Increíbles zapatos hechos de chocolate
(de paperblog)
Con costuras perfectamente replicadas, suelas y cordones de zapatos, así como un acabado verdaderamente realista, estos zapatos de tamaño natural de chocolate parecen hechos de cuero marrón genuino.
La línea de chocolate "Gentleman's Radiance" es la creación del maestro chocolatero Motohiro Okai, de la boutique de chocolate L'éclat de Rihga Royal Hotel, en Osaka, Japón. Cada espectáculo de cuero mide 26 centímetros (10,2 pulgadas) de longitud, y se hace exclusivamente a partir de chocolate, incluyendo la plantilla y cordones. Los zapatos vienen en tres diversos tonos del cuero marrón - luz, oscuro y rojo-marrón - y tienen un final brillante realista que Okai logró después de un proceso minucioso del ensayo y del error.
Cada par de zapatos de tamaño natural de chocolate viene con accesorios de cuidado de calzado, incluyendo un calzador brillante hecho de chocolate y un tarro de "crema de zapatos" que en realidad contiene discos redondos de chocolate templado.
La mano de obra y la atención al detalle que entró en la creación de los zapatos de Gentleman’s Radiance chocolate se refleja mejor por el precio obsceno de un par - 29.160 yenes (US $ 258.45). Solamente nueve pares se pondrán disponibles para la compra, y solamente por reservación.
Si realmente está pensando en gastar más dinero en un par de zapatos de chocolate que la mayoría de la gente gasta en calzado real, debe saber que las reservas para la línea Radiance de Gentleman serán aceptadas entre el 20 de enero y el 7 de febrero con entregas del 7 al 14 de febrero , en tiempo para San Valentín.
Aunque me gusta ir bien calzado y me encanta el chocolate, no tengo la menor intención de gastar mi dinero en semejante artículo. En primer lugar, porque no me parecen muy cómodos para pasear por las calles de Madrí y que se te pegue toda la hojarasca que cubre las aceras. Como golosina, tampoco me apetece pegarle un mordisco a un zapato, aunque sea de chocolate (éso se lo dejo al gran Chaplín).
Es irrepetible la escena aquella de Chaplin comiéndose con cuchillo y tenedor una bota de cueros, y chupando los cordones como si fueran espaguetis. Escena que jamás olvidaré, en tanto que las jilipuerteces de los japos y de los chinos es mejor ni recordarlas.
ResponderEliminarVaya pandilla de "perdedores del Tiempo".
Esa escena, de la película de Charlot, es inolvidable. ¡Qué elegancia en la mesa y cómo disfrutaba del manjar!
ResponderEliminarLa he buscado por Internet, sin éxito.