Verdaderas activistas: millones de medusas logran parar varias plantas nucleares
(de terra.es)
La lucha contra la expansión de las plantas nucleares siempre ha sido una de las máximas de grupos ecologistas y gente preocupada por el medioambiente, pero en esta ocasión, unos seres descerebrados (ya que carecen de cerebro…) y en apariencia frágiles invertebrados, han logrado paralizar por completo varias centrales nucleares.
Se trata de unas simples medusas, aunque eso sí, unidas en grupos de a millones! Cada año, miles de este tipo de animales son succionados por diversas plantas nucleares para enfriar los reactores, pero en esta ocasión la aparición de millones de estos invertebrados han hecho que las consecuencias sean bastante graves. Imaginaos la entrada de millones de seres viscosos a través de las tuberías de enfriamiento…
La semana pasada paralizaron una planta en Japón, pero poco se supo del tema. Luego ocurrió lo mismo en Israel y en Suecia; ahora le ha llegado el turno a Escocia y por duplicado, así que el asunto empieza a preocupar a los expertos.
En teoría la aparición de estos animales cerca de las plantas nucleares y en cantidades tan alarmantes son meras coincidencias, pero habrá que ver si el fenómeno sigue repitiéndose y al final resulta que las mejores activistas en contra de las centrales nucleares son, finalmente, estas pequeñas medusas.
Hace tiempo se especula con la posibilidad de que seres de otros planetas nos hayan visitado (véase "Alienígenas ancestrales" en el Canal Historia), Algunos científicos aseguran, incluso, que habitan entre nosotros en las remotas profundidades del mar o dentro del cerebro de algunos humanos. Esto último estoy por creérmelo, observando la extraña actuación de algunos personajes de la política.
Ahora, por lo que parece, han salido del mar en forma de medusas y se dedican a fastidiar modernas instalaciones nucleares, como si quisieran emular a las huestes de Al Gore o protestar porque les están contaminando las aguas.
Siempre hay que desconfiar de lo gelatinoso o resbaladizo incorporeo, tanto en "cosas" como en personas, que también son muchas así.
ResponderEliminarAlgo que no sucede, de ninguna manera, con Consuelo. Esté en la Costa Brava o en la del Azahar.
Estoy de acuerdo, si exceptuamos a las ostras y el helado de guanábana, en que lo gelatinoso es sospechoso.
EliminarConsuelo está suficientemente maciza para no entrar en esa clasificación.
Es evidente que son un peligro porque pueden acabar gobernándonos las medusas, ahora tenemos seres de entendimientos reducidos y visto el percal la tendencia va a eso, a la falta de cerebro, y a detentar un poder inversamente proporcional a la mengua de materia gris... a los hechos me remito.
ResponderEliminarMe temo que ya están gobernándonos y que su influencia se deja ver por cualquier actividad rutinaria de la vida moderna. Basta encender la Tele y observar al personal que suele comentar el "furbo" o las preguntas y respuestas que hacen en las calles los periodistas al público en general.
EliminarTodo lo cual ratifica mi impresión de que estamos invadidos por "gente de fuera".
Nostradamus ya había anunciado que en este siglo medusas gigantes extraterrestres paralizarían las centrales nucleares , pero no le creyeron. Ahora, nadie podrá eludir la ira de los dioses... el día del Juicio Final está mas cerca...
ResponderEliminarHasta hoy creía que el Nostradamus era un cantamañanas, pero, si vaticinó lo de las medusas, voy a cambiar de opinión.
EliminarSi se acerca el Juicio Final, habrá que dejarse de restricciones voluntarias en la comida, en la bebida o en otras actividades íntimas y emplear los pocos días que nos quedan en pasárselo bien. Any suggestions?
Ya tenemos todos claro que la falta de cerebro no es obstáculo para el gobierno de una nación. Si a eso le añades el empeño que ponen en su objetivo... Yo nunca las he menospreciado. Recuerdo un verano que me vencieron en su terreno. Ahora a ver qué hacen ellas en el mío.
ResponderEliminarAl contrario, la falta de cerebro parece ser una garantía para gobernar una nación.
EliminarNo me extraña que sufriera una derrota en las aguas del Mediterráneo que tanto les gustan; me sucedió lo mismo y espero, como Vd., vengarme en el momento oportuno.