de una pequeña fortuna. Creo que así todos lo seríamos.
ResponderEliminarY cree Vd. bien; hasta yo sería capaz de dejar un óbolo a todos los pobres del barrio si el proximo jueves me tocan unos milloncejos en la primitiva.
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